Salvini, galopar en el caos
El l¨ªder de la Liga ha gestionado mejor que nadie los tiempos de una crisis que le ha permitido volver a crecer
La carrera pol¨ªtica de Matteo Salvini (Mil¨¢n, 1973) floreci¨® en las heridas de Italia. Donde la mayor¨ªa ver¨ªa problemas, ¨¦l solo encuentra oportunidades. Primero explot¨® la brecha econ¨®mica y social entre norte y sur, ¡°Roma ladrona¡± o ¡°N¨¢poles mierda, N¨¢poles c¨®lera¡±, cantaba. Luego incendi¨® la peor crisis migratoria en Italia desde la Segunda Guerra Mundial con 600.000 desembarcos en cuatro a?os. Finalmente, en medio de la tormenta institucional m¨¢s grave de la Rep¨²blica, el l¨ªder lombardo, un d¨ªa comunista, otro independentista padano y hoy garante de una amalgama de lepenismo mediterr¨¢neo, se erigi¨® en la ¨²nica soluci¨®n: era Salvini o el caos.
El nuevo vicepresidente y ministro del Interior necesita p¨²blico. El viernes no esper¨® ni un minuto y tom¨® posesi¨®n de su despacho en la romana Via Giolitti en mangas de camisa, corbata verde y rosario en el bolsillo. La prensa fue invitada a filmarlo y su primera reuni¨®n fue con el jefe de la Polic¨ªa y sus palabras fueron directas a la hinchada m¨¢s radical de su partido. Promete expulsar 500.000 inmigrantes, desmantelar los asentamientos de gitanos (30.000 personas), aprobar una ley de defensa propia y endurecer las penas. Adem¨¢s, la Liga se ha quedado siete importantes Ministerios y la crucial jefatura de gabinete.
Salvini es un c¨®ctel de rabia, mano dura y agilidad en las redes sociales. Es el hombre fuerte que pide Italia en los momentos convulsos. Pero mientras coloca esl¨®ganes soberanistas, mantiene un ojo en los sondeos para modular su discurso. El nuevo vicepresidente, capaz de subirse a una caja y gritar por un meg¨¢fono contra quien toque, es la ant¨ªtesis del hist¨®rico refinamiento pol¨ªtico italiano. Nadie sabe si los palacios romanos domesticar¨¢n al b¨¢rbaro, como a ¨¦l le gusta llamarse ir¨®nicamente, o suceder¨¢ lo contrario.
Los rivales del l¨ªder lombardo, curtido en las protestas callejeras y sin ning¨²n t¨ªtulo universitario, a menudo, le han subestimado. Tambi¨¦n sus socios. Silvio Berlusconi, que siempre le vio como una comparsa, observa hoy desde la cuneta como su rehabilitaci¨®n pol¨ªtica obtenida en un juzgado de Mil¨¢n no vale una lira. Si hoy hubiera elecciones, la Liga podr¨ªa ser el partido m¨¢s votado. El soci¨®logo y experto en sondeos Antonio Noto destaca c¨®mo ha logrado colocarse en el centro de la escena y ser el protagonista del discurso medi¨¢tico de los ¨²ltimos 90 d¨ªas. ¡°Es lo que le pas¨® a [Beppe] Grillo en 2013. Las televisiones y los peri¨®dicos solo sacaban sus declaraciones, como pasa con Salvini. Esa fuerza est¨¢ generando otro consenso que ahora podr¨ªa llegar al 29% y conquistar¨ªa parte del electorado de Forza Italia¡±.
Berlusconi lo sabe y quiere estar a buenas. El 8 de mayo liber¨® a Salvini de sus compromisos con la coalici¨®n de centroderecha allanando el camino al primer Gobierno antiestablishment de Europa. Ese d¨ªa el l¨ªder de la Liga se sent¨® en la mesa con Di Maio siendo el socio minoritario. Ten¨ªa el 17% de los votos frente al 33% del M5S. Pero en el ¨²ltimo mes ha logrado imponer un acuerdo de Gobierno donde prevalecen los grandes ejes de su partido (defensa propia, expulsi¨®n masiva de inmigrantes, tarifa fija de IRPF, abolici¨®n de la ley de pensiones) y han quedado desfigurados los del M5S. Mientras Di Maio hiperventilaba llamando a la rebeli¨®n contra Mattarella, ¨¦l dej¨® la presidencia de las C¨¢maras a otros partidos y renunci¨® a ser primer ministro p¨²blicamente. S¨ª, dijo calculadamente, pero no a cualquier precio. Y ha funcionado.
Los problemas en el partido, sometido a un lifting sin precedentes cuando elimin¨® la palabra Norte de su antiguo nombre, han desaparecido. El fundador, Umberto Bossi, hoy condenado por robar a su partido, ya no le ataca. Sus adversarios han terminado rendidos a su jaque mate institucional. Y al brillo del poder reci¨¦n conquistado. Un alto cargo del partido, antiguo ministro en los Gobiernos de Berlusconi, lo resume as¨ª. ¡°Ha sabido hacer el cambio generacional. No ser¨¢ el Frente Nacional, simplemente aspira a convertirse en el eje del centroderecha. Pero el discurso ha cambiado con las prioridades. Forza Italia no ha sabido hacer esa renovaci¨®n y ahora Salvini los ha devorado. Es r¨¢pido, huele la sangre y sabe cu¨¢ndo morder¡±.
Pero nadie esperaba un crecimiento as¨ª de mete¨®rico. ¡°Yo mismo estoy maravillado¡±, se?ala el veterano analista pol¨ªtico y profesor de la LUISS Roberto D¡¯Alimonte. ¡°Tiene una habilidad pol¨ªtica extraordinaria. Ha demostrado tambi¨¦n un gran sentido de la t¨¢ctica con sus movimientos durante la negociaci¨®n de estos d¨ªas. Pero todo lo que dice es una construcci¨®n medi¨¢tica ligada a la comunicaci¨®n que ¨¦l ha hecho. No hay una correspondencia en la realidad¡±. Para muchos ciudadanos, esa es la ¨²nica esperanza.?
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