El horripilante caso de los beb¨¦s despedazados
El tr¨¢fico de ¨®rganos infantiles en Latinoam¨¦rica es un ejemplo fascinante de la expansi¨®n mundial de un bulo
Hab¨ªa una vez un caser¨®n perdido en los arrabales de una ciudad centroamericana. Dentro, una veintena de beb¨¦s dorm¨ªan en cunas desvencijadas. Dos mujeres se encargaban de cebarlos. De vez en cuando, alg¨²n extranjero acud¨ªa a llevarse alguna de las criaturas, arropado por las sombras del amanecer. Y aquel ni?o nacido en la miseria acababa vendido por pedazos: una peque?a c¨®rnea por aqu¨ª, un ri?oncito por all¨¢, para salvar la vida de otros infantes de familias adineradas de un lejano pa¨ªs. Esta versi¨®n moderna de Hansel y Gretel, a¨²n m¨¢s terror¨ªfica y sin el final feliz del cuento de los hermanos Grimm, recorri¨® Am¨¦rica Latina a finales del siglo XX y, a pesar de los desmentidos, moviliz¨® a ONG y al Parlamento Europeo, y acab¨® incrustada en el imaginario mundial.
?El tr¨¢fico de ¨®rganos infantiles constituye un caso fascinante, y paradigm¨¢tico, de fake news, o bulo, como se ha llamado siempre. Re¨²ne los mismos ingredientes que hemos visto en episodios recientes, ya sea las elecciones de Estados Unidos o la crisis catalana: una estrategia, unos agentes propagandistas (periodistas, ONG, pol¨ªticos), unos tontos ¨²tiles (periodistas, ONG, pol¨ªticos) y un p¨²blico cr¨¦dulo. Solo faltaban Internet y las redes sociales, que no exist¨ªan a¨²n.
La leyenda surgi¨® a la vez en Honduras y Guatemala y sirvi¨® a la propaganda sovi¨¦tica en los estertores de la Guerra Fr¨ªa
Entonces, como ahora, hubo tambi¨¦n informadores serios que se preocuparon por investigar y desmontar las patra?as, muchas veces a contracorriente. Gracias a ellos se ha podido trazar el origen de esta leyenda urbana que surgi¨® simult¨¢neamente en Honduras y Guatemala, y que sirvi¨® a la propaganda sovi¨¦tica en los estertores de la Guerra Fr¨ªa.
El 2 de enero de 1987, La Tribuna de Tegucigalpa titula: ¡°Ni?os hondure?os despedazados para traficar con sus ¨®rganos¡±. Un tal Leonardo Villeda, de un organismo de bienestar social, asegura que ¡°muchas familias extranjeras¡± adoptan beb¨¦s en Honduras para ¡°venderlos a trozos¡± o destinarlos ¡°para fines sexuales o ritos diab¨®licos¡±. Un mes despu¨¦s, en El Gr¨¢fico de Guatemala, un tal Baudilio Hichos dice que hay ¡°casas de engorde¡± de beb¨¦s, que se venden por 20.000 d¨®lares para trasplantes. Las autoridades de ambos pa¨ªses no hallan una sola prueba de tan terror¨ªfica pr¨¢ctica. Villeda e Hichos aseguran que se expresaron mal. (Por cierto, si buscan en Google el nombre de Baudilio Hichos, descubrir¨¢n la insuperable trayectoria delictiva de este expolic¨ªa y diputado convertido en ¡°testigo¡± de excepci¨®n).
Tres meses despu¨¦s, en abril de 1987, Pravda, el ¨®rgano del Partido Comunista Sovi¨¦tico, recoge y adorna la historia: ¡°Miles de ni?os hondure?os son trasladados a EE UU y usados como donantes de ¨®rganos¡±. El mismo d¨ªa, la agencia sovi¨¦tica Tass difunde el reportaje, que es reproducido por los diarios comunistas de todo el mundo. En Francia, L¡¯Humanit¨¦ titula: ¡°Corazones de ni?os en venta¡±. Los periodistas se copian unos a otros y el bulo corre como la p¨®lvora. De poco sirven los desmentidos de la ONU, las explicaciones de los expertos sobre su imposibilidad cient¨ªfica, la ausencia de pruebas, las cr¨®nicas rigurosas de medios como Die Zeit, Le Monde o The New York Times¡ Meses despu¨¦s, en septiembre de 1988, el Parlamento Europeo da carta de naturaleza al rumor al condenar el tr¨¢fico de ¨®rganos de ni?os comprados por ¡°familias estadounidenses o israel¨ªes¡±. La moci¨®n, aprobada por el procedimiento de urgencia y sin debate, ha sido presentada por Danielle De March, diputada del Partido Comunista Franc¨¦s. Para entonces, las investigaciones del Gobierno norteamericano ya apuntan a una maniobra de intoxicaci¨®n del KGB, los servicios secretos sovi¨¦ticos.
La f¨¢bula inmemorial del sacrificio de ni?os inocentes; la figura del cient¨ªfico maligno, tan repetida en la literatura y el cine, y el mito del p¨¦rfido hombre blanco alimentan una leyenda que se superpone a la cruda realidad
¡°El relato incorpora viejas convicciones, miedos y fantasmas y desemboca en una moraleja: la denuncia del insaciable ogro imperialista, que devora los recursos de los pa¨ªses pobres, incluidos sus ni?os, que son su futuro¡±, afirma Ver¨®nique Campion-Vincent, antrop¨®loga del CNRS (centro nacional para la investigaci¨®n cient¨ªfica de Francia). La f¨¢bula inmemorial del sacrificio de ni?os inocentes, ya sea a manos de romanos o de jud¨ªos; la figura del cient¨ªfico maligno, tan repetida en la literatura y el cine, y el mito del buen salvaje y del p¨¦rfido hombre blanco alimentan una leyenda que se superpone a la cruda realidad centroamericana de aquellos a?os: la pobreza que atenaza a esos pa¨ªses y la falta de control en las adopciones, adem¨¢s de la lucha por el poder que enfrenta a unas guerrillas entrenadas por Cuba a reg¨ªmenes dictatoriales apoyados por Washington. A ello se a?ade un fen¨®meno que se ir¨ªa desarrollando con el avance de los trasplantes: la venta voluntaria, e ilegal, de ¨®rganos por parte de adultos.
El bulo de los beb¨¦s de repuesto se diluy¨® con la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, en 1989¡, para rebrotar en 1992, exactamente con los mismos patrones. Las mafias, los ni?os desvalidos que desaparecen para regresar luego a sus casas con un costur¨®n en el costado y los inefables ¡°testigos¡± Villeda e Hichos desfilaron de nuevo en las p¨¢ginas de la revista mensual Le Monde Diplomatique y en otro informe del Parlamento Europeo, que volvi¨® a cubrirse de gloria. Casi tanto como los jurados que entregaron dos premios period¨ªsticos en Francia (el Albert Londres, en 1995, a Marie-Monique Robin) y en Espa?a (el Juan Carlos I, en 1996, a Ana Beatriz Magno) por sendos trabajos sobre casquer¨ªa infantil en Colombia y Brasil, a pesar de las protestas de cient¨ªficos y de colegas que desvirtuaron los ¡°reportajes¡±. Luego, de nuevo, se hizo el silencio y el bulo se diluy¨®. Aunque nada garantiza que Baudilio Hichos y los ni?os sin c¨®rneas no vuelvan a estremecer alg¨²n d¨ªa a la humanidad.
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