¡°Ortega va a terminar como un asesino¡±
El sacerdote jesuita, amenazado de muerte, no descarta una nueva guerra civil tras la violencia desatada por el presidente nicarag¨¹ense, pero apuesta por una salida a trav¨¦s del di¨¢logo
El 30 de mayo de 2018 ser¨¢ recordado como uno de los d¨ªas m¨¢s oscuros de la historia de Nicaragua. Ese d¨ªa el presidente Daniel Ortega orden¨® el ataque de una enorme manifestaci¨®n que reuni¨® en Managua a cientos de miles de nicarag¨¹enses en apoyo a las madres de las v¨ªctimas de los hechos violentos de abril, cuando comenzaron las protestas contra una reforma a la seguridad social impuesta por Ortega sin consenso. El ataque a la Marcha de las Madres?dej¨® decenas de muertos y de heridos y sumi¨® a la capital de Nicaragua en el terror. Esa tarde el sacerdote jesuita Jos¨¦ Alberto Idi¨¢quez tuvo que tomar una decisi¨®n clave: abrir las puertas de la Universidad Centroamericana para dar refugio a unas 5.000 personas que hu¨ªan despavoridas de los disparos. Ese gesto seguramente salv¨® vidas, pero le ha costado a Idi¨¢quez el odio del r¨¦gimen. El sacerdote ha denunciado amenazas de muerte y responsabiliza directamente al Gobierno de Ortega de lo que le pueda suceder. Esas amenazas han alertado a la comunidad jesuita ¨Cque mantiene viva en su ADN la matanza de sacerdotes ocurrida en la UCA de San Salvador en 1989¨C, que ha pedido protecci¨®n para el cura. Idi¨¢quez (Managua, 1958) asegura en esta entrevista que no tiene miedo de denunciar los atropellos cometidos por Ortega a los derechos humanos en Nicaragua. ?l forma parte de la Alianza C¨ªvica que intenta negociar, con mediaci¨®n de la Iglesia, una salida pac¨ªfica a la profunda crisis que hiere a este peque?o pa¨ªs. El di¨¢logo, dice a EL PA?S en un sal¨®n de la villa que los jesuitas tienen en el campus de la UCA, "es lo ¨²nico que nos puede llevar a que no haya m¨¢s derramamiento de sangre", aunque admite que es dif¨ªcil negociar con Ortega, un hombre, asegura, que "puede hacer cualquier cosa, incluso mandar a matar a quien sea". Idi¨¢quez teme que en Nicaragua se desate una nueva guerra civil y afirma que el presidente pasar¨¢ a la historia "como un asesino".
Pregunta. La Iglesia, los obispos, los sacerdotes, han cumplido un papel clave en esta crisis, incluso a riesgo de sus vidas. ?C¨®mo ve el involucramiento de la Iglesia en este proceso?
Respuesta. Me parece que es lo que tenemos que hacer. El papa Francisco ha sido claro al decir que tenemos que ser sacerdotes con olor a ovejas. Como rector de una universidad jesuita es mi responsabilidad estar al frente con todos los estudiantes. Despu¨¦s de todo lo que ha sucedido en Nicaragua, pienso que Ortega puede hacer cualquier cosa, incluso mandar a matar a quien sea. La masacre de las madres del 30 de mayo fue una salvajada y demuestra su desesperaci¨®n y de lo que es capaz. Lo que sucedi¨® ese d¨ªa sirvi¨® para comprobar que estamos con un Gobierno irracional, que no le importa matar a lo mejor que hay en un pa¨ªs, que es la juventud.
P. ?Cree que los obispos tienen la fuerza suficiente para marcar un cambio en Nicaragua?
R. En este momento hay una gran confianza en la Conferencia Episcopal por el papel que ha jugado en el di¨¢logo. Han sido los sacerdotes los que han hecho un gran trabajo de mediar para que no maten ni a polic¨ªas ni a la poblaci¨®n. Hay una gran valent¨ªa. Las declaraciones de los obispos son posiciones claras para tratar de parar la represi¨®n.
P. ?Cree que se ha dejado demasiada responsabilidad en las manos de los obispos?
R. Es una responsabilidad muy grande, m¨¢xime porque est¨¢s hablando con una persona que parece que no entra en raz¨®n, pero lo que me interesa es que haya alguien que logre parar la din¨¢mica de estos se?ores (Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo), que no asumen la responsabilidad de estar asesinando diariamente, desde el 18 de abril hasta esta fecha. Todos los d¨ªas nos levantamos viendo cu¨¢ntos murieron, o cu¨¢ntos desaparecieron, o cu¨¢ntos han sido torturados. Que a estas alturas no hayan parado de matar es un mal signo, una se?al muy negativa, pareciera que su opci¨®n es imponer el miedo y el terror. ?Qui¨¦n puede gobernar matando gente? ?Es imposible! Eso hace que la poblaci¨®n siga enojada, golpeada.
P. Usted ha denunciado amenazas de muerte. Rolando Alvarado, l¨ªder de los jesuitas de Centroam¨¦rica, responsabilizar¨ªa al Gobierno nicarag¨¹ense si le llegara a pasar algo. ?Las amenazas vienen del Ejecutivo?
R. S¨ª. Tengo claro que si me matan es el Gobierno el que habr¨¢ dado la orden o gente af¨ªn a ellos. Lo que he hecho es defender a mis estudiantes y tengo que ponerme del lado de un pueblo que est¨¢ siendo crucificado y asesinado todos los d¨ªas. Y como jesuita y rector de esta universidad tengo la responsabilidad de hablar en este momento, porque nuestra misi¨®n no es solo estar en lo acad¨¦mico, es tambi¨¦n proteger la vida.
P. En el ADN de los jesuitas de Centroam¨¦rica est¨¢n los asesinatos de los sacerdotes en la UCA de San Salvador. ?Se siente inseguro en Nicaragua?
R. Este es un pa¨ªs donde hay un desgobierno, no hay control de nada y en cualquier momento te matan, o te amenazan por haber dicho una cosa que no le gusta al Gobierno. Este es un pa¨ªs en el que todos estamos viviendo una gran inseguridad. Da la impresi¨®n de que el mensaje que manda el Gobierno es que la vida no vale nada aqu¨ª, que nos pueden matar por disentir, por pensar, por buscar la libertad de expresi¨®n, por protestar. Pero el hecho de recibir amenazas no va a implicar que me van a callar, voy a seguir denunciando que se est¨¢ matando a j¨®venes en Nicaragua.
P. Usted forma parte de la mesa del Di¨¢logo Nacional que intenta encontrar una salida a la crisis. ?Tiene sentido ese di¨¢logo despu¨¦s de casi 150 muertos, centenares de heridos, desaparecidos y una ola de terror desatada en Nicaragua?
R. Creo que no podemos dejar morir ese espacio. El di¨¢logo es lo ¨²nico que nos puede llevar a que no haya m¨¢s derramamiento de sangre, evitar convertir a este pa¨ªs en un r¨ªo de sangre. El di¨¢logo es lo que nos permitir¨ªa salir con alternativas humanas. Da la impresi¨®n, sin embargo, que el se?or Ortega est¨¢ jugando m¨¢s a atemorizar al pa¨ªs, a ir matando para que la gente tenga temor. Si seguimos en esta situaci¨®n las expectativas sobre el di¨¢logo se van a ir reduciendo. La mesa de di¨¢logo no est¨¢ desvinculada de la calle y nosotros representamos a esa gente que est¨¢ siendo torturada, masacrada, por lo que se va a hacer cada vez m¨¢s dif¨ªcil poder sentarse con un pueblo golpeado, enardecido.
P. ?Hay posibilidades de que en ese di¨¢logo se encuentre una salida a la crisis? ?Y cu¨¢l ser¨ªa?
R. S¨ª, siempre y cuando responda el se?or presidente. Creo que la salida debe ser pac¨ªfica. La ¨²nica manera de poder salir de esto sin que haya un ba?o de sangre es dialogando y poder llegar a acuerdos racionales, aunque sabemos que no se puede dialogar en una mesa mientras est¨¢n matando en la calle a la poblaci¨®n. Da la impresi¨®n que el se?or Ortega solo est¨¢ acostumbrado a dialogar con gente que est¨¢ con armas en la otra mesa. ?l no quiere ver que cuanta m¨¢s gente mata, m¨¢s enojada est¨¢ la poblaci¨®n y dispuesta a salir a la calle.
P. ?Cree que hay riesgo de otra guerra civil en Nicaragua?
R. Desafortunadamente no lo descarto. La gente lo que dice es: "Ya estamos hartos de que nos est¨¦n matando todos los d¨ªas". Va a llegar un momento en el que la gente ya no solo puede estar poniendo el pecho.
P. ?Qu¨¦ opina usted del presidente Daniel Ortega?
R. Para m¨ª ha sido una tristeza, decepcionante, ver que un se?or que en un momento hablaba tanto de la libertad, de la revoluci¨®n, termine as¨ª. Pens¨¢bamos que nunca volver¨ªamos a tener a un Somoza, pero Ortega y Murillo est¨¢n dejando a Somoza peque?o. A m¨ª me parece que una persona que le ofreci¨® al pueblo el cielo y que ahora nos tiene en un infierno, bajo fuego, va a terminar como un asesino, va a pasar a la historia de una manera muy triste.
P. ?Qu¨¦ desenlace ve usted? ?Habr¨¢ m¨¢s derramamiento de sangre? ?Ortega lograr¨¢ ceder el poder bajo una salida pac¨ªfica?
R. Por lo que estoy viendo en este momento ¨¦l no est¨¢ dispuesto a dejar el poder de forma pac¨ªfica. Lo que hemos conversado con los obispos es que tenemos que luchar con todos los medios posibles para que no haya m¨¢s derramamiento de sangre, una guerra civil, que este pa¨ªs no va a poder resistir. Da la impresi¨®n que el se?or Daniel Ortega y la se?ora Rosario Murillo quieren dejar destruido el pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.