Ni?os migrantes invisibles
La filtraci¨®n de im¨¢genes y audios del maltrato y separaci¨®n de familias en EEUU dio visibilidad a un tema que ya tiene tiempo
El revuelo de las im¨¢genes y audios filtrados del maltrato y separaci¨®n de ni?os y progenitores en Estados Unidos dio visibilidad a un tema que ya tiene tiempo y es desgarrador. Se calcula que uno de cada 70 ni?os en el mundo es migrante. El 43% de los movimientos de migraci¨®n forzada y de asilo en el mundo corresponde a ni?os menores de 17 a?os. La mitad de ellos radican en 15 pa¨ªses, encabezados por Estados Unidos, que alberga 3,7 millones de ni?os migrantes. Asimismo, en la ¨²ltima d¨¦cada m¨¢s de dos millones de ni?os han muerto en conflictos armados, seis millones han quedado heridos o mutilados, un mill¨®n hu¨¦rfanos y m¨¢s de trescientos mil se han visto obligados a convertirse en soldados o esclavos sexuales.
La crisis humanitaria detonada desde 2014 por ni?os viajando solos, conocidos como menores no acompa?ados, ha generado sufrimiento y violaciones importantes a los derechos humanos de estos peque?os, tanto en M¨¦xico como en Estados Unidos. Desde entonces, m¨¢s de 150.000 ni?os se han visto obligados a salir de Centroam¨¦rica y en menor parte de nuestro pa¨ªs por riesgos y amenazas de muerte en sus pa¨ªses de origen. El 97% proviene de tres pa¨ªses: Honduras (27,4%), Guatemala (49,6%) y El Salvador (20,5%). La mayor¨ªa de ellos, adolescentes de entre 12 y 17 a?os. Alrededor de 50.000 repatriaciones de menores mexicanos se han dado en los ¨²ltimos a?os. De ellos, el 84% (9.841) viajaban sin la compa?¨ªa de un adulto.
Los ni?os y ni?as que cruzan la frontera sin compa?¨ªa sufren graves violaciones a su integridad f¨ªsica y a sus derechos fundamentales. Corren graves riesgos, desde accidentes (asfixia, deshidrataci¨®n, heridas) hasta ser enganchados por redes del crimen organizado, explotaci¨®n sexual o laboral, maltrato institucional en el momento de la repatriaci¨®n e incluso la muerte al momento del tr¨¢nsito y cruce. Las vulnerabilidades de estos menores se acent¨²an al no poder obtener documentos de identidad, registros, dificultad para localizar a su familia y limitado acceso a sistemas de tutela o asesor¨ªa jur¨ªdica.
Otro fen¨®meno poco documentado pero de alta gravedad es el de menores de circuito denominados de esta forma dada su reincidencia en los registros de repatriaci¨®n como consecuencia de su participaci¨®n c¨ªclica en los procesos de cruce fronterizo. Redes de tr¨¢fico aprovechan sus vulnerabilidades y edad para cruzar mercanc¨ªas y personas sin poder ser detenidos en Estados Unidos. Estos peque?os van y vienen, principalmente por el ¨¢rea de Chihuahua y Tamaulipas, ganan entre 200 y 300 d¨®lares por vuelta y ocupan labores conocidas como halc¨®n, liebre, burrero o pollero.
Tambi¨¦n, el efecto de las deportaciones impacta en el desarraigo y separaci¨®n familiar. Desde 2016 a la fecha, m¨¢s de 35.000 padres de ni?os nacidos en Estados Unidos fueron deportados, lo que significa que la misma cantidad de menores, y probablemente m¨¢s, han sido separados de al menos uno de sus padres, quedando bajo la tutela de familiares o en hogares sustitutos destinados por el Estado.
Ante este contexto, es importante no minimizar el problema y entender que el fen¨®meno afecta a m¨¢s de los casi dos mil casos que se dieron a conocer y mucho m¨¢s all¨¢ de los 21 casos de ni?os mexicanos que la canciller¨ªa menciona. La firma de la acci¨®n ejecutiva de Trump para evitar la separaci¨®n familiar es solo un peque?o paso, el problema es mucho m¨¢s grande. Trabajar en la restituci¨®n de los derechos y generar factores de protecci¨®n para estos ni?os es urgente. Adem¨¢s, debemos hacerlo por tipo de problema y vulnerabilidades, con los peque?os de circuito, con los menores no acompa?ados, con los que migran y con los que retornan con sus familias. Hoy que el gobierno xen¨®fobo de Estados Unidos ha hecho visible lo que parec¨ªa invisible debemos aprovechar para que los ni?os ocupen el m¨¢s alto nivel de prioridad en la agenda humanitaria internacional.
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