Venezuela, las penurias de un pa¨ªs que se queda sin autobuses

Petare, un populoso barrio al este de Caracas, es el hervidero de siempre un lunes a las 5 de la tarde. Filas de personas se cruzan como enredaderas a la espera de tomar un transporte que los lleve a casa. ¡°Lleg¨® el cami¨®n de cochino¡±, dice con sorna una mujer que aplaca la espera sentada sobre la acera. ¡°Yo no me mont¨® ah¨ª, ah¨ª roban a la gente, ah¨ª uno se asfixia, eso es horrible¡±, dice mientras una multitud se amonta tras las puertas traseras de un cami¨®n 350 para hacer mudanzas.

Cada quien entrega un fajo de billetes para pagar una tarifa de 15 mil bol¨ªvares (7 veces m¨¢s que la autorizada por el gobierno), un monto casi simb¨®lico en un pa¨ªs hiperinflacionario pero costoso para quienes a diario deben hacer una cola en los bancos para les entreguen apenas 10 mil bol¨ªvares en efectivo.

Una mujer recibe el dinero y hace entrar a los pasajeros al caj¨®n oscuro y cerrado del cami¨®n. Otros dos anuncian el destino a gritos en busca de m¨¢s viajeros. Dar¨ªo Rivero, de 45 a?os, es el conductor y due?o del veh¨ªculo. En el enjambre de crisis que padecen los venezolanos, ¨¦l encontr¨® su oportunidad. ¡°Empec¨¦ la semana pasada como una forma de conseguir efectivo. El cami¨®n tiene los cauchos lisos y as¨ª no puedo hacer viajes fuera de Caracas. Y la gente necesita este servicio porque ya no hay transporte¡±, dice el hombre. En 10 minutos el cami¨®n es un amasijo gente que se sale por una de las puertas que dejan abierta para que entre aire y se cuelguen m¨¢s pasajeros. ¡°Me golpean duro la caja para pararme¡±, indica Rivero antes de hacer su quinto viaje del d¨ªa.

Perreras mortales

La escena no es una particularidad de Petare. Se repite en toda la capital y en ciudades de Venezuela, donde la profunda crisis econ¨®mica ha dado al traste con el parque automotor del transporte p¨²blico y lo mantiene, en su mayor¨ªa, varado por falta de repuestos. El pa¨ªs se est¨¢ quedando sin buses y esa escasez tambi¨¦n ha cobrado v¨ªctimas. Camionetas pick up, camiones cava, veh¨ªculos militares, autobuses escolares, y hasta los buses tur¨ªsticos de paseo, conocidos como ¡°trencitos¡±, han pasado a sustituir al transporte formal, severamente disminuido por la crisis. A esta nueva categor¨ªa se le ha empezado a llamar ¡°perreras¡± y en ellas viajan ahora los venezolanos.

La semana pasada en La Yaguara un hombre cay¨® de uno de estos veh¨ªculos informales y muri¨®. No es un caso aislado. Los reportes del Comit¨¦ de Usuarios del Transporte P¨²blico dan cuenta de 26 muertes en todo el pa¨ªs lo que va de a?o por viajar en unidades que no son aptas para el transporte de pasajeros.

Caracas era una ciudad con 15.000 autobuses. Pero para finales del pasado, los gremios del sector denunciaban que solo 4.000 estaban rodando. Actualmente 90% est¨¢ fuera de servicio. Aunque el transporte es un servicio p¨²blico y de car¨¢cter social, en Venezuela est¨¢ en manos de cooperativas privadas, que son reguladas por el Estado en su funcionamiento y tarifas, que han quedado completamente desfasadas por la hiperinflaci¨®n.

Pedro Jim¨¦nez, presidente del Bloque del Suroeste que agrupa a l¨ªneas de transporte de ese sector de la capital, advierte que la situaci¨®n ha empeorado y se agravar¨¢. ¡°Es que ya no se trata de que no hay repuestos b¨¢sicos como cauchos o aceites, sino que no tenemos dinero para reparar la caja o un motor de un carro¡±, dice el hombre de 64 a?os de edad, que a los 21 comenz¨® a manejar un autob¨²s y con eso levant¨® a su familia.

El importe que paga un usuario por el uso de un autob¨²s urbano est¨¢ cercano a los 2 mil bol¨ªvares. Una bater¨ªa cuesta 22 millones y un neum¨¢tico se tasa en 300 millones de bol¨ªvares. Son muchos los transportistas que han decidido emigrar a Chile, Ecuador o Colombia; cambiar de oficio, o dedicarse a trabajar ¡°en negro¡±, ofreciendo sus servicios por cuenta propia en zonas populares extraurbanas a usuarios varados, a un precio mucho mayor del oficial.

La escasez que ha generado el recorte de divisas para el sector privado por el control de cambio ha encarecido el precio de los repuestos y de casi todos los rubros, que se importan con d¨®lares del mercado paralelo en cantidades que no logran satisfacer la demanda. Solo el gobierno importa a tasa preferencial pero tambi¨¦n es insuficiente, pues tambi¨¦n enfrenta una sequ¨ªa de divisas producto de la abrupta ca¨ªda de la producci¨®n petrolera. ¡°De que me sirve que el gobierno me venda a precio preferencial 14 cauchos, si la l¨ªnea en la que trabajo hay 280 buses¡±, se queja Jim¨¦nez.

La crisis del transporte obliga a muchos a irse a pie. Reina Hern¨¢ndez, una pensionista de 61 a?os de edad es una de las que ha aprendido a moverse caminando en una ciudad monta?osa, de pocas aceras y donde las autopistas cortan el paso en muchos sectores. ¡°No me puedo quedar m¨¢s de una hora esperando un autob¨²s. Me voy con zapatos deportivos y me llevo las sandalias en la cartera si tengo que ir a una cita formal¡±. Para una diligencia cotidiana puede recorrer entre 10 kil¨®metros o m¨¢s a pie.

Cementerio de autobuses

En La Yaguara, en el oeste de la ciudad, funciona desde diciembre una l¨ªnea de ¡°perreras¡± instalada por la propia alcald¨ªa del municipio Libertador, a cargo de la chavista Erika Far¨ªas. En veh¨ªculos para trasladar cuadrillas de obreros se apretujan 60 personas, algunas sentadas y otras de pie. El servicio funciona bajo la supervisi¨®n de personal del Metro de Caracas, que en el pasado fue un modelo de transporte ejemplo para Latinoam¨¦rica, donde el presidente Nicol¨¢s Maduro tuvo uno de sus primeros empleos como chofer de Metrob¨²s, y que ahora est¨¢ sumido en el caos por la crisis econ¨®mica, la falta de mantenimiento y la corrupci¨®n.

¡°Trabajamos solo en las horas pico, pero no son suficientes. Empezamos con 30 veh¨ªculos y ya quedan 6 porque est¨¢n varados por frenos u otros repuestos. Pero confiamos en que esto va a ser temporal porque el gobierno va a traer autobuses¡±, dice el supervisor de la tarde, mientras despacha uno tras otros los camiones con gente y la fila de personas no desparece.

El gobierno de Maduro pas¨® mucho tiempo negando la existencia de una crisis de transporte. Hace unos a?os, para intentar paliar el problema, cre¨® la ¡°Misi¨®n Transporte¡±. Esta semana anunci¨® la aprobaci¨®n de unos recursos para plan para recuperar el transporte en Miranda, el estado que abarca la capital y sus suburbios. La medida se queda corta frente a los centenares de buses que ha comprado el Estado a trav¨¦s del convenio con China, el mismo que permiti¨® que hace tres a?os se instalara una f¨¢brica de veh¨ªculos de la marca Yutong, que la propaganda oficial vendi¨® como las m¨¢s grande de Latinoam¨¦rica, pero que no podido paliar el d¨¦ficit de unidades pues la mayor¨ªa ya est¨¢ fuera de servicio.

Las ensambladoras venezolanas de autobuses y fabricantes de autopartes, han tenido que cerrar l¨ªneas de producci¨®n a causa de la depresi¨®n econ¨®mica, mientras los cementerios de buses rojos comprados a los chinos se multiplican en las principales ciudades del pa¨ªs.

El pol¨¦mico gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, tambi¨¦n present¨® un plan para solventar la crisis en la regi¨®n. En tiempo r¨¦cord, compr¨® decenas de autobuses escolares de segunda mano, amarillos y con asientos de tama?o infantil, que al ser inhabilitados en Estados Unidos por haber cumplido su tiempo de uso han tenido una segunda vida en pa¨ªses pobres de Centroam¨¦rica y ahora en Venezuela. Los autobuses llegaron y fueron exhibidos por el gobernador, pero todav¨ªa no se han puesto en funcionamiento ni el funcionario explic¨® c¨®mo los adquiri¨® ni a qu¨¦ precio.

Los transportistas desde el a?o pasado advierten que el sector est¨¢ en emergencia. ¡°Este problema se va a agravar a¨²n m¨¢s con el paso de los d¨ªas y s¨®lo se resolver¨¢ cuando cambie la situaci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs. El modelo econ¨®mico de Maduro es el que nos ha metido en este problema¡±, advierte Hugo Ocando, presidente de otra central de choferes del oeste de Caracas.

Ante la inflaci¨®n y la escasez de repuestos es imposible a los due?os de las unidades de transporte mantenerlas y reactivar las que tienen paradas. Pero el gremio critica que el gobierno ha sido m¨¢s ineficiente en la gesti¨®n. ¡°Nosotros a¨²n tenemos autobuses de los a?os 60 y 70 rodando y el gobierno que las unidades m¨¢s viejas que tienen son del 2012 ya no sirven¡±, agrega el transportista.