Nadie saluda al ¡®Lifeline¡¯ en Malta
El barco de la ONG alemana llega al puerto de Senglea con 238 migrantes a bordo
Nadie en el puerto de Malta, ocupado principalmente por polic¨ªas, militares, personal sanitario y asesoras del Gobierno de tac¨®n alto y traje de chaqueta, ha respondido al saludo entusiasmado del pasaje del Lifeline, el barco que llevaba seis d¨ªas navegando en el Mediterr¨¢neo en busca de un puerto de seguro donde desembarcar a 238 migrantes rescatados de ahogarse en el mar. A diferencia de la recepci¨®n del Aquarius en Valencia hace diez d¨ªas, en Malta no hab¨ªa un ej¨¦rcito de ONG, ni un gran despliegue medi¨¢tico, ni nervios de voluntarios o traductores, sino m¨¢s bien el reflejo de la resistencia del gobierno malt¨¦s a recibir el barco de rescate, propiedad de una ONG alemana.
La sirena del viejo buque, construido en 1968, ha sonado tres veces a las 19.30, minutos antes de maniobrar para encajarse en el atracadero de Senglea, cercado por una fortificaci¨®n del siglo XVI, a pocos minutos de la capital, La Valeta. Ha sido desde ese muro que poco m¨¢s de una decena de personas ha dado la bienvenida con aplausos al Lifeline y los migrantes, agolpados en la cubierta con chalecos salvavidas naranjas, han respondido cantando. Al mismo tiempo una asociaci¨®n contra el tr¨¢fico de personas ha desplegado una pancarta y banderas de Malta, seg¨²n Times of Malta, en se?al de protesta por la llegada del nav¨ªo.
La recepci¨®n, obviando esos minutos de calidez, ha sido protocolaria. Sobria. R¨¢pida. Un grupo de m¨¦dicos de Sanidad Exterior uniformados con monos blancos y mascarillas ha entrado en el barco acompa?ado de la polic¨ªa. Los tres beb¨¦s que iban en el barco han sido inmediatamente trasladados al hospital con sus madres. El resto del pasaje ha sido conducido en autobuses de la polic¨ªa hasta un centro de acogida en Marsa, un pueblo que acoge buena parte de los inmigrantes que se instalan en este pa¨ªs mediterr¨¢neo. El primer autob¨²s sali¨® a las 20.30, lleno de mujeres negras y con el rostro serio.
Ser¨¢ en ese centro en el que los migrantes que re¨²nan las condiciones podr¨¢n solicitar protecci¨®n internacional y desde donde se ponga en marcha?la acogida de los ocho pa¨ªses europeos que se han comprometido a distribuirse el pasaje, la condici¨®n irrenunciable que el Gobierno malt¨¦s impuso para abrir su puerto al Lifeline. El primer ministro Muscat afirm¨® este mi¨¦rcoles que Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, Francia, Malta y B¨¦lgica, y, probablemente Holanda, forman parte del acuerdo. "Cada uno acoger¨¢ seg¨²n su capacidad y no quiero dar n¨²meros ahora, porque antes tenemos que ver las personas a bordo, su peligro y situaci¨®n. Tenemos que estudiar a cada caso y luego el n¨²mero de menores no acompa?ados", apunt¨® a los medios este mi¨¦rcoles. "No ser¨¢n acogidos aquellos que no cumplan los requisitos para la solicitud de asilo", puntualiz¨®.
Mientras se suced¨ªan los contactos diplom¨¢ticos entre los socios europeos para hacerse cargo de los migrantes, la situaci¨®n en el barco era dram¨¢tica. A las 23.00 del martes, el capit¨¢n, Claus-Peter Reisch, escribi¨® un correo electr¨®nico al Gobierno malt¨¦s pidiendo "refugio" y permiso para entrar en sus aguas para protegerse del fuerte viento y oleaje previsto. "Tenemos un n¨²mero enorme de personas con graves mareos. Tres de ellas en nuestro hospital [de a bordo]", detall¨® el capit¨¢n. La autorizaci¨®n para entrar en aguas maltesas lleg¨® horas despu¨¦s, ya de d¨ªa, pero no la de desembarcar que se dilat¨® hasta el medio d¨ªa.
Tras el desembarco, la nave, con bandera holandesa, ser¨¢ inmovilizada y se dar¨¢ inicio a una investigaci¨®n para comprobar si ha cometido irregularidades, ha informado el Gobierno malt¨¦s. Las autoridades maltesas, por un lado, afirman que el Gobierno holand¨¦s ha asegurado que el barco no tiene permiso para portar su bandera. Por otro, tanto Malta como Italia, acusan a la tripulaci¨®n de haber procedido al rescate en aguas libias, pese a haber sido notificada por el centro de salvamento de Roma de que los guardacostas libios se har¨ªan caso de la situaci¨®n. Desde el Lifeline se ha mantenido que estas acusaciones son falsas: "La ¨²nica orden que el barco deneg¨® fue la de entregar las personas al llamado Servicio de Guardacostas de Libia, ya que esto no respeta la Convenci¨®n de Ginebra sobre los Refugiados y, por lo tanto, es ilegal".
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