El avance de los derechos LGTBI se estanca
En un mundo cada vez m¨¢s polarizado, los grupos ultraconservadores buscan frenar o revertir las pol¨ªticas de igualdad
Leyes sobre orientaci¨®n sexual en cada pa¨ªs
- Pena de muerte
- Pena desde 14 a?os a cadena perpetua
- Pena de hasta 14 a?os
- Leyes de moralidad o propaganda
- Matrimonio
- Otro tipo de uniones
- Adopciones
Pena de muerte
Pena desde 14 a?os a cadena perpetua
Pena de hasta 14 a?os
Leyes de moralidad o propaganda
Matrimonio
Otro tipo de uniones
Adopciones
Hace ya 17 a?os que Helene Faasen y Anne Marie Thus hicieron historia. Vestidas de blanco y con un ramillete de rosas amarillas se casaron en ?msterdam. Holanda acababa de aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo y Faasen y Thus¡ªque todav¨ªa siguen juntas y tienendos hijos¡ª fueron una de las tres primeras parejas en hacer efectivo ese derecho. A Holanda le siguieron otros y desde entonces, son 25 los pa¨ªses que han legalizado el matrimonio igualitario. El ¨²ltimo, Alemania, el pasado octubre. Pero mientras, poco a poco ¡ªy cada vez m¨¢s lentamente¡ª, se engrosa el listado de pa¨ªses que han legalizado las bodas homosexuales, las organizaciones de derechos de gais, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI+) alertan de que las resistencias al avance social se han hecho fuertes en otros.
Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, los movimientos ultraconservadores han logrado revertir algunos de los logros conseguidos en Estados Unidos, por ejemplo. Como la presencia de las personas trans en el Ej¨¦rcito o las directrices que avalaban que las personas menores trans usaran las instalaciones correspondientes a su identidad de g¨¦nero; como los ba?os, explica Daniela Damiano, de Amnist¨ªa Internacional. Y algunos Estados, como Alabama o Texas, han aprobado el uso de material escolar que hace hincapi¨¦ en que la ¡°homosexualidad no es un estilo de vida aceptable¡±. Todo un panorama que da alas adem¨¢s, alertan las organizaciones de derechos civiles, a los ataques a las minor¨ªas sexuales y a los cr¨ªmenes de odio. Un grave problema, por ejemplo, en Am¨¦rica Latina, donde el avance de los derechos LGTBI est¨¢ siendo duramente contestado.
En Europa, las organizaciones anti-derechos se est¨¢n movilizando para tratar de evitar el avance del matrimonio igualitario, un derecho que los pa¨ªses de Europa central y del Este tienen a¨²n pendiente. Y otro s¨ªntoma de esa polarizaci¨®n que se vive es que mientras que el Gobierno checo acaba de presentar una propuesta para legalizarlo, Rumania celebrar¨¢ en los pr¨®ximos meses un refer¨¦ndum ¡ªfruto de una iniciativa ciudadana impulsada por los grupos ultraconservadores¡ª para que la Constituci¨®n incluya expl¨ªcitamente que el matrimonio es solo la instituci¨®n formada por ¡°un hombre y una mujer¡±.
¡°Los objetivos conseguidos en la ¨²ltima d¨¦cada est¨¢n en riesgo. Y no solo eso, incluso en los pa¨ªses l¨ªderes en derechos LGTBI estamos viendo que el avance se ha estancado¡±, alerta Katrin Hugendubel, directora de Incidencia Pol¨ªtica de la rama europea de ILGA, una organizaci¨®n paraguas de asociaciones LGTBI de todo el mundo.
Hugendubel sostiene que el avance de los populismos y de ciertos nacionalismos est¨¢n perpetuando o incluso promoviendo la discriminaci¨®n de las personas gais, lesbianas, bisexuales o transexuales. Como en el caso de Hungr¨ªa o Polonia, donde sus Gobiernos ultraconservadores han adoptado discursos en apoyo de la llamada familia tradicional y contrarios a cualquier otro tipo de realidad.
El director ejecutivo de ILGA internacional, Andr¨¦ du Plessis, sin embargo tiene una lectura positiva de los avances y sostiene que aunque la situaci¨®n en muchos ¨¢mbitos y regiones es preocupante, se est¨¢n produciendo algunos avances. Y pone el acento, sobre todo, en los movimientos de lucha por los derechos civiles, que tambi¨¦n se est¨¢n movilizando para luchar por la igualdad. Como Hugendubel alerta de los ataques a las personas LGTBI. "Nuestras comunidades todav¨ªa se utilizan todos los d¨ªas como chivos expiatorios por parte de l¨ªderes que apelan a los 'valores tradicionales' y buscan el apoyo de los sectores m¨¢s conservadores de su sociedad", dice. "Las leyes que criminalizan y fomentan la discriminaci¨®n contra nuestras comunidades inevitablemente afectan tambi¨¦n las actitudes p¨²blicas hacia nosotros", apunta Du Plessis.
Al menos 19 pa¨ªses ¡ªentre ellos Rusia, Lituania, Libia o Indonesia¡ª disponen de las llamadas leyes de moralidad o propaganda, con las que los Gobiernos tratan de frenar la difusi¨®n de contenidos relacionados con los derechos LGTBI o incluso con las propias personas homosexuales, lesbianas, bixexuales o transexuales directamente. En Indonesia, por ejemplo, la radiotelevisi¨®n p¨²blica tiene directrices de no emitir contenido o im¨¢genes que muestren la diversidad sexual y de g¨¦nero en varones.
La homofobia y las leyes que la perpet¨²an siguen siendo una constante en gran parte del mundo, seg¨²n la ¨²ltima radiograf¨ªa mundial de ILGA. En pleno siglo XXI, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo son ilegales en al menos 72 pa¨ªses ¡ªla mayor¨ªa, de hombres; en 45 de ellos, tambi¨¦n entre mujeres¡ª. Son el 37% de los Estados miembros de Naciones Unidas. En 12 de ellos (o partes de su territorio) pueden llegar a pagarse incluso con la muerte; en ocho de ellos, como Sud¨¢n o Yemen, se han registrado casos de aplicaci¨®n de la pena capital en los ¨²ltimos tres a?os, seg¨²n el an¨¢lisis de ILGA.
Las detenciones por mantener relaciones homosexuales no son extra?as en pa¨ªses como Nigeria o Egipto. Sarah Hegazy, de 28 a?os, y Ahmed Alaa, de 21, cumplieron cinco meses de c¨¢rcel en una c¨¢rcel egipcia despu¨¦s de haber sido detenidos en un concierto por supuestamente agitar en un concierto una bandera del arco iris, s¨ªmbolo de los derechos LGTBI. En febrero fueron puestos en libertad bajo fianza, seg¨²n afirm¨® su abogado, Amr Mohamed a Reuters.
Y como esta, alertan las organizaciones, se producen cada d¨ªa otras grav¨ªsimas violaciones de los derechos humanos que empa?an cualquier otro avance, como que la adopci¨®n conjunta en las parejas LGTBI o por parte de la segunda persona progenitora se reconozca ya en 28 pa¨ªses.
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