M¨¦xico, un pa¨ªs sin br¨²jula ideol¨®gica
Las coaliciones electorales formadas para lograr el poder han terminado por desdibujar las corrientes pol¨ªticas
La br¨²jula ideol¨®gica ha quedado sin norte en M¨¦xico tras la campa?a electoral. Este domingo el pa¨ªs elegir¨¢ qui¨¦n lo convence m¨¢s de entre un candidato del PRI que no es militante del partido que otrora fuera hegem¨®nico; un proyecto que ha reunido a la derecha e izquierda con la promesa de un Gobierno de coalici¨®n y un carism¨¢tico l¨ªder social heredero del nacionalismo revolucionario, que se ha presentado como abanderado de la izquierda pero que se ali¨® con los evang¨¦licos ultraconservadores para impulsar su votaci¨®n. La boleta se complementa, por primera vez, con un candidato sin partido. Los comicios del 1 de julio ser¨¢n recordados por ser los m¨¢s grandes y por haber difuminado, quiz¨¢ para siempre, el sistema de partidos como se conoc¨ªa en el pa¨ªs norteamericano.
La mayor sorpresa de este fin de semana podr¨ªa darla el Movimiento de Regeneraci¨®n Nacional (Morena). La organizaci¨®n obtuvo su registro como partido pol¨ªtico en 2014. Un a?o despu¨¦s, se present¨® a sus primeras elecciones federales, donde obtuvo el 8.8% de la votaci¨®n para el Congreso. Su bancada de 47 legisladores en la C¨¢mara de Diputados podr¨ªa verse f¨¢cilmente triplicada gracias al fen¨®meno que representa su fundador y candidato presidencial, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Los c¨¢lculos estiman que su bancada podr¨ªa superar con holgura los 200 esca?os en la pr¨®xima legislatura sumando a los diputados que conseguir¨ªan sus aliados de la organizaci¨®n evang¨¦lica Encuentro Social y del Partido del Trabajo, de ideolog¨ªa socialista.
Sobre el papel, la llegada de L¨®pez Obrador y la irrupci¨®n con fuerza de Morena colocar¨ªa la opci¨®n aparentemente de izquierda como la gran triunfadora. No obstante, la moderaci¨®n que ha mostrado el candidato durante toda la campa?a y su alianza con Encuentro Social ponen en duda que su hipot¨¦tica victoria sea un triunfo del progresismo exclusivamente. Si la derecha en esta campa?a ha dado visos de estar dividida, en el caso de una corriente de izquierda se podr¨ªa decir que est¨¢ difuminada.
El crecimiento de Morena se ha dado a costa de otros partidos. El Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), desde 1989 la formaci¨®n hegem¨®nica de la izquierda, est¨¢ cerca de tener una participaci¨®n testimonial. Ha sido v¨ªctima de la escisi¨®n provocada por L¨®pez Obrador, que trat¨® de lograr la presidencia en dos ocasiones bajo esas siglas, con la creaci¨®n de Morena. Sin embargo, algunos de sus fundadores hist¨®ricos han abandonado el PRD en la actual campa?a y se han sumado a L¨®pez Obrador por la decisi¨®n de sus dirigentes de pactar una alianza electoral y program¨¢tica con el conservador Acci¨®n Nacional (PAN), el hist¨®rico partido opositor de M¨¦xico
Por M¨¦xico al Frente es el resultado de ese acercamiento entre la derecha y la izquierda mexicana. Esta alianza naci¨® como la primera aventura presidencial de un proyecto local iniciado en 2010. En las elecciones de ese a?o la uni¨®n arrebat¨® al PRI tres Estados -Oaxaca, Puebla y Sinaloa-, cambiando el tablero pol¨ªtico en M¨¦xico. Los resultados de estos gobiernos, sin embargo, fueron agridulces. En 2017, los dirigentes de PRD y PAN aumentaron su apuesta y sumaron a Movimiento Ciudadano, una pragm¨¢tica organizaci¨®n de centro, con tintes progresistas, que ha servido para vertebrar un eventual Gobierno de coalici¨®n, el primero en M¨¦xico. En caso de triunfar el domingo, las tres fuerzas se repartir¨ªan las posiciones del Gabinete y la presidencia de la c¨¢mara de diputados y el Senado. Los cr¨ªticos de Por M¨¦xico al Frente aseguran que solo se trata de una coalici¨®n electoral que no tiene horizonte com¨²n si fracasa en las presidenciales. Las diferencias ideol¨®gicas terminar¨ªan rompiendo una uni¨®n fraguada por la ambici¨®n del poder. Para el programa de gobierno, las formaciones no han logrado fraguar una posici¨®n com¨²n en los temas que les enfrentan, como el aborto o el matrimonio homosexual, con el argumento de que respetar¨¢n las posiciones de cada partido. Adem¨¢s, la figura de Ricardo Anaya quedar¨ªa en entrechicho. Su apuesta por el Frente y su designaci¨®n como candidato presidencial ha abierto una brecha en la derecha mexicana, cuyas consecuencias a¨²n est¨¢n por calibrar.
La falta de rumbo ideol¨®gico m¨¢s llamativa es, no obstante, la del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El tricolor, que gobern¨® M¨¦xico durante 70 a?os y recuper¨® el poder con la victoria de Enrique Pe?a Nieto en 2012 se aferra a su potente maquinaria ¨Cmaquinaci¨®n para algunos- para librar el batacazo que le auguran las encuestas. La apuesta por Jos¨¦ Antonio Meade, el primer aspirante del partido que no milita en el PRI, ha levantado muchas heridas en el seno de la formaci¨®n, especialmente entre los priistas m¨¢s tradicionales, que nunca vieron con buenos ojos la candidatura de Meade, el ¨²nico miembro del Gabinete de Pe?a Nieto que particip¨® en el anterior gobierno, del panista Felipe Calder¨®n. Ese grupo, que abarca lo que se conoce como viejo PRI, era partidario de virar el partido hacia la izquierda, para tratar, en cierta medida, de frenar la marcha de militantes y simpatizantes hacia Morena y L¨®pez Obrador. De ah¨ª que no pocos altos cargos del PRI no se sientan tan inc¨®modos con una victoria del tres veces candidatos, para muchos, el unico priista que, en el fondo, se ha presentado a esta elecci¨®n en la que M¨¦xico ha perdido la br¨²jula ideol¨®gica.
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