Jos¨¦ Antonio Meade, el candidato m¨¢s preparado del partido m¨¢s golpeado
El lastre del Gobierno de Pe?a Nieto y la reputaci¨®n del PRI pesan en la campa?a del tecn¨®crata
Jos¨¦ Antonio Meade Kuribre?a (Ciudad de M¨¦xico, 1969) sali¨® de Palacio Nacional el 27 de noviembre de 2017 con la encomienda de regresar un a?o despu¨¦s como presidente de M¨¦xico. Hab¨ªa sido elegido, contra todo pron¨®stico, como el candidato del PRI a pesar de que nunca hab¨ªa militado en sus filas. Esa fue la raz¨®n por la que Enrique Pe?a Nieto lo escogi¨® y tambi¨¦n el motivo por el que la campa?a del partido del Gobierno se demor¨® en despegar. Tras un sexenio plagado de acusaciones de corrupci¨®n contra gobernadores priistas, Pe?a Nieto utiliz¨® el viejo m¨¦todo del destapado para presentar a un tecn¨®crata y funcionario de toda la vida, de carrera impoluta y con reputaci¨®n de honesto como garant¨ªa.
Meade se hizo con la candidatura a la presidencia en las horas m¨¢s bajas del PRI. Al presidente le persegu¨ªan los se?alamientos por la compra de una casa a un proveedor del Gobierno ¨Cla Casa Blanca¨C, los presuntos sobornos a su colaboradores en la trama de la constructora brasile?a Odebrecht, y la desastrosa investigaci¨®n sobre la desaparici¨®n de 43 estudiantes de Ayotzinapa. La estela de gobernadores corruptos del PRI, que alguna vez fueron descritos por Pe?a Nieto como el futuro del priismo, y un malestar social generalizado que aumentaba proporcionalmente a los niveles de violencia abonaron a la mala reputaci¨®n del partido m¨¢s antiguo de M¨¦xico. Un sondeo del diario mexicano Reforma estima que un 59% de los mexicanos est¨¢n dispuestos a votar con la intenci¨®n de sacar al PRI del Gobierno. Para el partido era necesario volver a la vieja f¨®rmula del aspirante tecn¨®crata que funcion¨® en las d¨¦cadas de los 80 y 90.
El candidato de Pe?a Nieto a la presidencia sali¨® a hacer campa?a en mangas de camisa ¨Csiempre blanca¨C sin el PRI. La base m¨¢s tradicional del partido del Gobierno vio con recelo que el ungido no fuese uno de los suyos: un priista de carrera, quiz¨¢ un exgobernador o un exsenador, hecho a s¨ª mismo en las estructuras de anta?o y en los m¨ªtines. Meade, en cambio, ten¨ªa las credenciales de servidor p¨²blico durante 20 a?os, principalmente en el sector financiero del Gobierno. Con una educaci¨®n privilegiada que pocos se pueden permitir en M¨¦xico: licenciado en Econom¨ªa por el Instituto Tecnol¨®gico Aut¨®nomo de M¨¦xico (ITAM), licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), y doctor en Econom¨ªa por la Universidad de Yale. Cinco veces secretario de Estado ¨CEnerg¨ªa, Desarrollo Social, Relaciones Exteriores y dos veces Hacienda¨C puso a prueba su lealtad ante dos presidentes de diferentes partidos: Felipe Calder¨®n, del PAN, y Pe?a Nieto, del PRI.
Su experiencia le convirti¨® en un superviviente. Desde los ministerios se forj¨® una fama de buen negociador, principalmente, con el Poder Legislativo en temas econ¨®micos. El reto, ahora, era la calle. De la mano de su esposa Juana Cuevas, a quien conoci¨® cuando ambos estudiaban Econom¨ªa en el ITAM y con quien tiene tres hijos ¨CDionisio, de 21 a?os; Jos¨¦ ?ngel, de 16; y Magdalena, de 15¨C, Meade debut¨® como candidato a un cargo p¨²blico y emprendi¨® el periplo de recorrer M¨¦xico para demostrar que lo m¨¢s importante era el candidato y no el partido. ¡°Al final la gente vota por candidatos, vota por personas y creo que ser¨ªamos capaces de construir de aqu¨ª a la elecci¨®n la certeza de que la mejor propuesta para darle certidumbre a M¨¦xico soy yo¡±, dijo a este diario en una de sus giras. El logotipo tricolor del partido se diluy¨® de la imagen de la campa?a y el acarreo de seguidores a actos pol¨ªticos disminuy¨® considerablemente.
Meade ha sido un candidato que ha estado dispuesto a todo. Su transformaci¨®n de funcionario a candidato en tres meses fue acelerada. Iba a los m¨ªtines en los barrios pobres de M¨¦xico y a las c¨¢maras empresariales y financieras, donde se le ve¨ªa m¨¢s c¨®modo. Su plataforma electoral lleg¨® a incluir a sectores olvidados por la pol¨ªtica tradicional: las mujeres y los j¨®venes. Se acerc¨® a los millennials ¨Cese apetitoso electorado que representa el 29,2% de la lista nominal¨C charl¨® con youtubers, se declar¨® fan de Harry Potter, y se ri¨® de s¨ª mismo con los memes que lo representaban como Leono, de los dibujos animados Thundercats. Perdi¨® m¨¢s de ocho kilos para mejorar su imagen y entr¨® a debates en Twitter con los equipos de campa?a de sus adversarios. Su discurso evit¨® acercarse a los rincones oscuros del PRI, pero el candidato reconoci¨® que los niveles de corrupci¨®n e inseguridad en M¨¦xico son inauditos.
La integraci¨®n entre el PRI y Meade ocurri¨® a la mitad de la campa?a cuando Ren¨¦ Ju¨¢rez Cisneros tom¨® las riendas del partido. El candidato se encontraba ya en el tercer puesto de los sondeos y ten¨ªa pocas oportunidades para debilitar a los otros aspirantes. Meade comenz¨® a levantar m¨¢s la voz en los m¨ªtines y a tener intervenciones m¨¢s acertadas en los debates. Su seguridad ante los electores se fortaleci¨® pero el tiempo iba en su contra. Todas la ma?anas Meade repasaba el gui¨®n del d¨ªa, aunque para explicar c¨®mo funciona el Gobierno y c¨®mo podr¨ªa cambiarlo no eran necesarias las notas. Todo estaba en su cabeza y lo explicaba con serenidad a la prensa. De decisiones meditadas, el candidato es considerado por sus colaboradores como un profesional brillante. ¡°Posee muchos colores en su personalidad, se mueve entre los matices de introversi¨®n, determinaci¨®n y seriedad, que combina con el respeto y la consideraci¨®n¡±, apunta Maite Azuela en Los suspirantes (Planeta, 2017). Los comicios de este domingo definir¨¢n si pesa m¨¢s el candidato que el partido. Meade ha confiado su destino al PRI y correr¨¢ su misma suerte.
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