El cura italiano que dej¨® de celebrar misa para casarse con su amor en Gran Canaria
Giuliano Costalunga, sacerdorte de un pueblo de Verona, y Paolo contrajeron matrimonio en abril
Giuliano Costalunga era hasta hace dos a?os el p¨¢rroco de Selva di Progno e Giazza, un peque?o pueblo de apenas 1.000 habitantes de la Lessinia, una comarca de monta?a situada 40 kil¨®metros al norte de Verona (Italia). Pero el pasado 28 de abril, este cura pas¨® de ser don Giuliano a convertirse en Juli¨¢n cuando contrajo matrimonio con Paolo en Maspalomas, en el sur de Gran Canaria, Espa?a.
Giuliano y Paolo se conocieron hace tres a?os en N¨¢poles, mientras el primero se recuperaba de un c¨¢ncer en el hospital. Tomaron un caf¨¦, charlaron varias veces, se intercambiaron los n¨²meros de su tel¨¦fono m¨®vil y se hicieron amigos. Al poco tiempo, la amistad se transform¨® en amor. M¨¢s tarde comenzaron a vivir juntos. "En cuanto entend¨ª que lo amaba, dej¨¦ la parroquia", cuenta en una entrevista a Efe el cura. Aunque ya no era el p¨¢rroco de la iglesia, segu¨ªa siendo cura y oficiaba la misa de vez en cuando en las iglesias donde le llamaban, explica.
El 8 de febrero anunci¨® una decisi¨®n que le oblig¨® a abandonar la iglesia. Escribi¨® al obispo de Verona, Giuseppe Zenti, para decirle que renunciaba a seguir ejerciendo su ministerio porque iba a casarse con el joven que desde tiempo atr¨¢s le hab¨ªa ayudado en la parroquia.
A la pareja, que lleva casi un a?o viviendo en Maspalomas, le han llovido todo tipo de cr¨ªticas. "Dicen que nos hemos fugado aqu¨ª para ocultarnos", se lamenta Giuliano. "Incluso han dicho que nos hemos cambiado los nombres por los de Juli¨¢n y Pablo para que no nos reconozcan, cuando la verdad es que nuestros amigos de aqu¨ª nos llaman as¨ª", a?ade. No buscaron ocultar su relaci¨®n pero s¨ª vivir en Espa?a, un pa¨ªs que es para ellos una referencia de los derechos de la comunidad homosexual.
Giuliano lamenta la discriminaci¨®n por parte de la iglesia hacia esta comunidad. "He dejado el ministerio [sacerdotal] con dolor, porque yo creo que un hombre que cree en Dios y ama a Jes¨²s puede ser un buen cura que dice la palabra de Dios, que la vive", asegura el antiguo p¨¢rroco de Selva di Progno, consciente de que siempre seguir¨¢ siendo cura ¡ªquien es ordenado sacerdote lo es de por vida¡ª y se resigna, no sin tristeza, a que su obispo le proh¨ªba oficiar misa en p¨²blico.
Para Giuliano, el amor trasciende cualquier etiqueta. "Jes¨²s habl¨® de amor, no de amor homosexual, heterosexual, transexual... Habl¨® del amor en su totalidad", afirma, y reconoce que espera que su historia con Paolo ayude a otras personas que viven con dificultad su homosexualidad, tanto dentro como fuera de la Iglesia.
En Gran Canaria, el siti¨® que los acogi¨®, se sienten libres. "Para nosotros, Gran Canaria es la isla de la eterna primavera de coraz¨®n", concluye la pareja.
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