¡°Aqu¨ª, en Brasil, no tengo futuro¡±
?Alguno de los precandidatos est¨¢ pensando en darle un futuro a los millones de j¨®venes que lucharon por llegar a la universidad y sue?an ahora con triunfar?
Una cosa es que un sondeo revele que el 63% de los j¨®venes brasile?os desee buscar mejor suerte fuera del pa¨ªs y otra encontrarte cara a cara, como me ocurri¨® estos d¨ªas, con uno de esos j¨®venes, un t¨¦cnico de electr¨®nica, que mir¨¢ndote con unos ojos que estaban tristes, te confiesa: ¡°Estoy pensando en irme. Busco desde Portugal a Australia un lugar donde pueda desarrollar mi profesi¨®n. Aqu¨ª, en Brasil, no tengo futuro¡±. Y a?adi¨®: ¡°Quiero vivir en un pa¨ªs serio¡±. Me dio pena y rabia a la vez.
Brasil vive, en efecto, un gran vac¨ªo de liderazgo pol¨ªtico. Dej¨® de ser no ya un pa¨ªs de futuro como se grit¨® alguna vez, sino de presente, donde los j¨®venes sienten que muchos de los que les gobiernan piensan m¨¢s en mantener sus privilegios y perpetuarse en el poder que en escuchar lo que la sociedad pide y rechaza. Quiz¨¢s fuera eso lo que el joven entend¨ªa por un pa¨ªs que no es serio.
En este momento, por ejemplo, ninguno de los precandidatos a las pr¨®ximas presidenciales parece tener un proyecto de pa¨ªs con may¨²scula, capaz de ofrecer esperanza a una sociedad m¨¢s madura de lo que piensan los pol¨ªticos. Los posibles candidatos a gobernar Brasil, un pa¨ªs grande como un continente en el que muchos de sus estados agonizan ahogados en deudas y castigados por la violencia, no parecen ofrecer una renovaci¨®n profunda del pa¨ªs.
Desgastados como est¨¢n por la peque?a pol¨ªtica de corral, nos venden el triste espect¨¢culo del vac¨ªo de proyectos. Parecen estar pensando m¨¢s bien en c¨®mo ganar segundos de propaganda televisiva, en c¨®mo conseguir el apoyo de esos partidos que se venden al mejor postor, sin importarles si son o no consonantes con su ideolog¨ªa. Todo parece valer para conseguir votos en una feria donde se pone en venta hasta la propia identidad.
En los partidos brasile?os, muchos, demasiados, siguen repartiendo las cartas los de siempre, incluso los involucrados en esc¨¢ndalos de corrupci¨®n cierran el paso a nuevos l¨ªderes j¨®venes. Y sin embargo, Brasil es un pa¨ªs que necesitar¨ªa de una renovaci¨®n profunda capaz de saber usar la fuerza de su sociedad para realizar mil experiencias de vanguardia que se pierden en el vac¨ªo de la falta de proyectos a nivel nacional donde canalizarlas. A ese Brasil que quiere m¨¢s, los pol¨ªticos siguen ofreci¨¦ndole el plato de comida rancia de siempre. Y eso en un mundo que se mira en el espejo de la posmodernidad, esa que a los j¨®venes no les asusta. La quieren y buscan fuera. Y se ir¨¢n si aqu¨ª no se encuentran realizados.
?Alguno de los precandidatos est¨¢, en efecto, pensando en darle un futuro de seguridad y modernidad, sin ideolog¨ªas trasnochadas, a esos millones de j¨®venes que lucharon por llegar a la universidad y sue?an ahora con triunfar? M¨¢s bien parece que los candidatos a gobernar el pa¨ªs se esfuerzan en maquillarse y disfrazarse para conseguir votos como sea. Hasta el ultraderechista Bolsonaro que siempre ha demostrado su desprecio por las minor¨ªas hoy dice que tenemos que acoger ¡°como a hermanos¡± a los afrodescendientes, de los que hab¨ªa dicho antes que ¡°no serv¨ªan ni para procrear¡±.
Vemos hasta candidatos progresistas dispuestos a prostituirse para aumentar consensos haciendo oscuros pactos con partidos corruptos y conservadores dando a entender que todo vale para ganar las elecciones. Lo que menos parece importar a los pol¨ªticos que pretenden tomar las riendas del pa¨ªs es el Brasil como proyecto. Un proyecto que no s¨®lo lo pacifique sino que abra caminos nuevos para su poblaci¨®n.
Las elecciones de octubre ser¨¢n un test para saber si podemos empezar a esperar algo diferente de toda esa pobreza pol¨ªtica que est¨¢ ah¨ª y que pronto empezar¨¢ a gritar a trav¨¦s de una propaganda ruidosa y vac¨ªa. ?Ser¨¢ la sociedad, con su voto, capaz de ganar una copa mejor que la que perdi¨® en Rusia? ?Ser¨¢ capaz de ofrecer un pa¨ªs serio, ese que busca el joven t¨¦cnico que quiere irse porque no lo encuentra? Y eso a pesar de que me dijo: ¡°Preferir¨ªa vivir aqu¨ª, donde nac¨ª y donde tengo a mi familia y amigos¡±. Esa frase deber¨ªa avergonzar a quienes tienen el poder y el deber de hacerlo realidad para que esos j¨®venes no tengan que huir abandonando sus ra¨ªces.
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