Si no es democracia, ?qu¨¦ es?

Se instal¨® el 20 de julio el Congreso m¨¢s heterog¨¦neo, posiblemente del ¨²ltimo cuarto de siglo en Colombia. Y ese Congreso estrena, adicionalmente, el Estatuto de la Oposici¨®n y recibe en sus curules, despu¨¦s de m¨¢s de 20 a?os, a A¨ªda Avella, sobreviviente de la exterminada Uni¨®n Patri¨®tica y a la hija del inmolado exguerrillero del M-19, Carlos Pizarro. En ese mismo Congreso repite repotenciado el expresidente ?lvaro Uribe y regresa Gustavo Petro como senador, posici¨®n garantizada para quien queda de segundo en los comicios presidenciales, prometiendo convertirse en la m¨¢s f¨¦rrea oposici¨®n del nuevo gobierno, que se posesionar¨¢ en menos de dos semanas.

Est¨¢n todas las tendencias del espectro ideol¨®gico. En el Congreso instalado el D¨ªa de Independencia comparten asiento los miembros de los Verdes, la tercera fuerza en las pasadas elecciones, tambi¨¦n con sus m¨¢s claros exponentes: Ang¨¦lica Lozano y Antanas Mockus.

Al recinto de la democracia ingresan las FARC. Aunque sin Jes¨²s Santrich y sin Iv¨¢n M¨¢rquez, otros ocho de ellos se posesionaron: Pablo Catatumbo, Carlos Antonio Lozada y Victoria Sandino, entre otros. Llegan a un Congreso con el prop¨®sito de ajustar los acuerdos de paz, pero ojal¨¢ a no destruirlos. Resulta necesario que r¨¢pidamente la Fiscal¨ªa muestre las pruebas para la captura, con fines de extradici¨®n, de Santrich, por presuntamente continuar como narcotraficante, para que se aclare de una vez por todas su situaci¨®n y quienes queden ocupen el espacio de la democracia que se les garantiz¨® al desmovilizarse luego de m¨¢s de 50 a?os en guerra.

Ese Congreso tan democr¨¢tico es fruto, g¨²steles o no a los contradictores, del proceso de paz con las FARC como lo es tambi¨¦n el Estatuto de la Oposici¨®n.

Tambi¨¦n hay independientes y j¨®venes. En total, 108 senadores y 177 representantes de 17 diferentes partidos o movimientos pol¨ªticos entre los que tambi¨¦n est¨¢n los m¨¢s religiosos y los que por d¨¦cadas nos han avergonzado: los saqueadores de siempre ¨¢vidos ante la llegada, en unos meses, de las elecciones regionales y locales.

Uribe ser¨¢ el due?o y se?or de una bancada cada vez m¨¢s consolidada esta vez con 19 senadores, a la que hoy est¨¢n unidos los liberales y los conservadores por lo que ese parlamento es autom¨¢ticamente la mejor plataforma para la oposici¨®n, que podr¨¢ brillar en el control pol¨ªtico.

El Estatuto de Oposici¨®n garantiza un control pol¨ªtico real con argumentos que pueden ser planteados en horarios privilegiados en los medios de comunicaci¨®n y no con insultos en las redes sociales o a trav¨¦s de fake news. Recibir¨¢n, adem¨¢s, financiamiento adicional el Polo Democr¨¢tico, con Jorge Robledo a la cabeza, la Alianza Verde y la coalici¨®n de la Decencia. Esperemos que tener todas esas garant¨ªas los obligue a honrar su papel y no a hacer con los otros lo que tanto han criticado en el pasado que han hecho con ellos.

El Gobierno a trav¨¦s de sus a¨²n fr¨¢giles mayor¨ªas debe hacer lo propio en plantear leyes novedosas, necesarias, que realmente hagan la diferencia y garanticen soluciones para soportar la gobernabilidad de Iv¨¢n Duque sin ceder a las respuestas clientelistas como las que intentaron Cambio Radical y la U, cuando buscaron unirse para amenazar las mayor¨ªas al gobierno y no lo lograron. No triunfaron en ese momento y terminaron por apoyarle al Centro Democr¨¢tico la presidencia de Ernesto Mac¨ªas, seg¨²n se dice sin concesiones burocr¨¢ticas.

Es un Congreso diferente, es un Congreso incluyente adem¨¢s con el reto de probar que es posible legislar sin chantajes. Estar¨¢n todos bajo la lupa de probar la coherencia de c¨®mo votaron las reformas de paz antes y c¨®mo actuar¨¢n ahora frente al mismo tema cuando forman parte de la coalici¨®n de gobierno. Estar¨¢n a prueba los nuevos liderazgos y las FARC que sin duda enfrentar¨¢n sin armas a sus contradictores y a sus v¨ªctimas cara a cara.