¡°La reforma constitucional en Cuba es puro teatro castrista¡±
La opositora afirma que los cambios en la isla solo buscan "perpetuar" al r¨¦gimen y reclama "presi¨®n internacional" para la democratizaci¨®n del pa¨ªs
Rosa Mar¨ªa Pay¨¢ (La Habana, 1989), uno de los rostros de la oposici¨®n anticastrista, es hija de Oswaldo Pay¨¢, en su d¨ªa el disidente m¨¢s relevante de Cuba y que muri¨® en 2012 en un accidente de coche. ¡°Con certeza, provocado por agentes del r¨¦gimen¡±, dice, y asegura que las autoridades le niegan el acceso al informe forense.
Pay¨¢ vive entre Miami y La Habana, donde afirma estar perseguida ¡°cada minuto¡±, y coordina la campa?a Cuba Decide por la celebraci¨®n de un plebiscito democr¨¢tico en la isla. En Cuba est¨¢ en curso una reforma constitucional con novedades como la eliminaci¨®n del vocablo comunismo, un concepto que cubanos como Pay¨¢ tuvieron que ensalzar cada ma?ana en su infancia en la escuela clamando a coro: ¡°?Pioneros por el comunismo, seremos como el Che!¡±.
Pregunta. A usted tambi¨¦n le toc¨®.
Respuesta. S¨ª, de peque?ita lo deb¨ª de decir muchas veces, pero desde el principio de la secundaria, cuando uno ya cobra conciencia de las cosas y se vuelve rebelde, dej¨¦ de hacerlo. Me quedaba callada. Bueno, yo y los hijos de los Testigos de Jehov¨¢.
P. ?C¨®mo fue ser hija de un opositor?
R. En los primeros a?os de la adolescencia sent¨ª m¨¢s la presi¨®n social, el peso de ser discriminada por cuestiones pol¨ªticas. Recuerdo la presi¨®n de algunos maestros, o al compa?ero que llegaba al aula y me dec¨ªa que la polic¨ªa pol¨ªtica hab¨ªa ido a su casa porque lo hab¨ªan visto yendo conmigo a la playa. Sin embargo, en la Cuba en la que yo crec¨ª, en los noventa y los dos mil, la mayor¨ªa de los alumnos y hasta de los profesores pensaba parecido a m¨ª, sab¨ªan que el sistema era un fracaso, y si algo experiment¨¦ fue la solidaridad con mi situaci¨®n. Y adem¨¢s, con los a?os, al ir creciendo, los motivos por los que en alg¨²n momento me podr¨ªa sentir discriminada se volvieron mi bandera.
P. ?Recuerda en especial alg¨²n momento tenso?
R. S¨ª, ya en la universidad, estudiando cuarto curso de F¨ªsica. Hab¨ªa una materia sobre econom¨ªa pol¨ªtica, que en realidad era solo sobre marxismo, y a m¨ª me toc¨® analizar el caso de China. Me puse a hablar de Mao y de los millones de chinos que murieron con la Revoluci¨®n Cultural o el Gran Salto Adelante, y as¨ª hasta Tiannanmen. Al llegar ah¨ª, la profesora, una se?ora ya bastante mayor, se vir¨® con mucha colera y me grit¨®: ¡°?Pues bien muertos est¨¢n!¡±.
P. Que se suprima la palabra comunismo, ?le parece relevante?
R. En realidad no cambia nada. Lo que se elimina es la frase que habla del ideal de construir una sociedad comunista en Cuba, pero se expresa claramente que el Partido Comunista es el rector de la sociedad y del Estado, es decir: por encima de la propia Constituci¨®n. Y se hace alusi¨®n al maxismo-leninismo. No solo eso, se dice que ser¨¢ una Constituci¨®n fidelista... Lo ¨²nico que est¨¢ detr¨¢s de esta supuesta reforma constitucional es un intento de perpetuaci¨®n del castrismo.
P. ?Qu¨¦ queda de ideolog¨ªa en la sociedad cubana? ?Y en el Estado?
R. En la sociedad no queda ni la m¨¢s m¨ªnima convicci¨®n comunista, y si alguna vez la hubo, hace mucho tiempo, habr¨ªa que tener en cuenta que quien dijera que cre¨ªa en aquello lo hac¨ªa en un ambiente de miedo y represi¨®n. Los ni?os por ejemplo no exclam¨¢bamos que quisi¨¦ramos ser como el Che porque nos apetec¨ªa. Era una obligaci¨®n. Y hoy el cubano lo que quiere es tener la opci¨®n de prosperar y de ser parte del mundo, salir adelante con su esfuerzo, y sabe que es el r¨¦gimen lo que le impide salir adelante. En cuanto al Estado, creo que la ideolog¨ªa no importa nada. Es simplemente un Estado secuestrado por un grupo de familias, encabezadas por la famila Castro, y cada una de sus acciones solo tiene el objetivo de mantener el poder y los recursos de todos el pueblo en sus manos.
P. ?Le sorprende algo de la reforma constitucional?
R. No. Es puro teatro que solo responde a la necesidad de la casta castrista de legitimarse, de darse una mano de pintura de cara a la comunidad internacional y, en segundo lugar, al propio pueblo cubano. Es una mascarada en la que los ciudadanos no deciden nada.
P. ?Y en cuanto a que se reconozca la propiedad privada?
R. Es un golpe de efecto de puertas afuera. La realidad es que a¨²n no hay nada legislado que reconozca el derecho a la propiedad privada, solo se dice que habr¨¢ una ley espec¨ªfica. Y creo que nada que reconozca la Constituci¨®n de un pa¨ªs en el que el poder de un partido est¨¢ por encima del ser humano y de sus derechos ser¨¢ un reconocimiento real.
P. ?Cree que la nueva generaci¨®n castrista abrir¨¢ el juego pol¨ªtico?
R. Si depende de ellos, no. Pero estoy convencida de que los cubanos estamos en condiciones de forzarlos a hacerlo.
P. ?De qu¨¦ manera?
R. Con movilizaci¨®n social, desobediencia civil no violenta y solidaridad internacional, especialmente de los gobiernos de los pa¨ªses democr¨¢ticos. Salir a la calle por si solo no es garant¨ªa de nada. Un mill¨®n de venezolanos en las calles no lograron derrocar al chavismo y en Nicaragua ya han matado a m¨¢s de 300 personas, y en ambos lados con presencia sobre el terreno de agentes cubanos. No se puede esperar que el cambio venga de una hipot¨¦tica inmolaci¨®n del pueblo cubano. Es necesaria la presi¨®n internacional, que se exiga desde fuera que se respete el derecho del pueblo cubano a decidir su gobierno.
P. ?Qu¨¦ espera de la Uni¨®n Europea?
R. En primer lugar, la denuncia expl¨ªcita de que los actuales representantes del pueblo cubano no lo son, porque no han sido elegidos por el pueblo cubano. En segundo lugar, que se tomen medidas para presionar. Y la Uni¨®n Europea no est¨¢ yendo en esa direcci¨®n, porque est¨¢ en proceso de aprobaci¨®n un nuevo tratado de relaciones con Cuba en el que no existe ning¨²n lenguaje que ponga condiciones al r¨¦gimen para que respete los derechos humanos de los ciudadanos y sus derechos pol¨ªticos reales. En mi opini¨®n la posici¨®n que est¨¢n tomando beneficia a la dictadura y le concede legitimidad. El r¨¦gimen est¨¢ vendiendo un proceso de cambio que en realidad es un fraude, y se lo est¨¢n comprado.
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