La ONU reconoce las violaciones a los derechos humanos de Lydia Cacho

El caso de la periodista mexicana Lydia Cacho cobra un nuevo impulso 13 a?os despu¨¦s. La Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU) ha reconocido que fueron violentados los derechos humanos con la detenci¨®n de la autora de Los demonios del ed¨¦n, un libro que revel¨® en marzo de 2005 una red de trata y explotaci¨®n infantil en el Estado de Quintana Roo. El Comit¨¦ de Derechos Humanos del organismo internacional ha emitido una resoluci¨®n que exige al Estado mexicano reparar el da?o a la periodista, procesar a los responsables de las violaciones cometidas y derogar de los c¨®digos penales los delitos de difamaci¨®n y calumnias, pues permiten al poder pol¨ªtico y econ¨®mico utilizarlos como armas contra los informadores.

Lydia Cacho fue detenida por diez personas en Quintana Roo, al sur del pa¨ªs, nueve meses despu¨¦s de que su investigaci¨®n fuera publicada. El grupo la traslad¨® en una camioneta hasta el Estado de Puebla en un trayecto de 20 horas donde no se le permiti¨® comer ni comunicarse con nadie. En el camino fue v¨ªctima de tortura psicol¨®gica y de tocamientos, adem¨¢s de amenazas de muerte.

M¨¦xico fue testigo, el 14 de febrero de 2006, de una repugnante llamada telef¨®nica difundida por el peri¨®dico La Jornada en la que el empresario textil Kamel Nacif Borge, se?alado como una de las piezas clave en la red de explotaci¨®n sexual infantil, congratulaba a Mario Mar¨ªn, el gobernador priista de Puebla, por la detenci¨®n de la periodista por el delito de calumnia. "Eres el h¨¦roe de esta pel¨ªcula, pap¨¢", asegur¨® Nacif en el pinchazo telef¨®nico del 23 de diciembre de 2005. El mandatario le respondi¨® orgulloso: "Ya ayer le acab¨¦ de dar un pinche coscorr¨®n a esta vieja cabrona. Le dije que aqu¨ª en Puebla se respeta la ley y no hay impunidad".?

El caso se convirti¨® en un ejemplo de c¨®mo las relaciones entre el poder econ¨®mico y pol¨ªtico pod¨ªan conspirar, en este caso en contra la de la libertad de expresi¨®n. Eso es lo que reconoci¨® la ONU este martes en un hist¨®rico primer dictamen contra M¨¦xico. "Es sumamente importante y de gran relevancia porque es un caso emblem¨¢tico y porque las violaciones siguen repiti¨¦ndose 13 a?os despu¨¦s", ha dicho este jueves Jan Jarab, representante en M¨¦xico del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. "Es un mensaje claro contra el Estado mexicano de que la violencia contra los periodistas es inaceptable", agreg¨® Leopoldo Maldonado, uno de los abogados que llevaron el caso a la ONU.?

"Despu¨¦s de 13 a?os tengo la seguridad de que este es un m¨¦rito de la sociedad civil. Logramos que las fiscal¨ªas fueran analizadas por la sociedad", ha dicho Lydia Cacho al festejar la noticia. El dictamen reconoce que la periodista fue torturada, v¨ªctima de violencia de g¨¦nero y de una detenci¨®n arbitraria. Adem¨¢s, su derecho a la libertad de expresi¨®n fue vulnerado. El delito ha quedado impune a pesar de ser de los primeros en llegar a la Fiscal¨ªa para delitos contra periodistas creada en febrero de 2006, durante el Gobierno de Vicente Fox.?"Este es un ¨¦xito y un triunfo de la capacidad de la sociedad para llegar a instancias internacionales y una muestra de la incapacidad de las instancias nacionales para hacer su trabajo", ha agregado Jarab.

M¨¦xico tiene 180 d¨ªas para responder el dictamen emitido por la ONU. Jarab asegura que la secretar¨ªa de Relaciones Exteriores ya ha expresado su disposici¨®n para atender a las exigencias, que incluyen una investigaci¨®n imparcial, pronta y exhaustiva de los hechos denunciados por Lydia Cacho; juzgar y castigar a con penas adecuadas a las personas halladas responsables, compensar a la periodista por los da?os causados y derogar los delitos de difamaci¨®n y calumnia, que a¨²n son vigentes en ocho de los 32 Estados del pa¨ªs. Cacho afirma que solo uno de sus torturadores est¨¢ en prisi¨®n. Otro m¨¢s est¨¢ pr¨®fugo y es protegido por la polic¨ªa de Puebla. Adem¨¢s de eso nadie ha sido llevado a la justicia.?

"Tenemos que aprender de los errores del pasado", dijo Cacho. "A los periodistas no nos toca ser h¨¦roes o hero¨ªnas. Solo somos sobrevivientes de la tragedia nacional", agreg¨®. Sin embargo, las agresiones contra la prensa en M¨¦xico no han hecho otra cosa m¨¢s que aumentar. Once informadores fueron asesinados en 2017 y otros siete reporteros han muerto en el primer semestre de 2018. La ONU ha enviado un mensaje m¨¢s de que este clima es inaceptable.? ??