¡°Yo no hago abortos, pero te recomiendo a alguien¡±
Cada minuto y medio una mujer interrumpe su embarazo en Argentina, pese a ser un delito penado con hasta cuatro a?os. El Senado debate esta semana su legalizaci¨®n
La ginec¨®loga Cecilia Ousset trabaj¨® entre 2000 y 2004 en el servicio de urgencias de un hospital p¨²blico de Mendoza, en el oeste de Argentina. ¡°Vi morir mujeres, a veces madres de varios chicos, que pasaron lamentablemente sus ¨²ltimos minutos l¨²cidas conmigo y una polic¨ªa pregunt¨¢ndole qui¨¦n le hab¨ªa realizado el aborto porque era un delito¡±, explica Ousset. La doctora lo cont¨® primero en una carta p¨²blica y despu¨¦s frente a los senadores que el pr¨®ximo mi¨¦rcoles deben decidir si Argentina legaliza el aborto o mantiene su prohibici¨®n excepto en caso de violaci¨®n o riesgo para la vida de la madre. El proyecto ya fue aprobado por la C¨¢mara de Diputados, pero lo tiene m¨¢s dif¨ªcil en la conservadora C¨¢mara alta.
La legislaci¨®n actual prev¨¦ penas de entre uno y cuatro a?os para las mujeres que deciden interrumpir un embarazo. Pero no es una medida disuasoria. Las que no quieren ser madres encuentran la forma de abortar, ya sea con pastillas en sus casas, en cl¨ªnicas clandestinas m¨¢s o menos profesionales o con m¨¦todos peligrosos como sondas, perejil y agujas de tejer, entre otros. Seg¨²n estimaciones extraoficiales, avaladas por el Ministerio de Salud, entre 350.000 y 450.000 gestantes abortan cada a?o. Una cada minuto y medio.
Los circuitos ilegales son muy distintos seg¨²n el contexto socioecon¨®mico. Laura, de clase media, ten¨ªa 23 a?os, estudiaba Sociolog¨ªa y viv¨ªa a¨²n con sus padres cuando se qued¨® embarazada. Ni ella ni su novio quer¨ªan tener un beb¨¦ en ese momento y se lo plantearon a las familias, que, resignadas, los acompa?aron en la decisi¨®n. ¡°Yo no hago abortos, pero te recomiendo alguien seguro y serio, nos dijo el ginec¨®logo¡±, recuerda Manuel, su novio. Llamaron al colega al que les deriv¨® y fueron ellos dos y los padres de ella al consultorio, situado frente a un reconocido hospital infantil de Buenos Aires. ¡°Hab¨ªa una anestesista, una enfermera y un m¨¦dico. No dur¨® mucho, unos 20 minutos y fue todo bien¡±, agrega Manuel.
Sin posibilidad de otro voto hasta dentro de un a?o
La C¨¢mara de Diputados argentina aprob¨® el pasado 14 de junio por 129 votos a favor, 125 en contra y una abstenci¨®n el proyecto de ley para legalizar el aborto, pero se estima que en el Senado la mayor¨ªa votar¨¢ el mi¨¦rcoles en contra. Y si el Senado rechaza el proyecto, no podr¨¢ ser presentado de nuevo hasta 2019.
Durante el ¨²ltimo mes, el Senado debati¨® una propuesta de ley que autoriza la interrupci¨®n voluntaria del embarazo hasta la 14? semana y garantiza su gratuidad. Para facilitar los apoyos, grupos a favor de la legalizaci¨®n propusieron acortar el lapso de 14 a 12 semanas de gestaci¨®n e incluso introducir la objeci¨®n de conciencia institucional, que hubiese permitido no solo a m¨¦dicos y enfermeros, sino a toda una cl¨ªnica negarse a realizar abortos. Pero la iniciativa no sali¨® adelante.
En Am¨¦rica Latina, el aborto es plenamente legal en Uruguay y Cuba. Tambi¨¦n est¨¢ permitido en Ciudad de M¨¦xico.
Daniela Dom¨ªnguez, estudiante y madre de una hija, consigui¨® pastillas de mifepristona y misoprostol y precisas instrucciones de c¨®mo tomarlas. Se provoc¨® con ellas un aborto en compa?¨ªa de su pareja, no tuvo complicaciones y unos d¨ªas despu¨¦s acudi¨® a una cita ginecol¨®gica en la que corroboraron que ya no hab¨ªa embarazo.
No todas las mujeres que dan ese paso tienen la misma suerte. En 2016, ¨²ltimo a?o con cifras oficiales, se registraron 47.000 ingresos hospitalarios por complicaciones derivadas de abortos y 43 muertes por esa causa. Por miedo a ser interrogadas en el hospital, hay gestantes que tardan varios d¨ªas en ir al m¨¦dico, hasta que ya es demasiado tarde. Hace s¨®lo tres semanas, una joven de 25 a?os muri¨® desangrada tras un aborto en Corrientes, al norte del pa¨ªs. ¡°Llevaba siete d¨ªas de sangrado, estaba muy descompensada, no ten¨ªa sangre. No ten¨ªa ni un litro de sangre, era un papel. Estaba en muy mal estado y tuvimos que derivarla inmediatamente a [la ciudad de] Goya¡±, dijo a medios locales la directora del hospital p¨²blico de Perugorr¨ªa, Paola Rodr¨ªguez. Seg¨²n esta responsable, la mujer les dijo que ¡°estaba embarazada y aparentemente hab¨ªa perdido su beb¨¦¡± y que ¡°no vino antes porque una amiga le dijo que hiciera reposo en su casa, que ya se le iba a pasar¡±.
En su carta, Ousset asegur¨® que una noche en urgencias tuvo que realizar 18 legrados por abortos incompletos. ¡°Recuerdo esas guardias donde arm¨¢bamos las partes fetales en la mesita quir¨²rgica para asegurarnos de que no le quede nada adentro a la madre¡±, escribi¨® la m¨¦dica. ¡°Muchas veces esas chicas estaban en mal estado cl¨ªnico y con el ¨²tero o el intestino destrozados. Vi abortos con perejil, con agujas de tejer, con permanganato de potasio, con Oxaprost en cantidades insuficientes. La mayor¨ªa eran mujeres pobres, j¨®venes, algunas con otros hijos, que llevaron el dolor, la fiebre, el olor a podrido y el secreto del abortero hasta la tumba¡±, declar¨® Ousset ante los senadores.
Un relato traum¨¢tico
Ante esa dura realidad, en las ciudades de Buenos Aires y Rosario se abrieron en los ¨²ltimos a?os consejer¨ªas en los hospitales p¨²blicos donde orientan y acompa?an a las mujeres con embarazos no deseados. Pero a menudo no es f¨¢cil llegar a ellas, lamenta Elena, de 44 a?os y madre de cinco hijos. Su primera idea fue pedir ayuda a su ginec¨®loga, en un centro de atenci¨®n primaria de Buenos Aires. ¡°Me dijo que busque otro lugar porque ella no me puede ayudar en esto. Porque esto no est¨¢¡ est¨¢ prohibido¡±, recuerda Elena. Tras la consulta fallida pregunt¨® a una amiga, que la envi¨® a una farmacia y de la farmacia la rebotaron a la consejer¨ªa. Otras mujeres encuentran ayuda a trav¨¦s de las l¨ªneas telef¨®nicas de las socorristas en red. Las hay que buscan en Internet.
El debate sobre la legalizaci¨®n del aborto en el Congreso ha arrojado luz sobre una realidad que hasta ahora hab¨ªa permanecido oculta. ¡°No dec¨ªamos la palabra aborto, dec¨ªamos eufemismos¡±, se?al¨® la escritora Claudia Pi?eiro en su exposici¨®n en el Senado. ¡°Ahora hablamos del aborto ac¨¢, en el Congreso, y en nuestras casas, con nuestros hijos, en las escuelas, en todos lados y tenemos que dar una respuesta, cada una la que le parece. Pero estamos hablando de un problema de salud que tenemos y que no podemos negar m¨¢s¡±, agreg¨®.
Desde febrero, cuando el presidente Mauricio Macri anunci¨® que permitir¨ªa que se debatiese el proyecto de ley, cientos de mujeres han contado por primera vez en p¨²blico que interrumpieron su embarazo. Algunas lo recuerdan aliviadas, otras como un trauma, algunas se arrepienten. Las hay a favor y en contra del aborto. Pero unas y otras est¨¢n pendientes de la hist¨®rica votaci¨®n del d¨ªa 8.
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