¡°Abort¨¦ con pastillas en casa¡±
El debate sobre la despenalizaci¨®n del aborto en el Congreso argentino ha roto el silencio de las mujeres que interrumpieron su embarazo
Era viernes por la noche, recuerda Daniela Dom¨ªnguez. Estaba en casa con su pareja. Hab¨ªa avisado a una amiga m¨¦dica para que la acompa?ase a un servicio de guardia de Buenos Aires si hab¨ªa alguna complicaci¨®n. Ten¨ªa preparadas cinco pastillas: una de mifepristona y cuatro de misoprostol. Primero tom¨® la mifepristona y al cabo de una hora las cuatro pastillas de misoprostol de forma sublingual durante 30 minutos. Recuerda que comenz¨® un sangrado muy leve, que se acentu¨® con el paso de las horas "hasta ser parecido a una menstruaci¨®n. Se hab¨ªa quedado embarazada sin desearlo y no quer¨ªa ser madre de nuevo en este momento, a punto de terminar la carrera docente, con trabajos inestables, una hija a cargo y una pareja con la que reci¨¦n empezaba. Tuvo un aborto con medicamentos. Se sinti¨® "aliviada".
A Luciana, de 47 a?os y madre de tres hijos, el mundo se le vino abajo cuando se hizo una prueba y descubri¨® que estaba embarazada por cuarta vez. "Pens¨¦ que era la menopausia", dice. Le retiraron el DIU que llev¨® durante cinco a?os y no consigui¨® que le pusieran otro. "Me dieron mil vueltas en el hospital porque me ten¨ªa que hacer varios an¨¢lisis, fueron pasando los meses, perd¨ª una orden, tuve que volver... Trataba de cuidarme naturalmente, pero fall¨®", cuenta esta cocinera. Una amiga la acompa?¨® a una farmacia donde le vendieron seis pastillas de misoprostol sin receta por 2.000 pesos (80 d¨®lares). "Me dijo que me ten¨ªa que tomar tres y tres vaginalmente, pero no funcion¨®", relata. Volvi¨® a la farmacia, le vendieron m¨¢s y le dijeron que si no funcionaba tendr¨ªa que ir a que le hicieran un raspado. En vez de eso, guiada por otra amiga, lleg¨® a un hospital p¨²blico. All¨ª la orientaron para que el paso que estaba decidida a dar fuera lo m¨¢s seguro posible. "Me dijeron que no me las ten¨ªa que tomar, sino tener bajo la lengua media hora", recuerda. "Abort¨¦ con pastillas en casa, sin complicaciones".
Como ellas, cada minuto una mujer aborta en Argentina. No es una cifra oficial, porque no existe, sino una estimaci¨®n. Un estudio solicitado por el Ministerio de Salud en 2005 calcul¨® que cada a?o se realizan cerca de 450.000 interrupciones de embarazo. Amnist¨ªa Internacional y otras ONG hablan de 500.000. Para la ley argentina, abortar es un delito excepto en caso de violaci¨®n o riesgo para la salud de la madre, pero las mujeres lo hacen igual. Casi ninguna termina en la c¨¢rcel, ni siquiera ante los tribunales, pero abortar en la clandestinidad genera miedo y aumenta los riesgos sobre su salud. 10.000 personas tuvieron que ser hospitalizadas en 2016 por complicaciones derivadas de una interrupci¨®n del embarazo insegura y 43 murieron. Una d¨¦cada atr¨¢s, las muertes eran m¨¢s del doble y rozaban las cien. El debate actual en el Congreso para tratar proyectos de ley que despenalizan el aborto ha hecho m¨¢s visible esta realidad. Hasta hace unos a?os el m¨¦todo m¨¢s com¨²n era el quir¨²rgico, pero hoy son cada vez m¨¢s las que optan por interrumpir el embarazo con medicamentos.
"Somos una sociedad hip¨®crita. Imagin¨¢ que llevan en cana (arrestan) a todas las que abortan. ?D¨®nde nos meten? Eso no pasa. Lo que pasa es que si ten¨¦s plata abort¨¢s de forma segura y si no ten¨¦s, terminas en cualquier lugar poniendo en riesgo tu vida o te resign¨¢s y ten¨¦s un hijo que no deseaste", dice Romina, de 17 a?os, con el pa?uelo verde de la campa?a a favor del aborto legal, seguro y gratuito atado en la mochila. "Yo no abort¨¦, pero acompa?¨¦ a una amiga de mi edad que ley¨® en internet c¨®mo usar misoprostol", agrega. "Hay muchas farmacias donde no te lo venden y es peor as¨ª, porque si no es con pastillas lo har¨¢n de otro modo m¨¢s inseguro. Una amiga de mi mam¨¢ cuando era piba se tir¨® por las escaleras y se golpe¨® la panza a ver si lo perd¨ªa", contin¨²a.
"Somos una sociedad hip¨®crita. Imagin¨¢ que llevan en cana a todas las que abortan. ?D¨®nde nos meten?", pregunta Romina
En la ¨²ltima d¨¦cada han aparecido numerosas redes de mujeres que asesoran sobre c¨®mo interrumpir el embarazo. Una de ellas es Socorristas en Red, que en 2017 acompa?¨® a cerca de 5.000 mujeres, seg¨²n Violeta, una de sus integrantes. El primer contacto suele ser telef¨®nico y despu¨¦s hay un encuentro presencial. "Explicamos c¨®mo hacerse un aborto de forma segura, tambi¨¦n ayudamos a sacar culpas y miedos. Vivimos en un contexto de mucha clandestinidad, con muchos abortos en el closet, y es importante saber que le pasa a personas de todas las clases sociales y de todas las edades", cuenta la socorrista. Tambi¨¦n cree importante desmitificar el trauma posaborto: "El aborto no es traum¨¢tico para mujeres que lo pueden hacer acompa?adas. S¨ª hay miedo por las condiciones de clandestinidad".
Estas redes son bastante conocidas entre las feministas y cada vez m¨¢s entre j¨®venes de clase media y alta de Buenos Aires, pero no tanto en otros c¨ªrculos ni fuera de la capital. La visibilidad se dispar¨® cuando una actriz y comediante argentina, Virginia Bimba Godoy, mencion¨® el aborto con medicamentos en el programa estrella de espect¨¢culos de la televisi¨®n argentina, Intrusos, con acceso a un p¨²blico mucho m¨¢s amplio. "Desde entonces los tel¨¦fonos no han parado de llamar", se?ala Violeta.
Las interrupciones legales del embarazo en Buenos Aires pasaron de 134 en 2015 a 1.893 en 2017
El aborto con misoprostol es la opci¨®n que recomiendan hasta la semana 12 de embarazo. En Argentina s¨®lo se comercializa bajo una marca que mezcla misoprostol con diclofenac y se receta contra las ¨²lceras g¨¢stricas. Se vende por 3.000 pesos (130 d¨®lares) con receta, aunque las redes saben a qu¨¦ farmac¨¦uticos dirigirse para conseguirla sin ella. Un aborto quir¨²rgico ronda los 900 d¨®lares. Hay mujeres sin recursos ni informaci¨®n que acuden a centros con escasas condiciones higi¨¦nicas, se someten a m¨¦todos inseguros y peligrosos o recurren a curanderas para que les receten hierbas abortivas. En caso de sufrir una infecci¨®n intentan evitar el hospital, por miedo a ser denunciadas si descubren que abortaron.
Tambi¨¦n hay m¨¦dicos que tienen miedo por la criminalizaci¨®n del aborto, dice Viviana Mazur, integrante de la Coordinaci¨®n de Salud Sexual, Sida e Infecciones de Transmisi¨®n Sexual del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. "Hay los que trabajan por ampliar el acceso y que los abortos se hagan de forma segura. Hay parte que est¨¢n por la oposici¨®n m¨¢s absoluta y la mayor¨ªa tiene mucha incertidumbre y temor", dice esta m¨¦dica generalista al describir a sus colegas. Mazur se?ala que en la capital argentina se garantiza el derecho al aborto no punible, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones, como el norte, m¨¢s conservador. "Les entregamos la medicaci¨®n para que tomen en sus casas y luego deben acudir a los centros de salud para los controles", detalla. Las interrupciones legales del embarazo en Buenos Aires pasaron de 134 en 2015 a 1.893 en 2017. La ley no ha cambiado, pero los m¨¦dicos son m¨¢s propensos a aplicar el criterio de riesgo para la madre.
Las encuestas indican que la mayor¨ªa de los argentinos est¨¢n a favor de despenalizar el aborto, pero en el Congreso los partidarios de esa opci¨®n son minor¨ªa. A la espera del voto, previsto para el pr¨®ximo mes, el debate parlamentario ha provocado que decenas de mujeres rompan el silencio. "Ya no es m¨¢s un tab¨²", asegura Dom¨ªnguez, "Nos dimos cuenta de que capaz hoy me toc¨® a m¨ª, pero ma?ana a ti o a otra y si est¨¢s acompa?ada e informada dej¨¢s de sentirte sola".
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