Lula desaf¨ªa a los jueces y se inscribe candidato a la presidencia de Brasil

¡°Lula candidato¡±, el sintagma m¨¢s discutido en la pol¨ªtica brasile?a en los ¨²ltimos meses, ya es una realidad, al menos por ahora. El Partido de los Trabajadores (PT) ha inscrito oficialmente a Lula como?como su candidato a las elecciones generales del pr¨®ximo octubre, desoyendo las advertencias de los jueces, que recuerdan que la condena en la segunda instancia que pesa sobre el expresidente -y que deber¨ªa tenerle entre rejas los pr¨®ximos 12 a?os- le inhabilite para ello. Este es el ¨²ltimo gran ¨®rdago de quien todav¨ªa es el candidato favorito con diferencia en las encuestas (y que necesita del aforamiento que viene con el cargo de presidente de la rep¨²blica para librarse de los muchos juicios por corrupci¨®n que tiene por delante). Un ¨®rdago que deja a sus enconados rivales del poder judicial una ¨²nica maniobra posible: vetar la candidatura y provocar la ira de los millones de seguidores del expresidente.

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A¨²n desde la c¨¢rcel, Lula ha convertido el tr¨¢mite de su inscripci¨®n en un despliegue de popularidad: la "Marcha Nacional Lula Libre". Decenas de miles de sus muchos seguidores se han desplazado hasta Brasilia y han desfilado durante seis kil¨®metros hasta la misma puerta del Tribunal Electoral, donde se realiz¨® la inscripci¨®n, previo discurso de la presidenta del PT, Gleisi Hoffman y la expresidenta Dilma Rouseff. Un recuerdo de que, en el antip¨¢tico panorama pol¨ªtico de Brasil, Lula todav¨ªa mueve masas.

Pero lo cierto es que tambi¨¦n las necesita. M¨¢s que una carrera hacia las urnas, la suya es una carrera contra el tiempo: cuanta m¨¢s campa?a electoral sea capaz de hacer el PT usando su poderoso nombre, m¨¢s tenso ser¨¢ el inevitable d¨ªa que el Tribunal Electoral vete su candidatura. En teor¨ªa ese d¨ªa no debe retrasarse m¨¢s del 17 de septiembre, fecha l¨ªmite prevista para revisar las inscripciones. Pero tanto la presidenta del Tribunal Electoral, Rosa Weber, como la fiscal general de la rep¨²blica, Raquel Dodge, han dado entender en los ¨²ltimos d¨ªas que tienen formas de acelerar la sentencia de la candidatura del PT y las usar¨¢n.

A la agrupaci¨®n, malherida desde que perdi¨® el poder en el juicio pol¨ªtico a Rousseff en 2016, se le viene encima una batalla en el terreno donde hasta la fecha peor se ha manejado: el judicial. Y m¨¢s que desfiles, lo que necesitan son argumentos jur¨ªdicos a su favor. Por ahora, los que defienden los abogados se pueden resumir en tres: que el caso de Lula a¨²n no ha llegado al Tribunal Supremo y que por tanto existe la posibilidad de que la condena sea cancelada (si bien muchos juristas la encuentran irrisoria). Que el mero hecho de estar inscrito como candidato deber¨ªa garantizar la posibilidad de hacer una campa?a y poner su nombre en las papeletas. Y, finalmente, que en caso de que el Tribunal Electoral decida vetarle, Lula deber¨ªa poder presentar recursos contra esa decisi¨®n y mientras tanto seguir haciendo campa?a.

Muchos en Brasilia dan por hecho que, en caso de que finalmente no pueda seguir haciendo campa?a, Lula ceda su puesto a quien hoy es el n¨²mero dos en la candidatura, Fernando Haddad. El exalcalde de S?o Paulo es, para ellos, el ¨²nico nombre lo suficientemente fuerte como para salir airoso del aparentemente inevitable escenario de unas elecciones sin Lula.