Muere a los 80 a?os Kofi Annan, ex secretario general de la ONU y Nobel de la Paz

El mundo de la diplomacia global acaba de perder a una de sus figuras m¨¢s relevantes y elegantes. Kofi Annan, el s¨¦ptimo secretario general de las Naciones Unidas, ha fallecido este s¨¢bado en Berna (Suiza) tras padecer una breve enfermedad. Ten¨ªa 80 a?os de edad. Durante su mandato logr¨® elevar en altura un cargo puramente administrativo gracias a su personalidad, carisma, determinaci¨®n y temperamento. El legado que deja es enorme en el ¨¢mbito del desarrollo. Pero sus 10 a?os al frente de la organizaci¨®n multilateral tambi¨¦n estuvieron dominados por momentos oscuros.

Kofi Annan, nacido en Kumasi (Ghana), dirigi¨® la ONU entre enero de 1997 y diciembre de 2006. En 2001, justo a la mitad de su doble mandato, fue galardonado con el Nobel de la Paz por su trabajo al frente de la instituci¨®n para lograr un mundo mejor organizado y m¨¢s pac¨ªfico. La fundaci¨®n familiar anunci¨® su fallecimiento este s¨¢bado en Twitter. No indic¨® la enfermedad. Se limita a explicar que su estado de salud se deterior¨® con rapidez al regresar de Sud¨¢frica, donde particip¨® en la conmemoraci¨®n del cumplea?os de Nelson Mandela.

Annan simbolizaba la ONU. Toda su carrera la dedic¨® a la instituci¨®n, donde empez¨® a escalar en 1962 desde un puesto de funcionario en la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Eso le permiti¨® conocer los entresijos de una estructura enormemente compleja. Durante sus dos mandatos, y gracias a su personalidad, logr¨® romper con las rigideces que impone la carta fundacional del organismo al cargo de secretario general, hasta el punto de darle un perfil pol¨ªtico que irrit¨® a los pa¨ªses m¨¢s poderosos. Su misi¨®n, de hecho, fue la de acercar la ONU a la gente, para que no fuera un club de gobiernos.

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Era un optimista por naturaleza. La visi¨®n de Kofi Annan, que sucedi¨® a Boutros Boutros-Ghali, era la de consolidar y reforzar el papel que juega la instituci¨®n universal como espina dorsal en el orden mundial creado tras la gran guerra. Con su compasi¨®n y empat¨ªa logr¨® llegar as¨ª a millones de personas necesitadas por todo el mundo. Impuls¨® los Objetivos del Milenio contra la pobreza, el protocolo de Kioto contra el cambio clim¨¢tico y el fondo para el sida, la tuberculosis y la malaria.

Como se?ala el actual secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, ¡°fue un referente y una gu¨ªa¡± para la familia onusiana y para los que creen en el papel de la instituci¨®n. ¡°Perdemos a un gran humanista¡±, a?ade el presidente espa?ol, Pedro S¨¢nchez. La manera con la que capitane¨® la organizaci¨®n recordaba mucho a la del sueco Dag Hammarsjold, que tambi¨¦n trat¨® de dar m¨¢s visibilidad a las funciones de secretario general en los ¨¢mbitos pol¨ªtico, diplom¨¢tico y humanitario.

Kofi Annan trat¨® as¨ª de adaptar la instituci¨®n a la nueva realidad global, para evitar atrocidades como el genocidio en Ruanda, que tuvo lugar cuando dirig¨ªa las operaciones de paz, o la masacre en Srebrenica. Pero su doble mandato coincidi¨® con un momento especialmente turbulento en el mundo de la diplomacia, que hizo tambalear los resortes del sistema multilateral. La intervenci¨®n militar en Irak le enfrent¨® directamente con Estados Unidos y Reino Unido, dos de los cinco pa¨ªses con poder de veto en el Consejo de Seguridad.

Annan reconoci¨® en su despedida que no poder evitar la guerra en Irak fue su mayor fracaso. El choque interno entre las potencias que dominan en el ¨®rgano que vela por la paz provoc¨® una verdadera par¨¢lisis institucional y rompi¨® con la unidad global que forj¨® el atentado del 11 de septiembre de 2001 contra la Torres Gemelas y el Pent¨¢gono. ¡°Fue el momento m¨¢s oscuro¡±, dijo. Sus memorias, Intervenciones: Una vida en la guerra y en la paz, reflejan esa gran frustraci¨®n.

La recta final de su mandato fue tambi¨¦n la m¨¢s dif¨ªcil en lo personal. La gran sombra que persigui¨® su gesti¨®n al frente de la ONU fue el fraude en el Programa Petr¨®leo por Alimentos para Irak, un mecanismo dise?ado para ayudar al pueblo iraqu¨ª durante los a?os del embargo y que ¨¦l mismo negoci¨® con el r¨¦gimen de Bagdad. El esc¨¢ndalo salpic¨® a su hijo. Las denuncias de abusos sexuales por parte de los cascos azules tambi¨¦n nublaron la recta final.

Esta concatenaci¨®n le oblig¨® a dedicar gran parte de su tiempo a restaurar una reputaci¨®n muy deteriorada. Pero su prestigio moral, su carisma y su capacidad para negociar quedaron intactas. Nunca dej¨® por completo el organismo. En 2012 fue designado por Ban Ki-moon como enviado especial para Siria. La ONU que dej¨® atr¨¢s es ahora una organizaci¨®n m¨¢s comprometida con el desarrollo, la lucha contra el cambio clim¨¢tico, la defensa de los derechos humanos y la paz. ¡°Fue una fuerza para el bien¡±, concluye Ant¨®nio Guterres.

Zeid Raad Al Huseein, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, le define ¡°como la personificaci¨®n de la decencia humana¡±. ¡°Fue un l¨ªder para millones¡±, a?ade, al tiempo que resalta que su p¨¦rdida se hace a¨²n m¨¢s profunda en un mundo que est¨¢ repleto de dirigentes que carecen, precisamente, de ese carisma y elegancia. ¡°Contribuy¨® a hacer del mundo que ha dejado un lugar mejor que aquel en el que naci¨®¡±, valora la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May.