El ¨¦xodo de Venezuela y Nicaragua provoca brotes xen¨®fobos en la regi¨®n

Cientos de miles de venezolanos han cruzado las fronteras terrestres hacia Brasil y Colombia en los ¨²ltimos meses para intentar escapar de la crisis econ¨®mica, pol¨ªtica y social que vive su pa¨ªs. Colombia ha dado residencia temporal a m¨¢s de 800.000. Centenares emprenden cada d¨ªa una trayectoria terrestre para alcanzar Per¨², Chile, Argentina e incluso Uruguay. Per¨², que desde hace dos a?os les otorga un permiso temporal de trabajo, estima que casi 400.000 venezolanos se han establecido en su territorio desde hace un a?o. El pico fue el 11 de agosto pasado, cuando entraron en un solo d¨ªa 5.100.

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En Ecuador, seg¨²n datos del Ministerio del Interior, al menos un mill¨®n de venezolanos ha cruzado la frontera com¨²n, si bien los que permanecen en el pa¨ªs son unos 250.000. Ante las cr¨ªticas, Quito ha eliminado la exigencia de pasaporte para el ingreso en el pa¨ªs de ni?os y adolescentes venezolanos siempre que lleguen acompa?ados de sus padres o tutores con el citado documento. Las restricciones administrativas tuvieron un efecto inmediato y ya el s¨¢bado se registr¨® poca afluencia de venezolanos en la frontera entre Ecuador y Colombia, cuando entr¨® en vigor la exigencia de presentar el pasaporte. ¡°Ya no hay venezolanos esperando en Rumichaca¡±, inform¨® la televisi¨®n ecuatoriana Teleamazonas, en referencia al paso fronterizo entre Ecuador y Colombia.

Paralelamente, la crisis desatada en Nicaragua desde mediados de abril ¡ªuna ola de protestas antigubernamentales duramente reprimida por fuerzas de seguridad y grupos armados al servicio del r¨¦gimen¡ª ha provocado el ¨¦xodo de miles de nicarag¨¹enses, la mayor parte de los cuales se ha refugiado en Costa Rica. No hay datos oficiales del n¨²mero real de llegadas, porque muchos de ellos entran por veredas, como se llaman los pasos informales en la frontera entre los dos pa¨ªses, pero en los cantones fronterizos su presencia resulta cada vez m¨¢s visible.

La presi¨®n migratoria de venezolanos y nicarag¨¹enses en pa¨ªses en delicado equilibrio a causa de la crisis econ¨®mica y el aumento de la criminalidad est¨¢ originando una situaci¨®n muy compleja desde el punto de vista de la seguridad. La ciudad de Pacaraima, en el Estado de Roraima (norte de Brasil, frontera con Venezuela), se ha convertido en una bomba de relojer¨ªa. La localidad, de 16.000 habitantes, es la puerta de entrada de los venezolanos que huyen del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro. Por ah¨ª han llegado en los ¨²ltimos meses m¨¢s de 40.000 venezolanos y muchos de ellos ¡ªun millar, seg¨²n distintas fuentes¡ª se alojan en tiendas repartidas por la ciudad. El s¨¢bado, despu¨¦s de que un comerciante local fuera asaltado y agredido por cuatro venezolanos, seg¨²n la versi¨®n de la polic¨ªa local, la poblaci¨®n reaccion¨® con una protesta en contra de los migrantes presentes la ciudad. Los manifestantes destruyeron sus tiendas de campa?a, quemaron sus pertenencias y atacaron a los venezolanos con piedras y artefactos incendiarios artesanales. Los v¨ªdeos de los incidentes publicados en las redes sociales muestran el nivel de crispaci¨®n general. ¡°No aguantamos m¨¢s a estos bandidos, que est¨¢n robando nuestras casas y molestando a nuestras mujeres¡±, gritaba un hombre en una grabaci¨®n. En otro v¨ªdeo se ve a varias personas arrojando gasolina a las tiendas de los venezolanos al grito de ¡°vamos a prenderos fuego¡±. Al menos 1.200 venezolanos han abandonado Brasil en las ¨²ltimas horas a ra¨ªz de los incidentes de Pacaraima. El Gobierno brasile?o convoc¨® ayer una reuni¨®n para analizar los hechos.

Traslado a otras ciudades

Antes abierta a la llegada de venezolanos, que sol¨ªan cruzar la frontera para comprar en sus tiendas, Pacaraima es hoy una ciudad asustada por el creciente flujo migratorio desde el pa¨ªs vecino. Parte de los venezolanos busca oportunidades de trabajo all¨ª y otros contin¨²an viaje hacia Boa Vista, capital de Roraima, a 200 kil¨®metros de distancia. En febrero, el presidente de Brasil, Michel Temer, admiti¨® la vulnerabilidad de los extranjeros y anunci¨® medidas de ayuda, adem¨¢s de proponer llevarlos a otras ciudades del interior del Estado y otros Estados como S?o Paulo, a 3.500 kil¨®metros de Roraima. Las buenas intenciones, sin embargo, parecen haberse quedado por el camino, seg¨²n Camila Astano, de la ONG Conectas Derechos Humanos. ¡°El Gobierno se comprometi¨® a trasladar a 18.000 venezolanos a otras ciudades y hasta el momento solo se ha evacuado a 800¡±, dice Astano, para quien los sucesos de Pacaraima subrayan que es la escasa respuesta del Gobierno la que est¨¢ alimentando la xenofobia y la crispaci¨®n de los locales.

A dos meses de las elecciones que renovar¨¢n la presidencia y el Congreso, la crisis con los venezolanos puede acabar siendo utilizada pol¨ªticamente. ¡°Algunos candidatos han defendido que se cierre la frontera con Venezuela, que es algo inconstitucional¡±, denuncia Astano. La Orden de los Abogados de Brasil (OAB) tambi¨¦n ha alertado del riesgo de nuevos incidentes. ¡°Est¨¢ claro que el problema se agrava por la inoperancia de las autoridades. Lo que era una cuesti¨®n humanitaria ahora tiene una fuerte connotaci¨®n de seguridad¡±, dijo Claudio Lamachia, presidente de OAB.

Mientras, pa¨ªses como Ecuador y Per¨² han endurecido los requisitos de entrada para intentar frenar el aluvi¨®n de llegadas. Desde este fin de semana Ecuador solicita el pasaporte en vigor a cualquier venezolano que quiera entrar al pa¨ªs; id¨¦ntica medida adoptar¨¢ Per¨² desde el pr¨®ximo s¨¢bado. Hasta ahora, los venezolanos pod¨ªan entrar en los pa¨ªses andinos con su carn¨¦ de identidad, dadas las dificultades de obtener un pasaporte en Venezuela. Desde hace dos a?os este tr¨¢mite administrativo se ha convertido en una odisea por la carencia de materiales y porque la concesi¨®n de la cita se demora durante meses.

Otros pa¨ªses han comenzado a exigir visado a los venezolanos. Chile pide un certificado de antecedentes penales que debe emitir el Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia de Venezuela, adem¨¢s de la obligatoriedad de que el pasaporte no expire en los siguientes 18 meses a la entrada. Adem¨¢s, el consulado venezolano en Chile ha comenzado a solicitar el pago de 50 d¨®lares americanos por la compulsa de certificados de penales a sus ciudadanos, una cantidad desorbitada para la mayor¨ªa de los refugiados.

?xodo nicarag¨¹ense

Entre Costa Rica y Nicaragua tambi¨¦n ha aumentado la tensi¨®n. Desde que estall¨® la crisis en Managua ¡ªuna oleada de protestas contra un proyecto de reforma de la Seguridad Social¡ª se han recibido m¨¢s de 23.000 solicitudes de asilo en Costa Rica, aunque muchas corresponden a nicarag¨¹enses llegados con anterioridad a este ¨¦xodo, cuando la colonia nica representaba el 10% de la poblaci¨®n del pa¨ªs, de casi 5 millones de habitantes. Seg¨²n la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), es una demanda v¨¢lida en los dos casos, el de los reci¨¦n llegados y el de los radicados anteriormente, porque ahora estos ¨²ltimos tendr¨ªan dificultades para regresar a su pa¨ªs.

Para acoger a los reci¨¦n llegados se han habilitado dos albergues que pr¨¢cticamente no se utilizan ya que la mayor¨ªa se hospedan en casas de familiares o conocidos gracias a la existencia de amplias y engrasadas redes de migrantes nicarag¨¹enses que sirven de apoyo en los primeros momentos.

El progresivo incremento en el n¨²mero de llegadas ha generado entre los costarricenses un rechazo muy patente en redes sociales y en los enfoques de algunos medios. Esas muestras de xenofobia alcanzaron su punto culminante en una marcha celebrada el s¨¢bado en el centro de San Jos¨¦, la capital. Espoleados por el malestar derivado del deterioro de las condiciones de vida y los servicios p¨²blicos, as¨ª como por una inseguridad al alza, cientos de costarricenses participaron en una manifestaci¨®n xen¨®foba contra inmigrantes nicarag¨¹enses convocada por las redes sociales, en la que se registraron ataques a los extranjeros. La polic¨ªa practic¨® 44 detenciones y el decomiso de armas blancas y bombas caseras, pero a¨²n no ha identificado a los organizadores. La turba se dirigi¨® un parque donde al grito de ¡°fuera, nicas¡± y ¡°asaltantes¡± la emprendieron contra nicarag¨¹enses. Entre los detenidos hay algunos con antecedentes penales y miembros de grupos radicales y de barras bravas del f¨²tbol. La in¨¦dita y violenta manifestaci¨®n ha disparado las alarmas en Costa Rica, un pa¨ªs que hist¨®ricamente ha dado asistencia a personas que huyen de sus pa¨ªses.