La violencia de g¨¦nero lastra el progreso de India
El pa¨ªs asi¨¢tico tiene el mayor ¨ªndice de crecimiento de la regi¨®n, pero solo el 27% de las mujeres forman parte del mercado laboral de la sexta econom¨ªa m¨¢s grande del mundo
¡°Trabaj¨¢bamos hasta tarde y, por seguridad, el jefe del departamento nos llevaba a casa. En el coche, se me abalanz¨® y me bes¨®. Yo me zaf¨¦ y hui [...] Esa noche, le dije por mensaje de texto que eso era inaceptable¡±, describe Shubhangi Verma, de 30 a?os, quien entonces trabajaba como dise?adora de chalecos antibalas para un conocido fabricante de equipos de defensa del Ej¨¦rcito indio, con base en Kanpur, ciudad del Estado de Uttar Pradesh. Hasta su dimisi¨®n, Shubhangi aguant¨® el menosprecio de su jefe, que le forz¨® a borrar los mensajes del m¨®vil. ¡°No le denunci¨¦ porque su familia dirige la empresa. Pero una compa?era me dijo que hac¨ªa lo mismo con todas¡±. Ahora es directora de marketing en una start-up de Bombay, pero estuvo un a?o desempleada y perdi¨® m¨¢s del 35% de sus ingresos al renunciar a su especialidad en un pa¨ªs donde 20 millones de mujeres han abandonado el mercado laboral, seg¨²n el Banco Mundial.
En la ¨²ltima d¨¦cada, las denuncias por delitos machistas han aumentado un 83% en India, declarado el pa¨ªs m¨¢s inseguro para la mujer. El riesgo que corren 650 millones de indias (45%, en edad de trabajar) determina sus vidas profesionales y sus inversiones en seguridad ya sea por el alquiler de veh¨ªculos privados, por la compra de sprays de pimienta o por la instalaci¨®n de sistemas de vigilancia en hogares. La cultura de la violaci¨®n tiene un impacto directo en sus ahorros y en la econom¨ªa nacional. Seg¨²n el Instituto McKinsey Global, India podr¨ªa aumentar su PIB en 770.000 millones de d¨®lares (unos 667.000 millones de euros, un 18% m¨¢s) en la pr¨®xima d¨¦cada si fomentase la igualdad y sumase m¨¢s trabajadoras al sistema productivo. Pero apenas el 27% de las mujeres forman parte del mercado laboral: el ¨ªndice m¨¢s bajo de las naciones emergentes y de los pa¨ªses del G-20, solo por encima de Arabia Saud¨ª.
¡°Ellas eligen puestos que no impliquen trabajar hasta tarde. Rechazan empleos alejados de casa o los prefieren cercanos, en detrimento del salario¡±, explica Jyoti Sarwal, miembro de una docena de Comit¨¦s de Quejas Internas en empresas de Nueva Delhi, capital de India. Ante el aumento de los delitos sexuales, la Ley Contra el Acoso Sexual en el Trabajo de 2013 obliga a empleadores de m¨¢s de diez trabajadores a crear estos comit¨¦s, mientras que las quejas en plantillas menores competen a los magistrados del distrito. Asimismo, medianas y grandes empresas aprueban pol¨ªticas con perspectiva de g¨¦nero que incluyen flexibilidad horaria y medidas de seguridad; aunque con efectos no deseados. ¡°Las compa?¨ªas gastan considerables sumas de dinero de sus paquetes de remuneraci¨®n en servicios de taxi, c¨¢maras de vigilancia o celadores. As¨ª que muchas otras evitan contratar a mujeres para ahorrarse esos costes. La consecuencia ¨²ltima es la desigualdad de oportunidades laborales¡±, resume Jyoti Sarwal.
¡°Cuando viv¨ªa en Delhi, mis compa?eros del bufete y mi familia se preocupaban mucho por mi seguridad. El problema de la capital es que el metro cierra pronto y las alternativas son los taxis, que son caros, o los autobuses, que son peligrosos¡±, cuenta Kanchan Modak, abogada de 24 a?os. La infame violaci¨®n m¨²ltiple y asesinato de una estudiante en un autob¨²s de Delhi en 2012 despert¨® la conciencia social y multiplic¨® la percepci¨®n de inseguridad. Por eso, Kanchan se mud¨® para trabajar como asistente legal en el Aeropuerto Internacional de Bombay, considerada una ciudad mucho m¨¢s segura. Una elecci¨®n no exenta de p¨¦rdidas. ¡°Preferir¨ªa vivir en Delhi porque est¨¢ cerca de mi familia y el nivel del vida es m¨¢s barato que en Bombay en cuanto a alojamiento, comida o transporte. Pero cuando resid¨ªa en Delhi escog¨ªa rutas al trabajo m¨¢s caras porque eran m¨¢s transitadas y seguras. Habr¨ªa ahorrado, pero vivir¨ªa un miedo constante¡±, razona Kanchan.
Los fondos para ayuda a v¨ªctimas no llegan
El llamado caso Nirbhaya (la valiente), el abuso y asesinato de una joven en un autob¨²s de la capital india en 2012, despert¨® el miedo al transporte p¨²blico, particularmente en Delhi; capital mundial de la violaci¨®n y donde el 95% de las mujeres se sienten inseguras seg¨²n la Agencia de la ONU para la Mujer. En respuesta, el Gobierno ide¨® el Fondo Nirbhaya para crear 660 puntos de asistencia a v¨ªctimas. Cinco a?os despu¨¦s, apenas 151 centros se han abierto tras una inversi¨®n de casi 400 millones de euros.
"Esos fondos deber¨ªan destinarse a un Plan de Acci¨®n de G¨¦nero para transporte y urbanismo. En cambio, se ha invertido 20 veces m¨¢s en transporte sostenible cuando el 80% de las mujeres ya usa esos medios", critica Sonal Shah, directora del Instituto de Pol¨ªticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP). Su demoledor estudio, Mujeres y Transporte en Ciudades Indias, enumera lagunas en la pol¨ªtica de infraestructuras, que "pasa por alto las perspectivas de g¨¦nero", para concluir que "las instituciones deben crear un entorno propicio y aumentar la presencia de mujeres en la administraci¨®n de transportes" como medida principal para evitar que la violencia sexual perpet¨²e la desigualdad econ¨®mica y social en India.
La inseguridad en las calles de India determina la vida laboral de la mujer desde su adolescencia. Un reciente estudio sobre 4.000 universitarias de Delhi demuestra que est¨¢n dispuestas a pagar hasta 260 euros anuales m¨¢s que los chicos para viajar m¨¢s seguras; el doble de las tasas acad¨¦micas y un 7% m¨¢s que el salario medio de la capital. ¡°Este coste adicional condiciona preferencias educativas, duraci¨®n de los estudios, d¨®nde trabajar y vivir... Mis estimaciones muestran que su voluntad de invertir en m¨¢s seguridad se traduce en un descenso del 20% de sus salarios tras graduarse¡±, explica por tel¨¦fono su autora, Girija Borker, economista en la Universidad de Brown nacida en Delhi. Basada en entrevistas personales y en el cruce de datos de aplicaciones m¨®viles que computan agresiones sexuales y auditor¨ªas de seguridad p¨²blica, su investigaci¨®n subraya que las estudiantes aceptan campus universitarios de inferior calidad educativa en favor de una mayor protecci¨®n. ¡°La reducci¨®n de la libre elecci¨®n de la mitad de la poblaci¨®n en cuanto a movilidad f¨ªsica y econ¨®mica merma su capacidad para contribuir al crecimiento del pa¨ªs¡±, resume Borker.
Gran parte de la poblaci¨®n vive en la India rural, donde el trabajo dom¨¦stico suma 6,4 millones de empleos; la mayor¨ªa, mujeres en condiciones irregulares. ¡°El sector informal genera m¨¢s preocupaci¨®n porque las trabajadoras est¨¢n mal pagadas y explotadas¡±, dice Jyoti Sarwal, tambi¨¦n directora de la Fundaci¨®n Amba, que ofrece apoyo legal a mujeres maltratadas. Otro estudio realizado por el grupo TATA acerca de Andhra Pradesh, uno de los Estados menos desarrollados de India, indica que la reducci¨®n del maltrato dom¨¦stico beneficiar¨ªa en varios miles de millones de euros el PIB regional. El actual Gobierno de India, que esgrime su pol¨ªtica econ¨®mica como principal valedor de cara a las elecciones generales de 2019, bien podr¨ªa centrar su discurso y sus medidas en erradicar la violencia machista y contribuir as¨ª al progreso socioecon¨®mico del pa¨ªs del que se espera que pronto supere a Reino Unido como la quinta mayor econom¨ªa del planeta.
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