La estafa de la Maestra
La l¨ªder del magisterio Elba Esther Gordillo sali¨® de la c¨¢rcel y Donald Trump llam¨® al presidente electo ¡°un perfecto caballero¡±. Ambos casos son buenas noticias
Los astros siguen alineados a favor de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Con un par de d¨ªas de separaci¨®n la l¨ªder del magisterio Elba Esther Gordillo sali¨® de la c¨¢rcel y Donald Trump llam¨® al presidente electo ¡°un perfecto caballero¡±. En ambos casos se trata de buenas noticias y se suman a la extraordinaria racha de circunstancias que han pavimentado el camino del tabasque?o a la presidencia.
La primera, la excarcelaci¨®n de Gordillo, porque tarde o temprano habr¨ªa sucedido y qu¨¦ mejor que pasara durante la Administraci¨®n de Pe?a Nieto. La Maestra es un personaje estigmatizado por la mayor¨ªa de los mexicanos, ep¨ªtome del enriquecimiento, de la corrupci¨®n y del corporativismo sindical. La acusaci¨®n de la PGR en contra de ella fue motivada por la venganza pol¨ªtica e instrumentada desde la presidencia; el caso fue montado obedeciendo m¨¢s a la espectacularidad que a la consistencia jur¨ªdica. En 2013, para lograr una aprehensi¨®n fulminante, las autoridades la acusaron de delitos mucho m¨¢s severos de lo que pod¨ªan sustentar.
De acuerdo a sus abogados, los tribunales tendr¨ªan que haber liberado a La Maestra hace tiempo y no fue as¨ª por razones pol¨ªticas ?Por qu¨¦ entonces ahora? Dentro de cuatro meses la exculpaci¨®n de Gordillo habr¨ªa impuesto una factura pol¨ªtica al gobierno entrante. No podemos descartar que se trate de un gesto amistoso m¨¢s del presidente que se va para beneficiar al presidente que llega, con el prop¨®sito de blindar un acuerdo de impunidad respecto de las irregularidades cometidas durante su Gobierno. Todo acto pol¨ªtico tiene siempre m¨¢s de una lectura, pero las decisiones pol¨ªticas tomadas en los ¨²ltimos momentos en que se ejerce el poder poseen una relevancia magnificada.
La declaraci¨®n de Trump en la que dice preferir al caballero que viene por encima del presidente capitalista que se va, es m¨²sica para los o¨ªdos de L¨®pez Obrador. Ciertamente es m¨¢s de forma que de fondo, pero en pol¨ªtica y en mercados la apariencia es fondo. De entrada, el peso se fortaleci¨® con respecto al d¨®lar al tenor de las palabras del estadounidense. Cu¨¢n lejanos aquellos d¨ªas durante la campa?a cuando se tem¨ªa que un triunfo del candidato de la oposici¨®n desencadenara un tobog¨¢n de inestabilidad, entre otras cosas, por el supuesto boicot de Washington y Wall Street a un gobierno de izquierda.
Pero las buenas noticias siempre entra?an su descomposici¨®n. Ambas tienen la potencialidad de convertirse en un beso del diablo. Gordillo y L¨®pez Obrador coinciden en oponerse a la infortunada reforma educativa de Pe?a Nieto, y ambos har¨¢n lo necesario para terminar por defenestrarla. Eso los convierte en aliados (impl¨ªcitos o expl¨ªcitos, pero aliados). La Maestra, todo indica, recuperar¨¢ el poder del sindicato y podr¨ªa ser de una enorme ayuda para propiciar la reforma que L¨®pez Obrador necesita. En otras circunstancias ser¨ªa un recurso pol¨ªtico invaluable. Pero no es el caso de Elba Esther. No solo porque es impresentable p¨²blicamente sino porque es incapaz de mantenerse a la sombra; su protagonismo estridente y autoritario, las ganas de reivindicarse, la convierten en un aliado inc¨®modo por decir lo menos. Mucho me temo que su presencia (por no hablar del regreso del exilio del pol¨¦mico Napole¨®n G¨®mez, l¨ªder de los mineros) provocar¨¢n que la Cuarta Transformaci¨®n prometida por Andr¨¦s Manuel no pase por el vetusto y corrupto edificio del corporativismo sindical.
Por su parte, los gestos amorosos de Trump pueden convertirse en misiles en materia de d¨ªas. Podemos dar por descontado que corteja a L¨®pez Obrador con la obvia intenci¨®n de favorecer su propia agenda. Su libro sobre el arte de negociar no deja lugar para las dudas. No obtuvo de Pe?a Nieto lo que pretend¨ªa; ablanda al que sigue con la esperanza de obtener ventajas (que dif¨ªcilmente conseguir¨ªa). Pero ese cap¨ªtulo apenas comienza. Coincidir¨¢n (al menos) dos a?os en el poder y ambos lo ejercen de manera voluntariosa. Son personajes tan impredecibles que podemos estar seguros que sus relaciones ser¨¢n una monta?a rusa. Solo queda abrocharnos los cinturones.
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