Trump anticipa un ¡°gran acuerdo comercial¡± con M¨¦xico ¡°pronto¡±

Estados Unidos y M¨¦xico est¨¢n cada vez m¨¢s pr¨®ximos a un acuerdo comercial que solo un par de meses atr¨¢s se antojaba imposible. El presidente estadounidense, Donald Trump, afirm¨® este s¨¢bado que podr¨ªan cerrar un pacto "pronto", mientras los negociadores de ambos pa¨ªses se hallan en Washington inmersos en una intensa ronda de reuniones bilaterales. Este proceso se enmarca en la reforma del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC), en el que tambi¨¦n participa Canad¨¢. Sin embargo, su objetivo pasa ahora por acercar posturas de forma bilateral para luego incorporar en la ronda final de conversaciones a su vecino del norte. El paso, sea como fuere, ser¨ªa de gigante: Norteam¨¦rica est¨¢ m¨¢s cerca que nunca antes de reeditar el mayor pacto comercial del planeta.

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"Nuestra relaci¨®n con M¨¦xico se est¨¢ estrechando cada hora que pasa. [Hay] Alguna gente realmente buena tanto dentro del nuevo Gobierno como del viejo, y todos est¨¢n trabajando estrechamente juntos... ?Podr¨ªa haber pronto un gran acuerdo comercial con M¨¦xico!", escribi¨® Trump en su red social favorita, Twitter. "Qu¨¦ bueno que [Trump] tenga ese optimismo. Creo que, dependiendo, de lo que pase hoy podr¨ªamos confirmarlo. Pero todav¨ªa no estamos ah¨ª", dijo por su parte el secretario (ministro) de Econom¨ªa mexicano, Ildefonso Guajardo, jefe negociador del pa¨ªs norteamericano, a su entrada a la oficina del representante de Comercio de EE UU y mano derecha del magnate republicano en las conversaciones, Robert Lightizer. "Hoy ser¨¢ un d¨ªa importante", recalc¨®. Los tres pa¨ªses llevan m¨¢s de un a?o negociando un acuerdo comercial que sustituya al actual, objeto predilecto de las iras del presidente estadounidense y vigente desde hace casi un cuarto de siglo.

Trump lleg¨® a la Casa Blanca prometiendo reformar de arriba abajo el TLC por considerarlo lesivo para los intereses estadounidenses, en especial de los trabajadores manufactureros. Si no hab¨ªa un cambio radical, repiti¨® en campa?a y ya con el cetro de mando de la primera potencia mundial entre las manos, lo liquidar¨ªa. En estas circunstancias comenzaron las negociaciones hace poco m¨¢s de un a?o: de la peor manera posible, bajo un clima de amenaza y con continuos ataques por parte del republicano a M¨¦xico a cuenta de la inmigraci¨®n, otro de sus fantasmas predilectos.

Seg¨²n publica este s¨¢bado The Wall Street Journal, mexicanos y estadounidenses est¨¢n negociando una propuesta para eximir a ciertos sectores del mecanismo de resoluci¨®n de disputas ¡ªuno de los grandes puntos de conflicto de la reforma: la Administraci¨®n Trump considera que se trata injustamente a sus empresas¡ª, lo que allana el camino para el consenso. Adem¨¢s, han logrado notables avances en otro de los puntos clave de las discusiones, el porcentaje de contenido estadounidense que un autom¨®vil debe tener para poder ser considerado producto "dom¨¦stico" en todo el territorio norteamericano. Al acercamiento tambi¨¦n ha contribuido la presumible eliminaci¨®n de la llamada cl¨¢usula sunset, que obligar¨ªa a renegociar el texto cada cinco a?os bajo amenaza de ruptura y que hab¨ªa levantado importantes ampollas en Ottawa y, sobre todo, en Ciudad de M¨¦xico. El hombre de confianza en la negociaci¨®n?del presidente mexicano electo, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, Jes¨²s Seade, dijo el jueves que la delegaci¨®n estadounidense dejaba caer la propuesta. Pero ni Washington ni M¨¦xico han confirmado oficialmente este extremo.?

En los primeros compases de las conversaciones, la Administraci¨®n estadounidense parec¨ªa mucho m¨¢s cerca de Canad¨¢ que de M¨¦xico: aunque en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas, la sinton¨ªa de Trump con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, parec¨ªa mucho mejor que con Enrique Pe?a Nieto. Con el paso de los meses, sin embargo, la relaci¨®n entre Washington y Ottawa fue distanci¨¢ndose hasta llegar al insulto, el pasado mes de junio en la cumbre del G-7 celebrada en Quebec. En paralelo, EE UU y M¨¦xico fueron acerc¨¢ndose. Sobre todo, tras la aplastante victoria de L¨®pez Obrador en las elecciones presidenciales del 1 de julio, que ha despertado las alabanzas del presidente estadounidense y ha acelerado una negociaci¨®n que parec¨ªa encallada con cinco semanas consecutivas de reuniones bilaterales entre ambas delegaciones. Era el gui?o pol¨ªtico que toda negociaci¨®n comercial de este calibre necesita. Solo falta la fumata blanca definitiva.