M¨¦xico cede a exigencias de Trump para lograr el pacto comercial: las claves de un acuerdo necesario
El pa¨ªs latinoamericano esquiva la cl¨¢usula de terminaci¨®n y limitaciones a los productos del campo, pero admite la ausencia de Canad¨¢ y cambios en la industria automotriz y en soluci¨®n de controversias
M¨¦xico limita da?os. El acuerdo comercial alcanzado este lunes con el Gobierno estadounidense esquiva el escenario m¨¢s temido para el pa¨ªs latinoamericano -la ruptura con su principal socio comercial- y las exigencias de m¨¢ximos planteadas por Donald Trump a cambio de cesiones en los nuevos baremos que regir¨¢n en un sector clave -la industria automotriz- y en los mecanismos de soluci¨®n de controversias, seg¨²n media decena de especialistas consultados por EL PA?S. El no acuerdo no era una opci¨®n real para M¨¦xico, que salva una bola de partido para su econom¨ªa, altamente dependiente del sector exterior.
"Lo fundamental es que se evita la ruptura. Tambi¨¦n que no haya una cl¨¢usula de terminaci¨®n autom¨¢tica ni requisitos de estacionalidad en agricultura, pese a los cambios en la industria automotriz", apunta Luz Mar¨ªa de la Mora, ex jefa de Negociaciones Comerciales Internacionales del pa¨ªs latinoamericano. Una apreciaci¨®n en la que coinciden Luis de la Calle -uno de los art¨ªfices del TLC actualmente vigente- e Ignacio Mart¨ªnez -coordinador del Laboratorio de An¨¢lisis en Comercio, Econom¨ªa y Negocios de la UNAM-. Es, como reza el ¨²ltimo informe para clientes del mayor banco de M¨¦xico, BBVA Bancomer, "el mejor acuerdo posible bajo las circunstancias actuales". "El juego era limitar da?os y, considerando eso, no ha estado mal", agrega el economista jefe de la entidad, Carlos Serrano.
Jonathan Heath, ex economista jefe de HSBC para Am¨¦rica Latina y hoy analista independiente y Jos¨¦ Luis de la Cruz, director del?Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Econ¨®mico, ponen ¨¦nfasis, en cambio, en las concesiones. "Esas exigencias de m¨¢ximos, como la cl¨¢usula de terminaci¨®n, formaban parte de una estrategia de negociaci¨®n por parte Trump a sabiendas de que nunca se aceptar¨ªan. Y les sali¨® bien: M¨¦xico ha admitido lo que ¨¦l quer¨ªa en la parte automotriz, la ¨²nica que realmente interesaba a Washington". El an¨¢lisis de De la Cruz es similar: "M¨¦xico cedi¨® en el sector automotriz y, sobre todo, en soluci¨®n de controversias a cambio de evitar la salida del tratado". El pa¨ªs latinoamericano tambi¨¦n prometi¨® que el tratado ser¨ªa trilateral o no ser¨ªa: pronto se sabr¨¢ si finalmente es as¨ª o si Canad¨¢, aislada de la negociaci¨®n en las cinco ¨²ltimas semanas, acaba aceptando lo pactado.
Con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC), Estados Unidos, M¨¦xico y Canad¨¢ crearon hace casi 25 a?os la mayor ¨¢rea de libre comercio del mundo y una cadena de suministro muy bien sincronizada. El sector de la automoci¨®n y el agr¨ªcola son los ejemplos m¨¢s claros de esta integraci¨®n: durante el proceso de fabricaci¨®n, un veh¨ªculo producido en Am¨¦rica del Norte cruza varias veces la frontera, y cada d¨ªa toneladas de alimentos (frutas y hortalizas, cereales y carne) pasan de un pa¨ªs a otro sin tener que pagar aranceles. Concesiones mediante, el libre comercio seguir¨¢ vigente entre el sur y el norte del r¨ªo Bravo. Estos son los principales puntos del pacto bilateral alcanzado este lunes, que deber¨ªa firmarse -con o sin Canad¨¢- antes de que termine el a?o:
Cl¨¢usula de terminaci¨®n autom¨¢tica. Los negociadores de Estados Unidos afrontaron la revisi¨®n del tratado con 65 demandas, casi todas de m¨¢ximos. Seis de ellas eran prioritarias, como se?ala Andy Green desde American Progress, y la que m¨¢s recelo cre¨® desde el primer momento fue la de incluir una cl¨¢usula de expiraci¨®n autom¨¢tica del nuevo tratado. Se trataba de obligar a renegociar el pacto cada cinco a?os bajo la amenaza de hacerlo trizas si las tres partes no alcanzaban antes un acuerdo. M¨¦xico y Canad¨¢ se opusieron frontalmente desde el primer d¨ªa.
Pero el bloqueo se ha superado en estas cinco ¨²ltimas semanas de negociaciones bilaterales entre EE UU y M¨¦xico con un nuevo marco: el acuerdo tendr¨¢ una vigencia inicial de 16 a?os y, al sexto ejercicio, se someter¨¢ a revisi¨®n para mejorarlo y adaptarlo a la realidad econ¨®mica. Siempre, eso s¨ª, sin la amenaza de ruptura sobre la mesa: pase lo que pase en esa revisi¨®n, los firmantes tendr¨¢n 10 a?os m¨¢s para seguir negociando y buscando una soluci¨®n a sus controversias, un periodo de tiempo m¨¢s que suficiente para dar certidumbre a las empresas en sus inversiones.
Industria automotriz. El representante de comercio internacional de EE UU, Robert Lighthizer, asegura que el nuevo acuerdo llevar¨¢ a un reequilibrio de los intercambios gracias, entre otras medidas, a que se establecen reglas espec¨ªficas para el contenido original de los productores que cruzan la frontera sin arancel. En el caso de los veh¨ªculos a motor y sus componentes, se requiere que sea del 75%. Washington lleg¨® a reclamar que se elevara al 85%, una cifra a todas luces inviable. As¨ª, junto al cierre de la brecha salarial, se quiere incentivar la producci¨®n en EE UU. Tambi¨¦n requiere un mayor uso de acero, aluminio, cristal y pl¨¢stico de origen nacional. Heath cree que el super¨¢vit mexicano con EE UU ser¨¢ "mucho menor en los pr¨®ximos a?os" y que la industria automotriz tendr¨¢ que "readaptarse" a este nuevo esquema, adverso para sus intereses.
Condiciones laborales. Trump ha basado buena parte de su argumentario proteccionista en la defensa de los intereses de los trabajadores manufactureros estadounidenses. Otro de los grandes objetivos de Donald Trump era evitar que el tratado de libre cambio permitiera a las compa?¨ªas manufactureras pudieran deslocalizar la producci¨®n hacia M¨¦xico, aprovechando el bajo coste de la mano de obra. En este sentido, las condiciones laborales se ponen en el centro del acuerdo. Para apoyar el empleo en EE UU, las nuevas reglas de origen establecen que entre el 40% y el 45% del contenido de los autom¨®viles debe estar fabricado por empleados que ganan al menos 16 d¨®lares por hora trabajada: eso limita casi en su totalidad a las autoparteras presentes en M¨¦xico. Tambi¨¦n se asegura los derechos de los trabajadores migrantes, "una buena noticia".
El pa¨ªs latinoamericano tambi¨¦n se compromete a adoptar las medidas legislativas necesarias en el ¨¢mbito laboral, como una libertad de asociaci¨®n real y apego a "algunas convenciones de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), subraya Luis de la Calle, uno de los art¨ªfices del TLC de 1994 del lado mexicano. "Pero falta por saber cu¨¢les son estas convenciones y si los Estados de EE UU que no cumplen lo har¨¢n o no a partir de la entrada en vigor del texto", matiza. "Todav¨ªa es pronto para saber en qu¨¦ quedar¨¢ la aplicaci¨®n de los nuevos puntos, pero va a ser un ¨¢mbito complejo para el sector productivo de M¨¦xico", apunta Luz Mar¨ªa de la Mora, antigua jefa de Negociaciones Comerciales Internacionales del Gobierno mexicano.
Soluci¨®n de controversias. Este cap¨ªtulo encierra, seg¨²n Serrano, una de las principales concesiones de M¨¦xico: "A¨²n queda por conocerse el detalle, pero parece quedar algo desprotegido", apunta en conversaci¨®n con EL PA?S. Seg¨²n ha detallado el secretario de Econom¨ªa mexicano, Ildefonso Guajardo, "es un aterrizaje equilibrado" en el que se preserva el dise?o del TLC original, pero M¨¦xico s¨ª ha aceptado eliminar el cap¨ªtulo actual referido al mecanismo de soluci¨®n de disputas de los inversores con los Gobiernos que Canad¨¢ quiere preservar. Ser¨¢, con total seguridad, uno de los puntos m¨¢s calientes en las negociaciones trilaterales que se desarrollar¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas: el cap¨ªtulo 19, el que queda m¨¢s abierto, ya fue uno de los mayores motivos de disputa entre Ottawa y Washington durante la negociaci¨®n del TLC de 1994. "Es un tema muy importante en el que M¨¦xico claramente ha cedido", a?ade De la Cruz, del IDIC.
Agricultura. El acuerdo, seg¨²n la Oficina del Representante Comercial de EE UU, logra ¡°importantes mejoras¡± en el apartado agr¨ªcola, pero sin ning¨²n tipo de l¨ªmites por estacionalidad como quer¨ªa en un principio. El principal logro es que se preserva una zona libre de aranceles para los intercambios entre los dos pa¨ªses y se pactan una serie de mejoras para reducir potenciales distorsiones. Una de ellas pasa por no utilizar subsidios para las exportaciones o salvaguardias especiales que contempla la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC).
Tambi¨¦n se crea un compromiso para elevar la transparencia y las consultas al recurrir a restricciones en el ¨¢mbito de la seguridad alimentaria. Al mismo tiempo, se mejora la transparencia en cuanto a las reglas de origen. Y se incluye cuestiones con la biotecnolog¨ªa. Este es uno de los puntos en los que m¨¢s ha incidido Trump en su presentaci¨®n del acuerdo: M¨¦xico seguir¨¢ comprando buena parte de la producci¨®n estadounidense de alimentos como carne de cerdo o pollo, sorgo o ma¨ªz. Ha obviado, sin embargo, que su pa¨ªs tambi¨¦n seguir¨¢ siendo el principal consumidor de frutas y hortalizas producidas en M¨¦xico.
Propiedad intelectual. Uno de los grandes objetivos de la actualizaci¨®n del TLC, al menos de puertas afuera, era modernizarlo para adoptar sus provisiones a la nueva realidad econ¨®mica del siglo XXI. El cap¨ªtulo dedicado a la propiedad intelectual era otra de las prioridades para EE UU, para proteger as¨ª la capacidad innovadora de su pa¨ªs -de la que caben pocas dudas, con empresas como Amazon, Apple o Microsoft- e incentivar el crecimiento. En este sentido, se refuerzan las medidas para evitar que circulen por la zona productos falsificados o piratas, as¨ª como para combatir el tr¨¢fico de secretos comerciales.
Comercio digital. El nuevo acuerdo comercial incluir¨¢ un nuevo cap¨ªtulo dedicado al comercio de productos digitales como libros electr¨®nicos, m¨²sica, videojuegos y programas inform¨¢ticos. El prop¨®sito es prohibir la aplicaci¨®n de aranceles u otras medidas discriminatorias al tiempo que se facilitan las transacciones digitales.
Aluminio y acero. Junto con la ausencia de Canad¨¢, este es el mayor debe de la negociaci¨®n cerrada este lunes. El litigio comercial abierto por EE UU tras la aplicaci¨®n del arancel del 25% a las importaciones de acero y del 10% aluminio no se resuelve con la firma de este acuerdo. Es, tambi¨¦n, una v¨ªa para mantenerla presi¨®n sobre el Gobierno canadiense -que se juega mucho m¨¢s que M¨¦xico en este apartado- para que se sume al pacto. Tambi¨¦n permite mantener las espadas en alto con China y la Uni¨®n Europea mientras tratan de resolver sus diferencias. De momento, las cosas siguen como hasta ahora: EE UU mantiene sus aranceles y M¨¦xico sus medidas de represal¨ªa, tambi¨¦n tarifarias.
Servicios financieros. Se adapta el cap¨ªtulo de los servicios financieros para adaptar el tratado comercial a la mayor liberalizaci¨®n de esta industria que genera a EE UU un super¨¢vit de 41.000 millones de d¨®lares con M¨¦xico. El objetivo es evitar que se impongan restricciones que limiten el negocio de las firmas financieras.
Energ¨ªa. Era uno de los puntos m¨¢s sensibles en la negociaci¨®n: se especulaba con que el presidente mexicano electo, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, pelear¨ªa por que no se blindase la reforma energ¨¦tica que tanto critic¨® durante la ¨²ltima campa?a electoral. De momento no ha trascendido el detalle de lo acordado, pero, seg¨²n De la Mora, "M¨¦xico da la indicaci¨®n de que sigue abierto a la inversi¨®n extranjera en el sector, tanto en petr¨®leo, como en gas y en electricidad". Esa se?al ser¨ªa importante para EE UU: buena parte de las empresas que han logrado contratos de explotaci¨®n de hidrocarburos en M¨¦xico en los ¨²ltimos a?os son estadounidenses y la Administraci¨®n Trump quer¨ªa evitar cualquier tipo de rev¨¦s en sus cuentas de resultados. "Esperar¨ªa que se blindase la reforma energ¨¦tica", cierra De la Calle. La auditor¨ªa de contratos anunciada por L¨®pez Obrador para saber en qu¨¦ condiciones se adjudicaron seguir¨¢ su curso sin perjuicio de lo pactado este lunes.
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