Canad¨¢ trabaja contrarreloj por no quedar fuera del nuevo marco comercial norteamericano
Washington quiere que Ottawa se sume, como tarde, este viernes al pacto ya alcanzado con M¨¦xico
No hay tiempo que perder. El Gobierno de Justin Trudeau trabaja contrarreloj para sumarse al acuerdo comercial que Estados Unidos y M¨¦xico alcanzaron este lunes y con el que pretenden reemplazar el Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC). Los negociadores canadienses ¡ªencabezados por Steve Verhuel, jefe de la delegaci¨®n, y Gerald Butts, asesor pol¨ªtico principal de Trudeau¡ª est¨¢n en Washington desde el martes y hasta la ministra canadiense de Exteriores,?Chrystia Freeland,?ha cancelado una visita a Ucrania para volar a la capital estadounidense y sumarse a las conversaciones. Parte importante del futuro econ¨®mico de Canad¨¢ pasa por lo que suceda en los pr¨®ximos d¨ªas en la capital estadounidense: su vecino del sur y primera potencia mundial compra las tres cuartas partes de lo que exporta. Ottawa ha sido excluida en las cinco ¨²ltimas semanas de encuentros, convertidos en un mano a mano entre estadounidenses y mexicanos.
En el transcurso de las maratonianas negociaciones para renovar el mayor acuerdo comercial del planeta, tanto Trudeau como Freeland han tratado de introducir un tono m¨¢s progresista y han subrayado que Canad¨¢ solo suscribir¨¢ un pacto si es "bueno para su clase media". Sin embargo, es posible que el pa¨ªs norteamericano tenga que hacer algunas concesiones ¡ªcomo ya ha tenido que aceptar M¨¦xico¡ª para continuar integrando este proyecto y reducir las tensiones con su, por mucho, primer socio comercial.
La intenci¨®n de EE UU es cerrar la negociaci¨®n, a m¨¢s tardar, este viernes para poder cumplir con los 90 d¨ªas que requiere el Congreso de EE UU antes de firmar el acuerdo con la Administraci¨®n de Enrique Pe?a Nieto, quien el pr¨®ximo 1 de diciembre pasar¨¢ la banda presidencial a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. "Comprendo que los estadounidenses y los mexicanos quieran que todo quede solucionado de aqu¨ª al viernes", ha replicado este mi¨¦rcoles Trudeau. "Estamos evaluando si podremos hacerlo, pero como lo he dicho reiteradamente, tiene que ser el acuerdo correcto para Canad¨¢ y en eso nos mantendremos firmes".
En ese escenario, hoy improbable, de que Canad¨¢ quede fuera de la ecuaci¨®n, las relaciones comerciales entre Ottawa y Washington pasar¨ªan a regirse por un tratado firmado por ambas partes a finales de los ochenta. Y EE UU podr¨ªa imponer aranceles a los autom¨®viles canadienses, una decisi¨®n que ser¨ªa funesta para miles de trabajadores de Ontario y Quebec. El pa¨ªs norteamericano tambi¨¦n podr¨ªa?buscar cobijo en la normativa de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) e intentar m¨¢s adelante la firma de nuevos tratados bilaterales. Sin embargo, diversos analistas ¡ªentre ellos?Meredith Lilly, profesora de asuntos internacionales en la Universidad Carleton¡ª?coinciden en que Trudeau no puede darse ese lujo por la dependencia del comercio canadiense con EE UU y el peligro de que las hostilidades con Trump vivan una nueva escalada.
La ausencia de Canad¨¢ en el tramo final de negociaciones ¡ªtal como quer¨ªa el presidente estadounidense¡ª ha sorprendido a propios y extra?os. Sin embargo, Freeland hab¨ªa expresado que las reuniones bilaterales eran un escenario normal y que los negociadores mexicanos y estadounidenses permanec¨ªan en frecuente contacto con sus pares canadienses. Pero lo cierto es que las relaciones entre Canad¨¢ y EE UU han vivido un deterioro desde hace algunos meses, hasta el punto de llegar a uno de los peores puntos de su ya dilatada historia.
A lo largo de los meses de renegociaci¨®n, Canad¨¢ ha dejado en claro los puntos que considera m¨¢s sensibles para sus intereses. El martes, tras una reuni¨®n con el representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer, Freeland declar¨® a los medios que el hecho de que M¨¦xico hizo algunas concesiones en la industria automotriz puede facilitar el camino. Freeland se refer¨ªa a que los mexicanos aceptaron que entre 40% y 45% del contenido de los autom¨®viles sean fabricados en zonas en las que el salario medio en la industria manufacturera sea de por lo menos 16 d¨®lares, asunto reclamado por sindicatos estadounidenses y canadienses. Otro tema que ha sido bien recibido en Canad¨¢ es que el pacto tendr¨¢ una vigencia de 16 a?os ¨Cy no de 5, como propon¨ªa Estados Unidos-, con una revisi¨®n cada 6, pero sin la amenaza de su anulaci¨®n en ese plazo.
El Gobierno de Trudeau reconoce los avances entre mexicanos y estadounidenses sobre temas espinosos, pero, seg¨²n un buen n¨²mero de especialistas, tanto el sistema de gesti¨®n de oferta canadiense en l¨¢cteos y avicultura como el cap¨ªtulo 19 relativo a la resoluci¨®n de controversias ser¨¢n los asuntos que provoquen mayor discusi¨®n entre los equipos negociadores; algunas provincias han manifestado preocupaci¨®n por el impacto que podr¨ªa tener una apertura en el sistema de gesti¨®n de oferta en sus granjas. Trump ha criticado en distintos momentos las restricciones canadienses sobre l¨¢cteos y avicultura. El sistema canadiense, dise?ado para proteger a los productores del pa¨ªs, impone tarifas arancelarias que pueden alcanzar el 270%. Canad¨¢ ha subrayado que la desaparici¨®n de este sistema est¨¢ fuera de toda discusi¨®n.
M¨¦xico accedi¨® a eliminar el cap¨ªtulo 19, referente a la resoluci¨®n de controversias, pero resulta muy improbable que Canad¨¢ haga lo mismo: es una de las hist¨®ricas ¡°l¨ªneas rojas¡± establecidas por Ottawa en todas sus conversaciones comerciales con EE UU. Este mi¨¦rcoles, el diario canadiense?The Globe and Mail public¨®, citando fuentes al tanto de la estrategia de negociaci¨®n canadiense, que Ottawa propondr¨¢ la apertura de un porcentaje de su mercado de l¨¢cteos a cambio de un compromiso sobre la permanencia del mecanismo de resoluci¨®n de controversias.
Las autoridades mexicanas, aunque siempre han tratado de ser m¨¢s inclusivas con Canad¨¢ que la Casa Blanca, han dejado a un lado su promesa de que el tratado ser¨ªa trilateral o no ser¨ªa. La preferencia de contar con la tercera pata del tratado permanece, pero el lenguaje empieza a ser distinto. "Con o sin Canad¨¢, tendremos un acuerdo comercial con EE UU", apunt¨® el lunes el canciller mexicano, Luis Videgaray.
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