Los europeos piden a Bruselas el fin del cambio de hora por amplia mayor¨ªa

Los europeos env¨ªan un mensaje a las instituciones comunitarias: deben poner fin a la pol¨ªtica de cambio de hora que dos veces al a?o hace bailar las agujas del reloj. La Comisi¨®n Europea abri¨® el pasado 5 de julio una consulta p¨²blica para conocer la opini¨®n de ciudadanos, empresas y asociaciones al respecto. Durante 43 d¨ªas, 4,6 millones de personas completaron un formulario a trav¨¦s de Internet en el que adem¨¢s de votar si son partidarias de abolirlo, pod¨ªan exponer sus argumentos por escrito. La participaci¨®n ha superado ampliamente los registros de todas las consultas previas, una muestra del inter¨¦s que despierta el asunto a pie de calle. Bruselas no ha hecho p¨²blico a¨²n el resultado del cuestionario, pero seg¨²n ha desvelado el diario alem¨¢n Westfalen Post, un 80% opta por suprimir el sistema de cambios horarios y prefiere que siga invariable todo el a?o. A la espera de que la Comisi¨®n desglose las estad¨ªsticas por pa¨ªses, el mismo peri¨®dico informa de que dos de cada tres participantes ha sido alem¨¢n, lo que resta cierta representatividad continental a la muestra.

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Los europeos pueden votar si quieren seguir atrasando y adelantando la hora

?Y si no cambiamos la hora?

Una vez conocida la voluntad popular, la discusi¨®n se traslada ahora a las altas esferas. La Comisi¨®n Europea debatir¨¢ hoy y ma?ana el asunto. Y para que haya acuerdo final es necesario un consenso tambi¨¦n con el Parlamento y los Estados miembros, los que tienen la ¨²ltima palabra. El Ejecutivo comunitario dej¨® claro desde el comienzo que se trataba de un sondeo y no de un refer¨¦ndum, por lo que la abrumadora victoria de los ciudadanos favorables a acabar con el cambio horario no tendr¨¢ como consecuencia su abolici¨®n autom¨¢tica. La Euroc¨¢mara ha sido la gran promotora de las conversaciones: en febrero inst¨® a la Comisi¨®n a que evaluara la posibilidad de eliminar el cambio horario. Una soluci¨®n que reclaman pa¨ªses como Finlandia y Lituania.

El debate sobre los beneficios y perjuicios de esta pr¨¢ctica lleva a?os instalado en la sociedad europea. Las leyes comunitarias obligan a los Veintiocho a adelantar una hora los relojes el ¨²ltimo domingo de marzo y retrasarla el ¨²ltimo domingo de octubre para tener en cuenta la evoluci¨®n de la luz diurna y aprovechar su disponibilidad. Entre los argumentos para hacerlo se esgrime el ahorro de energ¨ªa, una mayor seguridad vial, contar con m¨¢s tiempo para el ocio antes de que se haga de noche o simplemente la equiparaci¨®n con los pa¨ªses vecinos y principales socios comerciales.

Bruselas cree que algunos de esos razonamientos se basan en conclusiones poco contrastadas o con un efecto m¨ªnimo sobre la econom¨ªa. Los estudios consultados por la Comisi¨®n Europea indican que el ahorro de energ¨ªa derivada del cambio de hora de verano es marginal, entre el 0,5 y el 2,5%. Tampoco est¨¢ claro que disminuya el riesgo de accidentes de tr¨¢fico. Y advierten de que su impacto en los biorritmos humanos ¡ªen forma de cansancio o falta de concentraci¨®n¡ª podr¨ªa ser m¨¢s importante de lo que se supon¨ªa en un primer momento.

Entre tantos datos contradictorios, la ¨²nica certeza es que permitir cambios horarios descoordinados entre los Estados miembros ir¨ªa en detrimento del mercado interior.?Si se pone fin a la obligatoriedad del cambio horario, cada pa¨ªs ser¨ªa libre de elegir su zona horaria, pero Bruselas espera que sea cual sea la decisi¨®n final, los socios europeos no vayan por la v¨ªa unilateral y exista un marco com¨²n.

La controversia inmediatamente posterior ser¨ªa en torno a la elecci¨®n del huso horario. En caso de que dejara de aplicarse el cambio de verano ¡ªla opci¨®n m¨¢s probable si se suprimen los cambios horarios¡ª y se mantuviera todo el a?o el de invierno, la hora seguir¨ªa intacta tras la modificaci¨®n de octubre. Es decir, no habr¨ªa que adelantar una hora los relojes en marzo; los d¨ªas no ser¨ªan tan largos en los meses estivales, ni amanecer¨ªa tan tarde. Ello implicar¨ªa menos horas de luz veraniega durante las tardes y, por tanto, menos tiempo de ocio diurno. En el caso de Espa?a, el sol se pondr¨ªa pasadas las ocho y media de la tarde en julio.

El horario de verano se generaliz¨® tras la crisis del petr¨®leo de 1973 como un m¨¦todo de ahorrar energ¨ªa ganando horas de luz solar. Italia y Malta fueron los primeros pa¨ªses en Europa en adoptar el cambio y otros pa¨ªses se fueron sumando dentro y fuera de la UE ¡ªEspa?a lo hizo en 1977¡ª. Bruselas intervino para armonizar los cambios en 1996, preocupada por la disparidad de criterios dentro de un mismo mercado interior. Y en el a?o 2001, una directiva impuso como obligatorio el salto adelante y atr¨¢s del reloj.

En la Uni¨®n Europea existen actualmente tres husos horarios sin tener en cuenta las regiones ultraperif¨¦ricas. El de Europa Occidental, con Irlanda, Portugal y Reino Unido con una hora menos que en Espa?a. El de Europa Central en el que coinciden 17 pa¨ªses: Austria, B¨¦lgica, Croacia, Rep¨²blica Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungr¨ªa, Italia, Luxemburgo, Malta, Holanda, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, Espa?a y Suecia. Y por ¨²ltimo el de Europa Oriental, donde el reloj marca una hora m¨¢s que en Espa?a. En este horario est¨¢n ocho pa¨ªses: Bulgaria, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania y Ruman¨ªa.?