Un incendio consume el Museo Nacional de R¨ªo, uno de los m¨¢s antiguos de Brasil
El incidente ocurri¨® despu¨¦s de que el recinto cerrara las puertas al p¨²blico. Todav¨ªa se desconocen las causas
Un incendio de grandes proporciones ha consumido durante la noche del domingo el Museo Nacional de Brasil, en R¨ªo de Janeiro, la m¨¢s antigua instituci¨®n cient¨ªfica y de historia natural del pa¨ªs, creado por el rey Juan VI en junio de 1818, cuando Brasil a¨²n era una colonia de Portugal. El recinto ten¨ªa una colecci¨®n de 20 millones de piezas, desde momias egipcias, adquiridas por el emperador Pedro I, al f¨®sil m¨¢s antiguo de Am¨¦rica Latina, encontrado en Brasil, conocido como Luzia, de casi 12.000 a?os de antig¨¹edad. En la ma?ana de lunes, el fuego ya era considerado controlado y los bomberos se preparaban para entrar en el local para evaluar las perdidas.
El centro guardaba tambi¨¦n la mayor y m¨¢s importante colecci¨®n ind¨ªgena y la biblioteca de antropolog¨ªa m¨¢s rica del pa¨ªs. Las llamas empezaron alrededor de las 19.30 (00.30 hora espa?ola), cuando el p¨²blico visitante ya se hab¨ªa retirado. Todav¨ªa no se conocen las causas del accidente, sin embargo, el Museo Nacional sufr¨ªa por falta de apoyo financiero para la manutenci¨®n b¨¢sica de sus actividades. Las im¨¢genes a¨¦reas en la televisi¨®n muestran el palacio en la Quinta da Boa Vista completamente tomado por el fuego y la dificultad de los bomberos para controlar el incendio. Antes de servir para exposiciones, el edificio fue casa de la familia real portuguesa.
El museo no recib¨ªa integralmente los 100.000 euros que necesitaba para su manutenci¨®n desde hace cuatro a?os, seg¨²n informes de la prensa brasile?a. Al menos 10 de los 30 espacios de exposici¨®n estaban cerrados y solo 1% de la colecci¨®n estaba expuesta al p¨²blico. En este a?o, la instituci¨®n lleg¨® a cerrar sus puertas durante 10 d¨ªas despu¨¦s de una huelga de los empleados responsables de la limpieza del local que reclamaban sueldos atrasados. Desde 1946, el Museo Nacional est¨¢ asociado a la Universidad Federal de R¨ªo de Janeiro (UFRJ), que desde hace tres a?os tambi¨¦n estaba sometida a recortes de presupuesto, como consecuencia de la crisis financiera de R¨ªo de Janeiro.
El incendio ha conmocionado al pa¨ªs y a la comunidad cient¨ªfica que vio en el incendio el reflejo de la negligencia de Brasil con su memoria. ¡°Es una cat¨¢strofe insoportable¡±, lament¨® Luiz Fernado Dias Duarte, subdirector del Museo Nacional. ¡°Son 200 a?os de memoria, ciencia, cultura y educaci¨®n, todo perdi¨¦ndose en el humo por falta de apoyo y conciencia de los pol¨ªticos brasile?os¡±, dijo Duarte en una entrevista a la televisi¨®n. Su desahogo encuentra apoyo en la realidad. Cuando el museo cumpli¨® 200 a?os, el pasado junio, ning¨²n ministro de Estado acept¨® la invitaci¨®n para asistir a la ceremonia. La direcci¨®n del museo negociaba con el Banco P¨²blico de Fomento (BNDES) fondos para su manutenci¨®n, incluso con un programa de prevenci¨®n de incendios. Pero el fuego lleg¨® antes que la ayuda.
El presidente Michel Temer lament¨®, en una nota de prensa, la tragedia y dijo que la p¨¦rdida de la colecci¨®n del museo es incalculable para Brasil. ¡°Hoy es un d¨ªa tr¨¢gico para Brasil, un d¨ªa triste para todos los brasile?os¡±. El ministro de la Cultura, Sergio S¨¢ Leit?o, asegur¨® que el incendio era parte de un proceso de negligencia, y que el episodio es un alerta para que lo mismo no suceda con otros museos. Este, sin embargo, no es el primer museo de Brasil que pasa por un incendio. En 2016, la Cineteca brasile?a, en S?o Paulo, perdi¨® una colecci¨®n de 1.000 pel¨ªculas latinoamericanas por el fuego que lleg¨® a uno de sus dep¨®sitos. Tres meses antes, el Museo del Idioma Portugues (Museu da L¨ªngua Portuguesa), tambi¨¦n en S?o Paulo, hab¨ªa sido dominado por el fuego.
Entre lamentos y la inmediata b¨²squeda por culpables, estaba el desahogo del urbanista Washington Fajardo, que fue presidente del Consejo Municipal del Patrimonio Cultural de R¨ªo de Janeiro. ¡°Que las generaciones futuras nos perdonen. Somos la gran naci¨®n desmemoriada, vagando por el cosmos sin saber lo que fuimos, o que podemos, o so?amos. Ahora son cenizas aquello que deber¨ªa inspirar a los j¨®venes a guiar la naci¨®n¡±.
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