Egipto arresta a los hijos de Mubarak por manipulaci¨®n burs¨¢til
Alaa y Gamal Mubarak est¨¢ acusados de haber adquirido la mayor¨ªa de acciones de varios bancos de manera fraudulenta
Alaa y Gamal Mubarak, los dos hijos del exdictador egipcio Hosni Mubarak, vuelven a estar entre rejas despu¨¦s de que un tribunal penal de El Cairo ordenara el domingo su arresto en el marco de un proceso por manipulaci¨®n bursatil, seg¨²n inform¨® MENA, la agencia oficial de noticias egipcia. Su entrada y salida de prisi¨®n no ha sido un hecho raro desde el estallido de la revoluci¨®n que en 2011 puso fin a tres d¨¦cadas de dictadura de su padre. Tanto Mubarak como sus hijos fueron imputados y finalmente exonerados de cualquier responsabilidad por la represi¨®n de la revuelta, que se sald¨® con la muerte de m¨¢s de 800 personas. Sin embargo, tambi¨¦n han sido acusados por corrupci¨®n en diversos casos, y condenados en uno de ellos.
Seg¨²n fuentes judiciales, Alaa y Gamal Mubarak est¨¢n procesados junto con otras tres personas por haber comprado la mayor¨ªa de acciones de varios bancos a trav¨¦s de sociedades pantalla sin declararlo, como exige la ley, a las autoridades burs¨¢tiles. El juez ha ordenado su arresto para asegurarse que est¨¦n presentes en la pr¨®xima sesi¨®n de su juicio, prevista para el 20 de octubre. El propio Alaa Mubarak confirm¨® su arresto en su cuenta de Twitter. ¡°Alabado sea Dios. Ha ordenado que nos detengan de nuevo en el caso de la Bolsa. Ojal¨¢ que, con el permiso del Todopoderoso, la verdad sea revelada¡±, reza su mensaje, trufado de referencias religiosas.
Durante el gobierno de Mubarak, Alaa, el mayor de los hermanos con 57 a?os, se dedic¨® en exclusiva a los negocios y amas¨® una enorme fortuna gracias a las conexiones paternas, pero nunca se interes¨® por la pol¨ªtica. En cambio, Gamal, de 54 a?os, banquero de profesi¨®n, ocup¨® diversos cargos de responsabilidad en el partido del r¨¦gimen y se cree que planeaba suceder a su padre en la cima del Estado. De hecho, muchos observadores consideran que el rechazo de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n a su ascenso al poder fue una de los motivos que encendieron la mecha revolucionaria.
En mayo de 2015, Hosni Mubarak fue condenado a tres a?os de c¨¢rcel, y sus dos v¨¢stagos a cuatro a?os, por el llamado ¡°caso de los palacios presidenciales¡±. Un tribunal consider¨® probado que hab¨ªan desviado para fines privados unos 125 millones de libras (cerca de 10 millones de euros) de fondos p¨²blicos, en teor¨ªa destinados a la renovaci¨®n de varias mansiones presidenciales. En octubre de ese mismo a?o, Alaa y Gamal fueron puestos en libertad al haber cumplido ya la mayor parte de la sentencia mientras se hallaban en prisi¨®n preventiva. Desde entonces y hasta el pasado domingo, hab¨ªan permanecido en libertad.
El patriarca de la familia Mubarak fue liberado en marzo de 2017 despu¨¦s de haber pasado la mayor parte de sus seis a?os de reclusi¨®n en un hospital militar. No obstante, el exdictador a¨²n no ha saldado todas sus cuentas pendientes con la justicia egipcia, pues est¨¢ siendo investigado por un caso de corrupci¨®n. Quiz¨¢s fruto de un acuerdo con el r¨¦gimen de Al Sisi, Mubarak se ha mantenido alejado de los focos tras su puesta en libertad, y ni tan siquiera ha proporcionado entrevistas a la prensa.
En verano del 2013, un golpe de Estado militar puso fin al experimento democr¨¢tico iniciado en Egipto con la Revoluci¨®n. Desde entonces, seg¨²n los informes de las organizaciones de derechos humanos, la represi¨®n pol¨ªtica ha alcanzado unos niveles muy superiores a los aplicados durante el Gobierno de Mubarak. A diferencia de los antiguos altos cargos policiales, que han mantenido sus posiciones en el nuevo r¨¦gimen liderado por el mariscal Al Sisi, los empresarios del entorno de Mubarak que se enriquecieron gracias a sus pr¨¢cticas corruptas no han recibido un trato de favor por parte de las nuevas autoridades. Alaa y Gamal Mubarak no han sido una excepci¨®n, percibidos como un lastre por su mala imagen entre la opini¨®n p¨²blica. Leyendo entre l¨ªneas la narrativa oficial se percibe la creencia de que sus corruptelas y su ostentaci¨®n, y no la falta de libertades, fueron los acicates del levantamiento popular que catapult¨® la Primavera ?rabe a fen¨®meno regional.
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