Un esc¨¢ndalo de pagos sacude la Asamblea de Ecuador
Una decena de asesores y asistentes denuncian que tuvieron que pagar peajes a sus legisladores para acceder y conservar sus cargos
Primero eran ¡°chismes de pasillo¡±, luego ¡°un secreto a voces¡± y ahora son denuncias ante la Fiscal¨ªa. Al menos una decena de asesores y asistentes de la Asamblea de Ecuador ha sacado a la luz un esc¨¢ndalo de supuestos pagos a los legisladores para los que trabajaban para acceder y mantenerse su empleo. Los casos han ido apareciendo, por goteo, en las ¨²ltimas dos semanas tras una primera denuncia abanderada por el asamble¨ªsta Fabricio Villamar. Tambi¨¦n han formalizado algunas de las acusaciones ante las autoridades, pese al miedo y el anonimato con el que los denunciantes han desvelado sus casos. La Asamblea ha decidido, este martes, abordar el asunto para facilitar la investigaci¨®n. Entre las medidas tomadas destaca una auditor¨ªa de las cuentas bancarias de los legislativos.
Villamar, miembro del grupo de oposici¨®n CREO (Creando Oportunidades), asegura haber recopilado testimonios y evidencias contra 23 de sus colegas. Pero, de momento, solo se han recibido tres denuncias formales en el Ministerio P¨²blico. Algunos de los se?alados son actualmente legisladores, mientras otros ocuparon el cargo en mandatos anteriores, incluido alg¨²n rostro de los m¨¢s cercanos al expresidente Rafael Correa. Todos han negado la mayor: o no exigieron nunca pago alguno o, si recibieron dinero de sus subordinados, se trataba de pr¨¦stamos.
Pero las versiones de quienes ten¨ªan que asumir esos peajes, que ascend¨ªan a miles de d¨®lares, dibujan un panorama que la Fiscal¨ªa est¨¢ estudiando enmarcar entre el cohecho (aceptaci¨®n de sobornos) y la concusi¨®n (exigir contribuciones aprovech¨¢ndose de la posici¨®n). Andrea Utreras, la primera en reclamar, asegura que tuvo que pagar a una representante de Alianza PAIS el almuerzo, la movilizaci¨®n e incluso turnarse con sus pares para dormir con ella porque no quer¨ªa pasar la noche sola en Quito durante los d¨ªas en que ten¨ªa sesi¨®n en la Asamblea.
Adem¨¢s, entre los cuatro colaboradores que ten¨ªa asignada esa legisladora (dos asesores y dos asistentes) deb¨ªan repartirse la cuota de afiliaci¨®n de 400 d¨®lares mensuales que ella deb¨ªa abonar al partido que gobierna en Ecuador desde 2007. ¡°Nunca nos dijeron que era un aporte voluntario. Tienes que pagar. Era una obligaci¨®n. Yo conoc¨ª al se?or de PAIS que recog¨ªa las cuotas. Son pr¨¢cticas que hacen todos ellos. Es un chantaje, yo lo vi hasta como una extorsi¨®n. Si no pagas, habr¨¢ otro que querr¨¢ trabajar¡±, declar¨® la denunciante a la prensa local.
Tras dar a conocer su caso, Utreras ha recibido llamadas y mensajes de otros colaboradores de asamble¨ªstas que aseguran haber vivido una situaci¨®n similar. A veces, los pagos eran mensuales e iban de 500 a 1.000 d¨®lares; otros deb¨ªan entregar hasta dos tercios de su sueldo y conformarse con estar aportando a la Seguridad Social; alguno m¨¢s, entreg¨® hasta 30.000 d¨®lares al inicio solo para poder acceder al puesto; y en otros casos, se sufragaban gastos de ropa, gasolina, peluquer¨ªa, cuentas de tel¨¦fono, alquileres, la compra familiar e incluso las letras de veh¨ªculos de lujo. Todo eso, seg¨²n la documentaci¨®n recopilada por el asamble¨ªsta Villamar, consta en chats, correos electr¨®nicos o grabaciones de voz. Pero no hay recibos de todas las compras, pues la mayor¨ªa de los ¡°diezmos¡± (as¨ª se llaman coloquialmente esas contribuciones) se abonaba en efectivo.
De los 23 casos que asegura conocer Villamar, al menos ocho nombres ya han trascendido. Son asamble¨ªstas que pertenecen a pr¨¢cticamente todo el abanico de partidos de la Asamblea. Hay colegas de Villamar en CREO se?alados, tambi¨¦n en el bloque oficialista de PAIS, en el de Revoluci¨®n Ciudadana ¨Cque se escindi¨® del movimiento de Gobierno¨Cy en los opositores del Partido Socialcristiano (PSC) y del ind¨ªgena Pachakutik.
La efervescencia de la revelaci¨®n, sin embargo, comenz¨® a desinflarse el jueves pasado conforme aumentaba la trascendencia de la trama y, a la vez, las dudas sobre la credibilidad de las denuncias. Desde el despacho de Villamar, advirtieron que algunos de los denunciantes se estaban echando atr¨¢s y estaban llegando a acuerdos con los pol¨ªticos se?alados. Mientras, la asamble¨ªsta de Fuerza Ecuador, Mar¨ªa Mercedes Cuesta, publicaba una explicaci¨®n: ¡°De todo se escucha en los pasillos de la Asamblea Nacional. El esposo de una expresidenta est¨¢ llamando por tel¨¦fono uno a uno a los funcionarios que trabajaron en ese per¨ªodo para amenazarlos. Yo les digo: no tengan miedo¡±.
Por eso, el esc¨¢ndalo ha empujado a los dem¨¢s legisladores a marcar distancias y exigir que no se hagan ¡°generalizaciones¡±, como reclam¨® la presidenta de la Asamblea Nacional, Elizabeth Cabezas (PAIS), quien inicialmente hab¨ªa rebajado la trama de pagos a ¡°chismes de pasillo¡±. Sus pares, Elio Pe?a (Bloque Integraci¨®n Nacional) y P¨¢bel Mu?oz (Revoluci¨®n Ciudadana) repitieron el argumento en la sesi¨®n en la que se aprob¨® una resoluci¨®n inicial sobre el tema. ¡°Que no nos metan a todos en el mismo saco¡±, dijo el primero. ¡°No nos merecemos ese trato los 137¡±, sostuvo el segundo, seg¨²n recogieron los medios nacionales. El primer art¨ªculo de aquella resoluci¨®n, en lugar de abordar el problema de los peajes, alertaba del da?o a la imagen que la trama podr¨ªa acarrear para la instituci¨®n. ¡°Lo que no entienden mis compa?eros es que el buen nombre no se gana con una resoluci¨®n, sino con acciones¡±, critic¨® Villamar.
La Asamblea de Ecuador ha pedido este martes a la Controlar¨ªa y la UAFE (Unidad de An¨¢lisis Financiero y Econ¨®mico) que auditen las cuentas bancarias de los asamble¨ªstas para detectar los supuestos pagos. Las tres autoridades de control ya han confirmado que iniciar¨¢n las pesquisas para averiguar qu¨¦ asamble¨ªstas ¨Cque tienen un sueldo fijo mensual ligeramente superior a los 5.000 d¨®lares mensuales ¨Chabr¨ªan recibido pagos de colaboradores que cobran entre 1.394 y 3.173 d¨®lares al mes. ¡°Los que no tienen nada que ocultar, no tienen nada que temer¡±, apostill¨® Villamar.
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