Trump apoya a su nominado al Supremo, acusado de abuso sexual
La mujer que acusa al juez de un intento de violaci¨®n en 1982 deja en el aire su comparecencia del lunes al pedir que el FBI investigue antes los hechos
La nominaci¨®n de Brett Kavanaugh al Tribunal Supremo se ha convertido en un serial de desenlace incierto y nerviosismo extremo en Washington. El presidente estadounidense, Donald Trump, volvi¨® a defender este mi¨¦rcoles al juez conservador, al que una mujer acusa de un intento de violaci¨®n en 1982 cuando ambos eran menores, y rechaz¨® que el FBI impulse una investigaci¨®n a Kavanaugh.
En la v¨ªspera, la presunta v¨ªctima, Christine Blasey Ford, pidi¨® que el FBI intervenga antes de que ella testifique en el Senado. Sin embargo, los republicanos, que controlan la C¨¢mara, se mantienen firmes: advierten de que la comparecencia del pr¨®ximo lunes es la ¨²nica oportunidad que tienen Ford y Kavanaugh para explicarse y rechazan retrasar mucho m¨¢s la votaci¨®n.
La abogada de la mujer, Lisa Banks, critic¨® el mi¨¦rcoles por la tarde la posici¨®n republicana y pidi¨® que se llame a declarar a posibles testimonios. "La prisa para una comparecencia es innecesaria y contraria a que el comit¨¦ descubra la verdad", dijo en un comunicado. Mark Judge, un compa?ero de clase del juez que, seg¨²n Ford, presenci¨® el intento de violaci¨®n, ha declinado testificar. Ha esgrimido que no recuerda los hechos y que nunca vio a Kavanaugh actuar del modo que describe Ford.
El futuro del juez pende de un hilo. Trump admiti¨® el impacto que tendr¨ªa una declaraci¨®n convincente de la mujer sobre los hechos. ¡°Creo que es muy injusto lo que est¨¢ ocurriendo¡±, dijo el presidente a la prensa en la Casa Blanca. Insisti¨® en que Kavanaugh, que tendr¨ªa un cargo vitalicio y afianzar¨ªa la mayor¨ªa conservadora en el Supremo, tiene un expediente ¡°sin manchas¡± y alent¨® a Ford a testificar el lunes en el comit¨¦ judicial del Senado. ¡°Si ella se presenta y hace una exposici¨®n poderosa eso ser¨ªa muy interesante y tendr¨ªamos que tomar una decisi¨®n. Pero solo puedo decir lo siguiente: ¨¦l es un hombre tan espectacular. Es muy dif¨ªcil para m¨ª imaginar que ocurri¨® algo¡±, afirm¨® en referencia al presunto abuso.
Trump acumula un historial de respaldo inequ¨ªvoco a hombres denunciados por delitos sexuales. ?l mismo ha sido acusado de abusos por casi una veintena de mujeres, extremos que ha negado ferozmente.
Pero la crisis pol¨ªtica no llega en un momento cualquiera. El movimiento Me Too ha galvanizado un clamor contra el encubrimiento de abusos y se ha llevado por delante a un sinf¨ªn de personalidades. Si el voto femenino a los dem¨®cratas ya se anticipaba masivo en las elecciones legislativas de noviembre, el caso Kavanaugh posiblemente lo impulsar¨¢ todav¨ªa m¨¢s. Los republicanos son muy conscientes de ello y se mueven con pies de plomo: han evitado cuestionar la versi¨®n de la mujer. La est¨¦tica tambi¨¦n puede jugar en su contra: los 11 republicanos del comit¨¦ judicial del Senado son hombres.
El caso evoca inmediatamente a la comparecencia en 1991 de Anita Hill, que acus¨® de acoso sexual en el puesto de trabajo a Clarence Thomas, nominado al Supremo. El Senado acab¨® aprobando la designaci¨®n del juez, que neg¨® los hechos. Hill respald¨® este mi¨¦rcoles la petici¨®n de Ford de que el FBI investigue antes el presunto abuso para evitar que la comparecencia acabe derivando en la palabra de la mujer contra la del hombre.
En una carta al presidente del comit¨¦, Chuck Grassley, los abogados de Ford aseguraron la noche del martes que ha sufrido ¡°amenazas de muerte¡±, ha tenido que cambiar su lugar de residencia y piden encontrar mecanismos para que pueda cooperar con el Senado mientras ¡°cuida su salud y seguridad¡±. Los letrados sostienen que una investigaci¨®n del FBI permitir¨ªa al comit¨¦ ¡°estar plenamente informado¡± y ser¨ªa un ¡°primer paso¡± antes de que ella aparezca en ¡°televisi¨®n nacional para revivir este incidente traum¨¢tico y desgarrador¡±.
Grassley, sin embargo, replic¨® que ¡°no hay razones¡± para posponer la sesi¨®n del lunes porque una investigaci¨®n del FBI no influir¨ªa en el testimonio que pueda dar Ford. El veterano senador de Iowa ofreci¨® a la mujer la posibilidad de una comparecencia a puerta cerrada o entrevistas con asesores legislativos. Tambi¨¦n fue reveladora la reacci¨®n del senador Jeff Flake, un miembro clave del comit¨¦ judicial y que supedit¨® su apoyo a Kavanaugh a que se escuchara antes la versi¨®n de la mujer. Flake, de los pocos republicanos cr¨ªticos con Trump, urgi¨® a Ford a testificar el lunes.
Los dem¨®cratas acusan a los republicanos de actuar con prisas y parcialidad. Pero si Ford se ausenta de la sesi¨®n del lunes es probable que los republicanos celebren un voto sobre la nominaci¨®n de Kavanaugh a mediados de semana sin que haber escuchado la versi¨®n de la mujer pueda restarle apoyos entre republicanos moderados y hacer naufragar la designaci¨®n. Los republicanos solo pueden permitirse perder el apoyo de uno de sus senadores y quieren celebrar un voto antes de los comicios de noviembre, en los que los dem¨®cratas aspiran a hacerse con el control del Congreso.
Trump y su partido minimizan la necesidad de que el FBI intervenga. Sostienen que Kavanaugh ha ocupado numerosos cargos p¨²blicos, por ejemplo en la Casa Blanca de George W. Bush, sin que nunca se hallara una irregularidad. Y acusan a los dem¨®cratas de t¨¢cticas torticeras. Ford se puso en contacto en julio con una senadora dem¨®crata y le mand¨® una carta sobre el presunto abuso, pero le pidi¨® mantenerla en secreto a no ser que cambiara de opini¨®n. La carta, sin embargo, se filtr¨® la semana pasada, lo que propici¨® que Ford decidiera el domingo revelar su identidad y detallar su acusaci¨®n.
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