El juego de pelota milenario regresa al ¡®hormiguero¡¯
Vecinos de Azcapotzalco, uno de los barrios con m¨¢s arraigo prehisp¨¢nico de Ciudad de M¨¦xico, acaban de inaugurar una nueva cancha de este deporte
¡°La pelota me entr¨® en el coraz¨®n¡±. Habla Mario Alberto ?vila, un estudiante de 19 a?os y aficionado al juego de pelota, un deporte prehisp¨¢nico milenario que vive una suerte de renacimiento desde hace unos a?os, impulsado por un creciente inter¨¦s entre los j¨®venes. Hace un par de semanas, ?vila planch¨® su maztla (taparrabos, en n¨¢huatl) y empac¨® el atecocolli (caracol ceremonial) para acudir a la inauguraci¨®n de una nueva cancha de esta disciplina en Azcapotzalco ('hormiguero', en n¨¢huatl), al norte de Ciudad de M¨¦xico.
A este barrio de la capital mexicana el juego de pelota prehisp¨¢nico le va como anillo al dedo. Fue el principal centro de poder del valle de M¨¦xico antes del auge de los aztecas. De hecho, seg¨²n el C¨®dice X¨®lotl, el se?or de Azcapotzalco fue quien cedi¨® a los reci¨¦n llegados m¨¦xicas un islote en el medio del lago de Texcoco para fundar Tenochtitl¨¢n. Unos a?os m¨¢s tarde, el equilibrio de fuerzas cambi¨®; los aztecas derrotaron a sus antiguos benefactores y los incorporaron a su imperio.
?vila, vecino de este barrio con tanta raigambre prehisp¨¢nica, siente que es su deber rescatar a este deporte del olvido. ?l practica la variante ulama, en el que la pelota de goma, que pesa de dos a cuatro kilos, se golpea con la cadera. Para ¨¦l, lo m¨¢s dif¨ªcil fue acostumbrar esa parte del cuerpo, infrautilizada en el resto de deportes, a la pelota. ¡°Si no le llegas a pegar bien, te puede tumbar¡±, cuenta.
A diferencia del f¨²tbol, el deporte rey entre los j¨®venes, el juego de pelota se rige por unas normas que son m¨¢s rituales que deportivas. Por ejemplo, en el espacio no se puede fumar ni beber. Durante el partido inaugural, Emmanuel Kakalo ejerci¨® de ¡®guardi¨¢n de la cancha¡¯, una especie de maestro de ceremonias encargado de velar por que imperen el decoro y unos modales apropiados. ¡°Es una alegr¨ªa inmensa ver que nuestras ra¨ªces son cada vez m¨¢s populares entre los j¨®venes¡±, asegura.
Como estudiante de arqueolog¨ªa, Carla Jessica Roa es una experta en esas ra¨ªces. Lleva un a?o jugando a este deporte, disciplina que sigue siendo mayoritariamente masculina - hay siete equipos de mujeres frente a unos 40 de hombres. ¡°Es importante que nosotras tambi¨¦n lo estemos rescatando¡±, dice esta jugadora de 18 a?os, originaria de Puebla (centro de M¨¦xico). El a?o pasado su equipo gan¨® el campeonato de mujeres en la categor¨ªa B.
La nueva cancha forma parte de un complejo m¨¢s amplio, el Faro Poniente Xochicalli, dedicado a la cultura prehisp¨¢nica. All¨ª se puede practicar la lucha y la danza tradicionales y disfrutar del temazcal, un ba?o de vapor al que entran los jugadores de pelota antes de los partidos. El objetivo de la cancha reci¨¦n inaugurada es que empiece pronto a acoger torneos nacionales y que Azcapotzalco se convierta en un foco de promoci¨®n del juego de pelota en la antigua capital de sus enemigos, los aztecas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.