L¨®pez Obrador anuncia la creaci¨®n de una ¡°guardia civil¡± para combatir la violencia en M¨¦xico
El presidente electo desgrana sus medidas de seguridad p¨²blica en el 50 aniversario de la masacre estudiantil de Tlatelolco
Se apagaron las trompetas de los mariachis en Tlatelolco y subi¨® al escenario Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador: ¡°En esta plaza hist¨®rica nos comprometemos a no utilizar nunca jam¨¢s al Ej¨¦rcito para reprimir al pueblo de M¨¦xico. Vamos a suprimir el Estado Mayor y a crear una guardia civil que limitar¨¢ el uso de la fuerza y garantizar¨¢ los derechos humanos¡±. Desde la Plaza de las tres culturas, donde hace 50 a?os los estudiantes mexicanos fueron masacrados por reclamar al gobierno de hierro pri¨ªsta m¨¢s democracia y menos autoritarismo, el presidente electo aprovech¨® este s¨¢bado para detallar sus propuestas de seguridad a apenas dos meses de que tome las riendas del Gobierno.
Detr¨¢s de la iglesia colonial de Santiago Tlatelolco y frente a una placa traducida del n¨¢huatl que recuerda que ¡°cuando llegaron los de Castilla, Cuauht¨¦moc ya ten¨ªa cuatro a?os de reinar aqu¨ª¡±, Obrador escenific¨® otro ejercicio de m¨²sculo social tras arrasar en las elecciones del uno de julio, convirti¨¦ndose en el presidente m¨¢s votado en la historia de M¨¦xico y logrando la mayor¨ªa para su partido, Morena, en ambas c¨¢maras. Ante un auditorio abarrotado, confirm¨® que en el corto plazo no se plantea devolver al Ej¨¦rcito a los cuarteles, retirando la potestad de patrullar las calles encomendada por el presidente panista Felipe Calder¨®n. ¡°Dejar¨ªamos a la gente desamparada ante el problema de inseguridad y violencia. Por desgracia, la polic¨ªa federal no tiene los recursos suficientes y las polic¨ªas ministeriales, estatales y municipales est¨¢n echadas a perder¡±
Desde el mes de agosto, el mandatario electo mantiene un contacto directo con los responsables del Ej¨¦rcito y de la Marina tanto para preparar el relevo de sus c¨²pulas como para avanzar en el dise?o de la nueva estrategia de seguridad. En esta l¨ªnea, adelant¨® que prepara una reforma de las fuerzas castrenses para ¡°crear una guardia civil nacional¡±, que estar¨ªa integrada por miembros de la polic¨ªa y de los dos estamentos militares. ¡°Tenemos que darle un giro a la labor del Ej¨¦rcito¡±, subray¨® desde el escenario.
Ante la peor ola de violencia de la historia reciente de M¨¦xico, con 85 personas asesinadas al d¨ªa (25 por cada 100.000 habitantes), Obrador volvi¨® a insistir en una de sus decisiones m¨¢s pol¨¦micas adelantada durante la campa?a: suprimir el Estado Mayor presidencial, un ¨®rgano t¨¦cnico militar encargado hist¨®ricamente de la protecci¨®n de los presidentes y su familia. El movimiento de integrar a sus 2.000 miembros en la Secretar¨ªa de Defensa y reemplazarlos por 20 civiles desarmados, estrategia inspirada en su experiencia como jefe de Gobierno de la capital, ha sido duramente criticado por analistas internacionales de cara, sobre todo, a las futuras visitas de mandatarios extranjeros.
Como broche legitimador de la decisi¨®n, Obrador apunt¨® durante su mitin en la simb¨®lica plaza capitalina que ¡°en las investigaciones sobre la represi¨®n del 68 aparece que se utiliz¨® el Estado Mayor¡± como fuerza de choque contra los estudiantes. Cinco d¨¦cadas despu¨¦s, a¨²n siguen sin esclarecerse totalmente las circunstancias de la masacre, un parteaguas de la historia pol¨ªtica del pa¨ªs y tras el que, en palabras del escritor Carlos Monsiv¨¢is, ¡°da comienzo la defensa de los derechos humanos en M¨¦xico¡±.
Un tribunal federal lleg¨® a certificar que fue un acto genocida, puesto que la actuaci¨®n policial ten¨ªa un objetivo muy claro: exterminar al grupo de estudiantes que se opon¨ªan al Gobierno del presidente D¨ªaz Ordaz. Parad¨®jicamente, la mano dura del secretario de Gobernaci¨®n de entonces, Luis Echeverr¨ªa, fue premiado por el partido, aup¨¢ndolo a la presidencia. Tras dos a?os de arresto domiciliario, en 2009 el expresidente qued¨® libre de la acusaci¨®n de genocidio.
Ni siquiera existe todav¨ªa una cifra fiable de las muertes. Var¨ªan entre los 26 anunciados los d¨ªas siguientes por el Gobierno a los m¨¢s de 300 contabilizados por organizaciones de derechos humanos y la prensa internacional, junto a cientos de heridos y m¨¢s de 1000. detenidos.
Algunos de los asistentes de este s¨¢bado al acto de Obrador tambi¨¦n estuvieron aqu¨ª hace 50 a?os. Luis Humberto Gonz¨¢lez, contador jubilado de 71 a?os, recordaba que aquella tarde del dos de octubre del 68 no logr¨® llegar a la plaza: ¡°Hab¨ªa tanta gente que cuando est¨¢bamos haciendo fila para entrar por un lateral se empezaron a escuchar los disparos y todo se convirti¨® en un correteadero¡±. Para Luis Alberto Zamora, estudiante de Qu¨ªmicas de 22 a?os, es un gesto importante que el nuevo presidente haya decidido homenajear ¡°a los ca¨ªdos en esta guerra que ya ha durando demasiado tiempo¡±. Seg¨²n este joven militante de Morena, tanto tiempo como el recorrido hist¨®rico que trazan los tres retratos gigantes que flanqueaban el escenario: Benito Ju¨¢rez, Francisco Madero y L¨¢zaro C¨¢rdenas, los tres mandatarios ¨Cexponentes de la Reforma, la Revoluci¨®n y la modernidad mexicana¨C de los que Obrador se siente heredero y continuador, tal y como expresa el ampuloso lema de La cuarta transformaci¨®n.
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