El desinter¨¦s juvenil lastra el independentismo en Quebec
La generaci¨®n nacida tras el refer¨¦ndum de 1995 ha crecido en un ambiente de descentralizaci¨®n y impulso a la cultura franc¨®fona, pero la fractura social no ha desaparecido
El s¨¢bado por la noche en la calle Santa Catalina, en el centro del multicultural Montreal, la independencia de Quebec parece un sue?o no solo lejano sino casi desconocido. Entre tiendas de cadenas de ropa internacionales y bares de copas, muchos de los j¨®venes transe¨²ntes tienen otras prioridades. El debate soberanista, que marc¨® a la generaci¨®n de sus padres, es para ellos un asunto del pasado. Hasta el punto de que lo muy poco que Eden Alati, de 20 a?os, sabe de los refer¨¦ndums de secesi¨®n celebrados en 1980 y 1995 lo ha o¨ªdo de refil¨®n en la escuela. ¡°Es completamente est¨²pido quererse separar¡±, dice el chico, que cita sobre todo el impacto econ¨®mico de una ruptura. Para ¨¦l, es mucho m¨¢s acuciante elevar el salario m¨ªnimo o mejorar la protecci¨®n al colectivo LGTB.
Alati no votar¨¢ el lunes en las elecciones de Quebec. Considera corrupto el sistema pol¨ªtico, pero sus palabras reflejan el fin de una era. Por primera vez en casi cinco d¨¦cadas la independencia no vertebra los comicios en esta regi¨®n franc¨®fona de Canad¨¢. El Partido Quebequ¨¦s, el mayor promotor de la separaci¨®n, ha dicho que, en caso de lograr una inesperada victoria electoral, no abogar¨¢ por un nuevo refer¨¦ndum a corto plazo pactado con Ottawa. Quebec Solidaire, un partido de izquierdas favorable a la independencia, ha puesto el foco sobre todo en la agenda social, lo que atrae a algunos j¨®venes.
La secesi¨®n se ha convertido en un asunto casi ausente en la campa?a, eclipsado por la inmigraci¨®n o la sanidad. Las ¨²ltimas encuestas dan un empate entre el Partido Liberal, actualmente en el poder, y la Coalici¨®n Avenir Quebec, m¨¢s escorada a la derecha. Ambas formaciones rechazan la independencia. A?os de pol¨ªticas de descentralizaci¨®n hacia Quebec, por ejemplo en gesti¨®n migratoria, de recepci¨®n neta de fondos federales y de protecci¨®n a la lengua francesa han logrado rebajar el furor separatista. Ottawa se ve menos como una amenaza que en 1995, cuando el no?a la independencia gan¨® solo por un pu?ado de votos. En el refer¨¦ndum de 1980, la victoria del unionismo hab¨ªa sido de casi 20 puntos de diferencia.
Es entre los j¨®venes donde el desinter¨¦s independentista es m¨¢s palpable, en un serio anticipo de posibles tendencias futuras en toda la sociedad. De una lista de 14 asuntos importantes en las elecciones de Quebec, la independencia se situ¨® en el ¨²ltimo lugar (un 4% del total) en una encuesta de principios de septiembre de Ipsos a personas de entre 18 y 25 a?os. Las mayores preocupaciones eran la educaci¨®n (40%), la sanidad (32%) y el medio ambiente (26%). Solo un 19% de los j¨®venes respald¨® que Quebec sea un Estado independiente aunque un 55% se declar¨® antes quebequ¨¦s que canadiense. Entre todos los quebequenses, el apoyo a la secesi¨®n era el pasado mayo del 25%, seg¨²n otro sondeo. Un 55% se opon¨ªa y un 20% se mostraba indeciso.
¡°Me preocupa que en un Estado independiente el franc¨¦s sea a¨²n m¨¢s la lengua dominante y los angloparlantes nos convirtamos m¨¢s en una minor¨ªa¡±, afirma Marianne Mason, de 17 a?os. Ella y otros tres j¨®venes cenando en una creper¨ªa en la calle Santa Catalina son un buen microcosmos ¨Cen el multiling¨¹e y federalista Montreal¨C del sentir de su generaci¨®n sobre la secesi¨®n. ¡°Hay asuntos mucho m¨¢s importantes, como el Estado del bienestar o la pobreza¡±, a?ade su hermano, Wilfred, de 19 a?os y estudiante de Ingenier¨ªa, que a¨²n no sabe a qui¨¦n votar en las elecciones. ¡°El nacionalismo consumi¨® toda la agenda pol¨ªtica en el pasado. Ahora hay un abanico m¨¢s amplio de temas¡±, se?ala Madison Odabassian, de 19 a?os y alumna de Biolog¨ªa. Pero advierte de que las redes sociales han trivializado a la juventud y pueden haberla alejado del compromiso pol¨ªtico: ¡°La gente est¨¢ m¨¢s preocupada por cu¨¢ntos Me gusta tiene en Instagram¡±.
Los cuatro son?angloparlantes y rechazan con rotundidad la independencia de Quebec, pero sus palabras tambi¨¦n exhiben c¨®mo la fractura ling¨¹¨ªstica ¨Corigen hist¨®rico del separatismo¨C no ha desaparecido del todo, lo que sugiere que el declive del secesionismo puede ser coyuntural. Sarah, de 22 a?os, considera una ventaja ser biling¨¹e en ingl¨¦s y franc¨¦s, pero tambi¨¦n teme que el ingl¨¦s termine recluido. Asegura, irritada, que en las escuelas franc¨®fonas no se ense?a correctamente el idioma anglosaj¨®n y critica que los dependientes en comercios siempre tengan que saludar primero en franc¨¦s.
El franc¨¦s, una lengua blindada
Un 49,8% de los 1,7 millones de habitantes de Montreal, la mayor ciudad de Quebec, tiene el franc¨¦s como lengua materna frente a un 19,3% el ingl¨¦s, seg¨²n los ¨²ltimos datos. En todo Quebec, casi un 80% de la poblaci¨®n es franc¨®fona. Los insultos por hablar franc¨¦s en p¨²blico son cosa del pasado. La lengua est¨¢ blindada entre un mar de angloparlantes en el resto de Canad¨¢ y Estados Unidos. El idioma es el emblema de la cultura originada por la llegada de colonos franceses en el siglo XVII, un siglo antes de que los brit¨¢nicos controlaran la regi¨®n. Muchos apuntan ¨Ctambi¨¦n para explicar el retroceso del independentismo¨C al impacto de la ley 101, aprobada en 1977 por el Partido Quebequ¨¦s. Convirti¨® al franc¨¦s en el ¨²nico idioma oficial en Quebec, algo que no ocurre en ninguna otra regi¨®n canadiense. Es la lengua dominante en el Gobierno, tribunales, comercios, nomenclatura y escuelas.
¡°Esto ha ayudado mucho a que los votantes franc¨®fonos sientan que Quebec est¨¢ menos amenazado por el ingl¨¦s que hace 40 a?os¡±, sostiene Fran?ois Cardinal, jefe de Opini¨®n de ¡®La Presse¡¯, el mayor diario canadiense en franc¨¦s. ¡°La generaci¨®n joven no vivi¨® el refer¨¦ndum o las dram¨¢ticas discusiones constitucionales con Ottawa. Cuando miras a los asuntos que son importantes para los j¨®venes no ven qu¨¦ ventajas tendr¨ªa la independencia para lograrlos, por ejemplo en la lucha contra el cambio clim¨¢tico¡±.
S¨¦bastien Dallaire, gerente del centro demosc¨®pico Ipsos en Quebec, hace un diagn¨®stico similar. ¡°Los j¨®venes no est¨¢n socializados con el ambiente divisivo del pasado¡±, afirma. Dallaire esgrime que ¡°no es imposible¡± que el sentimiento independentista vuelva a crecer entre la poblaci¨®n, pero advierte de que el desd¨¦n juvenil es un ¡°problema estructural¡± para el secesionismo. ¡°Todo ha estado muy silencioso desde 1995 y los j¨®venes nunca han tenido que tomar partido. Para que el debate creciera, algo tendr¨ªa que ocurrir que generara inter¨¦s¡±.
El experto a?ade otros factores. En un mundo globalizado e hiperconectado, las nuevas generaciones han crecido socializando en Internet y su ¡°horizonte es mucho m¨¢s transversal¡±. El ambiente en la calle tambi¨¦n es muy distinto del que vivieron a su edad sus padres. Se han difuminado los ¡°agravios¡± que sufr¨ªan los franc¨®fonos frente a los angloparlantes en el mundo laboral, cultural y educativo. ¡°Ya no est¨¢ realmente presente la sensaci¨®n de sentirse en desventaja¡±, subraya.
No es f¨¢cil a priori encontrar a uno, pero finalmente aparece en la calle Santa Catalina un joven independentista. ¡°A Canad¨¢ realmente no le importa Quebec¡±, alega Phillipe Chayer, de 17 a?os, que vive a las afueras de Montreal, donde el nacionalismo tiene mayor acogida. Defiende la secesi¨®n por ¡°motivos identitarios¡±, asegura que su padre le llama ¡°ut¨®pico¡± pero ¨¦l proclama que, aunque no ahora, ¡°un d¨ªa Quebec ser¨¢ un pa¨ªs¡±.
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