La batalla en Quebec pasa de la independencia a la inmigraci¨®n
El debate identitario deja de girar en torno a la secesi¨®n, que pierde fuelle, mientras el partido favorito en las elecciones aboga por restringir la llegada de extranjeros
Nouveddena Larrabate acudi¨® este lunes a votar en las elecciones de Quebec con una mezcla de optimismo e inquietud. El inmigrante de 42 a?os, que lleg¨® hace 12 de Marruecos y ahora es ciudadano canadiense, vot¨® por un nuevo mandato del Partido Liberal porque lo considera la opci¨®n m¨¢s experimentada. Pero de fondo se cern¨ªa una amenaza. El partido que encabeza por la m¨ªnima las encuestas, la derechista Coalici¨®n Avenir Quebec (CAQ) y que acabar¨ªa con la hegemon¨ªa de los liberales, ha atizado el discurso antiinmigraci¨®n durante la campa?a: ha prometido reducir un 20% la cuota de inmigrantes legales que acoge anualmente la regi¨®n canadiense e imponer, a los tres a?os de la llegada del ciudadano extranjero, una prueba de franc¨¦s y valores que determinar¨¢ si puede quedarse en Quebec.
La medida no afectar¨ªa a Larrabate, que ya tiene la nacionalidad, junto a su esposa y cuatro hijos. ?l minimiza la propuesta del l¨ªder de la CAQ, Fran?ois Legault, un empresario y antiguo independentista reconvertido al unionismo. Le acusa de titubear y recuerda que los inmigrantes podr¨ªan mudarse a otras provincias, como Ontario, la que m¨¢s extranjeros recibe. Quebec es la segunda. ¡°La CAQ ha hecho esto para ganar votos pero nunca lo aplicar¨¢ porque los inmigrantes son importantes para la econom¨ªa¡±, dice Larrabate antes de votar en una escuela en el barrio de Sainte Foy. De hecho, el alcalde de Quebec ha advertido de que la ciudad necesita m¨¢s inmigrantes para cubrir la demanda laboral.
A una calle de la escuela se hace muy visible el temor de que restricciones, como las de la CAQ, promuevan la islamofobia. All¨ª est¨¢ la mezquita del Centro Cultural Isl¨¢mico de Quebec, donde el 29 de enero de 2017 un ultraderechista de 28 a?os mat¨® a disparos a seis fieles. Larrabate, que vive cerca de la mezquita, lo llama un ¡°caso aislado¡± y asegura que la convivencia con la poblaci¨®n aut¨®ctona, muy visible en el barrio, es muy buena. En postes frente a la mezquita, hay colgados carteles de candidatos electorales, incluidos dos musulmanes de origen extranjero.
Independientemente de cu¨¢l sea el resultado, las elecciones en Quebec suponen un antes y un despu¨¦s. Por primera vez en casi cinco d¨¦cadas el debate sobre la secesi¨®n del resto de Canad¨¢ no ha condicionado la campa?a. Lo han hecho asuntos sociales, encabezados con diferencia por la inmigraci¨®n. La cuesti¨®n identitaria, una constante en la pol¨ªtica de Quebec, no ha desaparecido ni mucho menos; se ha transformado. Ya no gira claramente en torno al independentismo sino a una confluencia de nacionalismo, inmigraci¨®n y diversidad. Legault, de la CAQ, ha dibujado la llegada de extranjeros como un peligro para la identidad franc¨®fona: ¡°El riesgo es que nuestros nietos no hablen franc¨¦s¡±.
Su objetivo es seducir a suficientes franc¨®fonos -que suponen casi el 80% de la poblaci¨®n- para lograr la victoria, sobre todos aquellos que viven fuera de las ciudades. En paralelo, tambi¨¦n apela, con promesas en econom¨ªa y educaci¨®n, a los votantes cansados del Partido Liberal, que lleva en el poder desde 2003 excepto dos a?os de gobierno del independentista Partido Quebequ¨¦s (PQ).
Seg¨²n la ¨²ltima encuesta de la firma Ipsos, el CAQ lograr¨ªa un 32% de los votos frente a un 31% de los liberales del actual primer ministro, Philippe Couillard. Tambi¨¦n est¨¢ igualad¨ªsima la pugna por el tercer puesto entre el PQ y el tambi¨¦n secesionista pero m¨¢s de izquierdas Quebec solidaire.
Mezclar identidad e inmigraci¨®n no es un fen¨®meno nuevo. Canad¨¢ y Quebec han vivido pulsiones similares en el pasado, como en muchos pa¨ªses occidentales. Pero las propuestas de mano dura de la CAQ van m¨¢s all¨¢ de las anteriores. Son un experimento en los multiculturales Quebec y Canad¨¢, donde la pol¨ªtica de puertas abiertas es un pilar identitario y tambi¨¦n responde a necesidades econ¨®micas de mano de obra. Los pol¨ªticos que en el pasado han jugado la baza de restricciones a extranjeros, como prohibir en p¨²blico el velo isl¨¢mico, han cosechado resultados contraproducentes, como el PQ o el anterior ministro canadiense, el conservador Stephen Harper. La misma CAQ ha hablado en las ¨²ltimas semanas menos de inmigraci¨®n al ver que le estaba perjudicando en los sondeos.
Frente al colegio electoral, Shimaa Hassan, egipcia de 28 a?os, recuerda que para emigrar el a?o pasado a Quebec con su marido ya tuvo que superar un sinf¨ªn de pruebas en un proceso que se demor¨® cinco a?os. ¡°Ya hablo franc¨¦s perfectamente, si no me ser¨ªa imposible vivir aqu¨ª¡±, subraya. Ella no podr¨¢ votar hasta que, cuando ya lleve dos a?os en Canad¨¢, reciba la nacionalidad. Se march¨® de Egipto para que sus dos hijos tuvieran un futuro mejor y dice estar contenta con la acogida. ¡°Tengo muchos amigos que no son inmigrantes¡±.
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