La Casa Blanca advierte de que Ir¨¢n puede atentar en Estados Unidos
En su primera estrategia contraterrorista, Trump utiliza el t¨¦rmino ¡°islamismo radical¡± que Obama evitaba al considerarlo provocador
El Gobierno de Donald Trump advierte de que la amenaza terrorista es ¡°m¨¢s compleja que nunca¡± y que el principal enemigo de Estados Unidos son los ¡°grupos terroristas islamistas radicales¡±, como el Estado Isl¨¢mico (ISIS en sus siglas en ingl¨¦s), pese a sus p¨¦rdidas territoriales en Irak y Siria. As¨ª se desprende de la primera estrategia nacional de contraterrorismo del presidente republicano, un documento que esboza las prioridades de la Administraci¨®n en ese ¨¢mbito. Hay un nombre que resuena con fuerza en las 25 p¨¢ginas del informe: Ir¨¢n. En un nuevo reflejo de su escalada continua contra el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s, Washington avisa de que Teher¨¢n, al que considera el mayor patrocinador de terrorismo del mundo, puede llegar a orquestar atentados en Estados Unidos.
¡°Con operativos desplegados alrededor del mundo la IRGC-QF [el acr¨®nimo en ingl¨¦s de las Guardias Revolucionarias iran¨ªes] tiene la capacidad de apuntar a intereses de Estados Unidos y posiblemente la patria¡±, se?ala en referencia a EE UU. La Administraci¨®n de Trump asegura que la primera potencia mundial sigue sufriendo ¡°amenazas¡± del pa¨ªs ¨¢rabe a trav¨¦s de su ¡°red global de operativos y su apoyo continuo a una variedad de grupos terroristas¡±.
Washington considera a las Guardias Revolucionarias la principal rama iran¨ª de respaldo a organizaciones, que considera terroristas, como Hezbol¨¢ en L¨ªbano, Ham¨¢s en Gaza y milicias chi¨ªes en Bahr¨¦in, Irak, Siria y Yemen. ¡°Ir¨¢n se mantiene como el patrocinador de terrorismo m¨¢s prominente del mundo, apoyando a grupos de milicianos y terroristas en Oriente Pr¨®ximo, y cultivando una red de operativos que suponen una amenaza en Estados Unidos y globalmente¡±, sostiene el documento.
En la rueda de prensa de presentaci¨®n del informe, el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, llam¨® a Ir¨¢n el ¡°banquero central de terrorismo internacional desde 1979¡±, en referencia al a?o de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica que derroc¨® al sha apoyado por Washington y acab¨® derivando en la ruptura de relaciones entre Ir¨¢n y EE UU.
Emblema de la mano dura contra Teher¨¢n, Bolton subray¨® que el objetivo de la Casa Blanca es que, al reimponer las sanciones a Ir¨¢n por la ruptura del acuerdo nuclear, las exportaciones de petr¨®leo y gas iran¨ª ¡°caigan a cero¡±. En la v¨ªspera, Bolton y el secretario de Estado, Mike Pompeo, anunciaron la derogaci¨®n de un pacto de amistad de 1955 con Ir¨¢n, que Teher¨¢n us¨® como pretexto para llevar a la Corte Penal Internacional la retirada de EE UU del acuerdo nuclear de 2015.
Y el martes el Gobierno franc¨¦s acus¨® a los servicios de inteligencia iran¨ªes de estar detr¨¢s de un atentado frustrado contra una reuni¨®n de opositores iran¨ªes el pasado junio a las afueras de Par¨ªs.
Cambios respecto a Obama
La estrategia contraterrorista es la primera desde la de 2011 impulsada por la Administraci¨®n de Barack Obama. El documento, cuyo enfoque es mucho m¨¢s te¨®rico que pr¨¢ctico, est¨¢ impregnado por la doctrina de Am¨¦rica Primero de Trump. Hay similitudes y divergencias notables respecto a la estrategia del expresidente dem¨®crata. Por ejemplo, el documento pone m¨¢s foco en la amenaza cibern¨¦tica y se utiliza el t¨¦rmino ¡°islamismo radical¡± que Obama evitaba al considerarlo provocador ante el mundo ¨¢rabe. Trump hizo de la islamofobia uno de los pilares de su campa?a electoral en 2016 al prometer vetar la entrada a EE UU de todos los musulmanes extranjeros. Como presidente, esa propuesta ha acabado derivando en una restricci¨®n a visitantes de seis pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana, incluido Ir¨¢n.
El dogma aislacionista de Trump y la demonizaci¨®n migratoria se observa en el ¨¦nfasis de la estrategia en la ¡°protecci¨®n de la patria construyendo fronteras fuertes¡± y en priorizar la lucha contra el terrorismo en EE UU. Los esfuerzos b¨¦licos en el extranjero se limitar¨¢n, esgrime el documento, a ¡°aquellos que apuntalen directamente nuestra seguridad nacional¡±. Trump no ha escondido su desd¨¦n por el papel de Washington como polic¨ªa del mundo y la cantidad ingente de dinero invertida en Oriente Pr¨®ximo desde los atentados del 11-S en 2001. Pese a sus instintos de repliegue, el republicano ha aceptado, por ahora, mantener la presencia militar estadounidense en Siria y Afganist¨¢n.
En este sentido, el documento tambi¨¦n est¨¢ impregnado por el realismo y pone l¨ªmites a la cruzada de Trump contra el multilateralismo. ¡°Esta estrategia reconoce, sin embargo, que Am¨¦rica primero no significa Am¨¦rica sola¡±, se?ala. ¡°Vamos a ampliar nuestro abanico de socios para combatir el terrorismo islamista radical, el terrorismo patrocinado por Ir¨¢n y otras formas de extremismo violento¡±, agrega. Como ya propugnaba Obama, el equipo de Trump enfatiza que el objetivo es que sean gobiernos extranjeros los que ¡°tomen el liderazgo¡± en la lucha contra el terrorismo para que EE UU tenga un papel en la sombra en vez de combatir activamente sobre el terreno, como hizo al inicio de las intervenciones militares en Irak y Afganist¨¢n la pasada d¨¦cada.
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