Macron prepara una remodelaci¨®n gubernamental para impulsar su presidencia
La marcha de ministros clave, la ca¨ªda de popularidad y sucesivos tropiezos fuerzan un cambio en el Ejecutivo franc¨¦s
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, prepara un cambio de gobierno para salir del bache en el que se encuentra. La ca¨ªda en los sondeos, la ausencia de resultados tangibles en las reformas, un estilo a veces arrogante y la deserci¨®n de ministros clave explican la decisi¨®n. El martes, la remodelaci¨®n, que debe relanzar la presidencia tras un inicio de curso fallido, parec¨ªa inminente. Macron, celoso del control de los tiempos y obligado a componer junto a su primer ministro, ?douard Philippe, el rompecabezas ministerial, alarg¨® el suspense. El anuncio podr¨ªa llegar el mi¨¦rcoles o al final de la semana.
Toda remodelaci¨®n de gobierno est¨¢ rodeada en Francia de un teatro y una liturgia particular: el ir y venir de autom¨®viles entre el El¨ªseo, sede de la presidencia, y Matignon, sede del primer ministro; los ministros y ministrables esperando ansiosos junto al tel¨¦fono; las cadenas de informaci¨®n cubriendo el minuto a minuto como si fuese un acontecimiento deportivo.
"En el Gobierno no hay ninguna febrilidad, ninguna impaciencia", dijo Philippe, que ocupa de forma interina la cartera de Interior, en la sesi¨®n semanal de preguntas al Gobierno en la Asamblea Nacional. Era su respuesta a la cr¨ªtica de Christian Jacob, jefe de filas de Los Republicanos, principal grupo de la oposici¨®n. "Usted es incapaz de proponer un gobierno cre¨ªble. ?Hasta cu¨¢ndo durar¨¢ esta mascarada?", pregunt¨® Jacob, en alusi¨®n al desenfreno de especulaciones sobre los nombres y el alcance de los cambios.
Una posibilidad, que anoche parec¨ªa descartada, era que el primer ministro, ?douard Philippe, presentase a Macron su dimisi¨®n de manera protocolaria para que el presidente le ratificase de inmediato en el cargo y pudiese encargarle la formaci¨®n de un nuevo gobierno. Habr¨ªa sido una manera de se?alar con claridad que se abre una etapa. Fuentes del El¨ªseo, citadas por los medios franceses, se?alaron que la opci¨®n preferida era los cambios puntuales, sin pasar por la dimisi¨®n de Philippe.
La rocambolesca dimisi¨®n, la semana pasada, del ministro del Interior, G¨¦rard Collomb, para regresar a su feudo de Lyon, fuerza al presidente a recomponer el equipo. Collomb era un aliado de primera hora de Macron y una de las piezas fundamentales en la estructura del poder.
Su marcha, anunciada tras varios d¨ªas de titubeos y en contra de la voluntad del presidente, ocurri¨® poco m¨¢s de un mes despu¨¦s de la dimisi¨®n por sorpresa del ministro de la Transici¨®n Ecol¨®gica, el popular Nicolas Hulot, que era el representante m¨¢s significativo de la sociedad civil en el Consejo de Ministros. Al principio de la legislatura, Macron y Philippe ya perdieron a otro peso pesado, el ministro de Justicia veterano dirigente centrista Fran?ois Bayrou.
La idea de Macron, seg¨²n han informado Le Monde y otros medios, es aprovechar la salida de Collomb para imponer un cambio que vaya m¨¢s all¨¢ de su sustituci¨®n. Una de las inc¨®gnitas es cu¨¢ntos ministros cambiar¨¢n, adem¨¢s del de Interior. Otra es qu¨¦ peso tendr¨¢ la llamada sociedad civil y los tecn¨®cratas frente a los pol¨ªticos.
Los equilibrios ideol¨®gicos son otro interrogante. Macron, que gan¨® las presidenciales con un fuerte apoyo de antiguos votantes socialistas, ha gobernado m¨¢s como un presidente del centroderecha moderado que como un social-liberal, la familia pol¨ªtica en la que se form¨®. Tambi¨¦n ha ignorado a MoDem, el peque?o partido de Bayrou, que en la Asamblea Nacional apoya la mayor¨ªa presidencial. La escasez de ministros fuertes, capaces de hacer sombra al presidente, ha podido perjudicar al presidente en el primer a?o y medio del quinquenio.
Sin sufrir ninguna crisis grave, y pese a lograr aprobar las reformas del mercado laboral y de los ferrocarriles p¨²blicos, el presidente sufre el desgaste del poder. La revelaci¨®n, en julio, de las im¨¢genes de su jefe de seguridad, Alexander Benalla, agrediendo a manifestantes el 1 de mayo, fue el primero de una serie de contratiempos que culminaron con el abandono de Collomb.
Macron no ha elegido el momento del cambio. Ha perdido el control de la agenda. Ahora intenta retomarlo.
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El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, prepara un cambio de gobierno para salir del bache en el que se encuentra. La ca¨ªda en los sondeos, la ausencia de resultados tangibles en las reformas, un estilo a veces arrogante y la deserci¨®n de ministros clave explican la decisi¨®n.
Una posibilidad es que el primer ministro, ?douard Philippe, presente a Macron su dimisi¨®n para que el presidente le ratifique de inmediato en el cargo y pueda encargarle la formaci¨®n de un nuevo gobierno. Otra es que Macron y Philippe se limiten a cambiar algunos ministros. Las especulaciones sobre los nombres de la remodelaci¨®n, y sobre su alcance, circulan desde el principio de la semana por Par¨ªs con intensidad.
El cambio pod¨ªa ocurrir el mismo martes, el mi¨¦rcoles antes del Consejo de Ministros o incluso al final de la semana, cuando Macron regrese de su viaje a Armenia para participar en la cumbre de la Francofon¨ªa.
En su comparecencia semanal ante la Asamblea Nacional, el primer ministro enfri¨® las expectativas de un anuncio inminente. "En el Gobierno no hay ninguna febrilidad, ninguna impaciencia", dijo Philippe, que ocupa de forma interina la cartera de Interior.
Era su respuesta a la cr¨ªtica de Christian Jacob, jefe de filas de Los Republicanos, principal grupo de la oposici¨®n. "Usted es incapaz de proponer un gobierno cre¨ªble. ?Hasta cu¨¢ndo durar¨¢ esta mascarada?", pregunt¨® Jacob en referencia a la danza de rumores sobre los nombramientos y los aplazamientos reiterados del anuncio.
La rocambolesca dimisi¨®n, la semana pasada, del ministro del Interior, G¨¦rard Collomb, para regresar a su feudo de Lyon, ha precipitado el cambio de Gobierno. Collomb era un aliado de primera hora de Macron y una de las piezas fundamentales en la estructura del poder.
Su marcha, anunciada tras varios d¨ªas de titubeos y en contra de la voluntad del presidente, ocurri¨® poco m¨¢s de un mes despu¨¦s de la dimisi¨®n por sorpresa del ministro de la Transici¨®n Ecol¨®gica, el popular Nicolas Hulot, que era el representante m¨¢s significativo en el Consejo de Ministros de la sociedad civil. Al principio de la legislatura, Macron y Philippe ya perdieron a otro peso pesado, el ministro de Justicia veterano dirigente centrista Fran?ois Bayrou.
La idea de Macron es aprovechar la salida de Collomb para imponer un cambio que vaya m¨¢s all¨¢ de su sustituci¨®n. La dimisi¨®n de Philippe, para volverle a nombrar a continuaci¨®n, dar¨ªa mayor fuerza y visibilidad a la remodelaci¨®n, que en este caso no ser¨ªa un mero intercambio de piezas sino un nuevo inicio con un nuevo Gobierno: Philippe 3, si se tiene en cuenta que hubo una dimisi¨®n y una ratificaci¨®n del primer ministro tras las legislativas de junio de 2017, unas semanas despu¨¦s de las presidenciales que dieron la presidencia a Macron.
Philippe visit¨® por la ma?ana el Palacio del El¨ªseo, sede presidencial, donde se entrevist¨® con Macron durante una hora y media. Despu¨¦s regres¨® a Matignon, sede de la oficina del primer ministro. Seg¨²n la cadena de radio France Info, en la reuni¨®n Philippe no present¨® la dimisi¨®n.
Una de las inc¨®gnitas es cu¨¢ntos ministros cambiar¨¢n, adem¨¢s del de Interior. Otra es qu¨¦ peso tendr¨¢ la llamada sociedad civil y los tecn¨®cratas frente a los pol¨ªticos.
Equilibros ideol¨®gicos
Los equilibrios ideol¨®gicos son otro de los interrogantes. Macron, que gan¨® las elecciones presidenciales con un fuerte apoyo de antiguos votantes socialistas, ha gobernado m¨¢s como un presidente del centroderecha moderado que como un social-liberal, la familia pol¨ªtica en la que se form¨®. Tambi¨¦n ha ignorado a MoDem, el peque?o partido de Bayrou, que en la Asamblea Nacional apoya la mayor¨ªa presidencial. La escasez de ministros fuertes, capaces de hacer sombra al presidente, ha podido perjudicar al presidente en el primer a?o y medio del quinquenio presidencial.
Sin sufrir ninguna crisis grave, y pese a lograr aprobar las reformas del mercado laboral y de los ferrocarriles p¨²blicos, el presidente de la Rep¨²blica ha sufrido una erosi¨®n en los ¨²ltimos meses. El inicio puede fecharse en la revelaci¨®n, en julio, de las im¨¢genes de su jefe de seguridad, Alexander Benalla, agrediendo a manifestantes el 1 de mayo. Desde entonces, los contratiempos ¡ªla dimisi¨®n de Hulot y Collomb y la p¨¦rdida de popularidad, entre otros¡ª se han acumulado.
Macron no ha elegido el momento del cambio. Ha perdido el control de la agenda. Ahora intenta retomarlo.
Modesta movilizaci¨®n en la calle
Decenas de miles de personas ¡ªfuncionarios, jubilados, estudiantes de secundaria¡ª salieron el martes a la calle para protestar contra las reformas del presidente Emmanuel Macron. Las cifras ¡ª21.500 en Par¨ªs, seg¨²n c¨¢lculos neutrales, 160.000 en todo Francia¡ª y la divisi¨®n sindical ¡ªla central reformista CFDT estuvo ausente¡ª no permiten hablar de ¨¦xito. Las manifestaciones son las primeras tras el verano, despu¨¦s de que el primer curso pol¨ªtico completo de Macron los sindicatos fracasaran a la hora de impedir una reforma laboral y la de la SNCF, la compa?¨ªa p¨²blica de ferrocarriles. Un consuelo del presidente, ahora en dificultades, es la ausencia de una oposici¨®n fuerte, tanto en el Parlamento como en la ¡®calle¡¯, aut¨¦ntico poder f¨¢ctico.
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