Justicia solo po¨¦tica
Si Per¨² est¨¢ en la situaci¨®n de tener a sus principales pol¨ªticos al borde de la c¨¢rcel, esto se explica porque las instituciones de justicia brillan por su precariedad
Leyendo los titulares internacionales sobre la detenci¨®n de Keiko Fujimori alguien no familiarizado con la pol¨ªtica peruana debe llevarse la impresi¨®n de que la lideresa del fujimorismo ha sido encontrada en actos de narcotr¨¢fico o equivalentes. Fuera del Per¨² uno no es ¡°cabecilla¡± de una ¡°organizaci¨®n criminal¡± para el ¡°lavado de activos¡± as¨ª nom¨¢s.
Ya cuando hay una mayor familiaridad con la realidad local, la cosa cambia. Al menos si a esa familiaridad se le suma alg¨²n intento ¨Csiempre dif¨ªcil entre peruanos cuando est¨¢ el polarizador apellido Fujimori de por medio-¨C por desapasionar la mirada.
Y es que a Keiko Fujimori no la han detenido por algo en que no hayan estado implicadas tambi¨¦n casi todas las candidaturas importantes de las ¨²ltimas campa?as presidenciales (y al menos una alcaldesa de Lima): recibir dinero de un mismo donante en montos mayores a los permitidos por la ley y camuflar su origen, haci¨¦ndolo aparecer como si hubiera provenido de varios otros (falsos) aportantes. Particularmente, dinero de Odebrecht, que, por los d¨ªas en que era la principal constructora de Am¨¦rica Latina, financiaba campa?as a diestro y siniestro (tambi¨¦n en el sentido pol¨ªtico).
As¨ª pues, si les creemos a los mismos colaboradores eficaces de la empresa que han involucrado a Keiko Fujimori en estos actos y seguimos con el criterio de la fiscal¨ªa peruana, tambi¨¦n fueron ¡°organizaciones criminales¡± que incurrieron en ¡°lavado de activos¡± las campa?as de todos casi todos los antes aludidos pol¨ªticos. Y los candidatos mismos, en tanto lideraron estas campa?as, fueron ¡°cabecillas¡± de estas organizaciones criminales?de ¡°lavado de activos¡±. As¨ª como suena.
Por otra parte, no solo sucede que es general la falta por la que ha sido detenida la se?ora Fujimori, sino que tambi¨¦n ocurre que no es penal. Ella y su partido son culpables de mucho, y me ha tocado ver bastante de cerca de qu¨¦ tanto. Tengo a¨²n fresco en la memoria, por ejemplo, el video en el que furibundamente amenaz¨® a El Comercio por haber publicado lo que entonces ella negaba de forma tajante: que la excabeza de Odebrecht hab¨ªa afirmado a la fiscal¨ªa que hab¨ªa aportado a su campa?a. Pero nada de eso quita que, en este caso, al estar siendo procesada penalmente y haber sido detenida, est¨¢ siendo v¨ªctima de una injusticia. O, mejor dicho, de dos.
La primera es la que supone juzgar como penal ¨Ccon prisi¨®n de por medio¨C algo que no est¨¢ tipificado como tal en la ley. No declarar aportes y simular aportantes es una falta administrativa, pero no es un delito. Aplicarle a quien realiza estas conductas las figuras del lavado de activos y de la organizaci¨®n criminal ¨C que, naturalmente, conllevan penas alt¨ªsimas, a la medida de los delitos para las que fueron pensadas- es forzarlas de mala manera. Lo que no cambia porque se sepa ahora que las donaciones de Odebrecht ven¨ªan de negocios logrados muchas veces por medio de delitos y, a menudo, tambi¨¦n de un dinero separado especialmente para coimas. Para que ello supusiera una diferencia, habr¨ªa que probar que en el momento de las donaciones ya se deb¨ªa presumir que el dinero de Odebrecht, que entonces figuraba en todas las principales obras de infraestructura del Per¨², proven¨ªa de la delincuencia.
La segunda injusticia es la de la prisi¨®n ¡§preliminar¡§, que es lo que le han dado a Fujimori. Es decir, una medida de naturaleza excepcional justificada cuando hay un fundado peligro de fuga. Peligro que en este caso el juez solo ha ¡°probado¡± con un argumento clasista, que sostiene que Fujimori ¡°tiene los medios econ¨®micos para escapar¡±, y con otro francamente necio, que afirma que no tiene ¡°trabajo conocido¡± en el pa¨ªs. Una afirmaci¨®n absurda cuando se considera que hablamos de la cabeza del partido que tiene la mayor¨ªa del Congreso y hasta hace poco la del apoyo ciudadano (adem¨¢s de quien es una segura candidata a las elecciones del 2021). Es m¨¢s, en cuanto a lo laboral, puede decirse que la se?ora Fujimori tiene m¨¢s arraigo en el Per¨² que muchas personas con ¡°trabajo conocido¡± en el lenguaje del juez.
Veo las celebraciones por la detenci¨®n ¡°preliminar¡± de Keiko Fujimori y pienso que son un error como lo fueron, en su momento, las de quienes celebraron ¨Cy quienes pasamos por agua tibia¨C las de los Humala (dicho esto, por cierto, sin querer borrar las diferencias que su caso ten¨ªa frente a este; como, por ejemplo, el haber recibido para sus campa?as dinero bolivariano que, por provenir de las arcas p¨²blicas de un pa¨ªs extranjero, estaba por necesidad siendo il¨ªcitamente desviado).
Por lo menos cuando uno rechaza a un pol¨ªtico o movimiento por principios ¨Ccomo lo son, por ejemplo, el respeto al Estado de derecho¨C, uno no avanza en la lucha contra el mismo vulnerando esos mismos principios. M¨¢s bien lo contrario: retrocede. Retrocede, porque demuestra que le importa m¨¢s la derrota del adversario (o, si se quiere incluso, enemigo) que aquello que se supon¨ªa lo volv¨ªa un adversario en primer lugar. En corto: demuestra que la cosa ya no trata de principios.
Ciertamente, tampoco se avanza de esta forma la causa de la justicia. Una injusticia no se vuelve justa seg¨²n a quien vaya dirigida.
En cualquier caso, es muy importante hacer notar que si el Per¨² est¨¢ en la chiflada situaci¨®n de tener a todos sus pol¨ªticos principales potencial e igualmente al borde de la c¨¢rcel por dirigir ¡°organizaciones criminales¡± de ¡°lavado de activos¡± a causa de una extendida pr¨¢ctica de esconder aportes, ellos se explican en buena medida por un contexto nacional donde las instituciones de justicia (b¨¢sicamente, fiscal¨ªa y el poder judicial) y las pol¨ªticas (el sistema de partidos y reglas electorales) brillan por su precariedad.
Teniendo esto en cuenta, si alguna justicia se ha hecho presente en lo que est¨¢ sucediendo con Keiko Fujimori ella es ¨²nicamente la po¨¦tica. La justicia po¨¦tica que supone el que, durante todo el tiempo en que su sola voluntad bastaba para mover al Congreso, ella no hiciese nada para realizar las tantas veces postergada gran reforma de estas instituciones. Y tambi¨¦n, desde luego, la que se hace evidente al recordar c¨®mo el in¨¦dito esfuerzo del presidente Vizcarra por comenzar a encarar esta reforma ha venido teniendo que realizarse en constante enfrentamiento con el partido que ella dirige.
Fernando Berckemeyer Olaechea es ex director del diario El Comercio de Lima.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.