?Qu¨¦ pa¨ªses occidentales dependen m¨¢s de la venta de armas a Arabia Saud¨ª?
El embargo anunciado por Berl¨ªn tendr¨¢ un efecto limitado si Washington y Londres no se suman
El asesinato de Jamal Khashoggi en el consulado saud¨ª en Estambul ha puesto en aprietos a los gobiernos de los principales exportadores de armamento de Occidente. El anuncio este domingo de que Alemania suspend¨ªa la venta de material militar a Riad sienta un precedente que ni las m¨²ltiples denuncias de violaciones de derechos humanos en Arabia Saud¨ª ni los bombardeos en Yemen hab¨ªan llegado a provocar. En Washington, socio primordial de Riad, Donald Trump intenta evitar la adopci¨®n de medidas dr¨¢sticas contra uno de los principales aliados de su Administraci¨®n.
Arabia Saud¨ª es el segundo importador mundial de armamento, solo por detr¨¢s de India. Sus compras aumentaron un 225% en el ¨²ltimo lustro y representaron el 10% de las transacciones globales, seg¨²n datos del?Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Riad ha tratado de garantizar su influencia geopol¨ªtica encargando cazas, helic¨®pteros, corbetas o misiles de precisi¨®n a empresas occidentales. Las repercusiones del caso Khashoggi podr¨ªan ofrecer a Mosc¨² y Pek¨ªn una oportunidad ¨²nica de acceder a un mercado que tienen pr¨¢cticamente vetado.
El paso al frente dado por Alemania tendr¨¢ unos efectos limitados si Berl¨ªn no logra que otros de sus aliados se sumen al embargo. Las exportaciones alemanas solo representan el 1,8% del volumen total de armamento que adquiri¨® Arabia Saud¨ª en los ¨²ltimos cinco a?os. ¡°Si Washington o Londres adoptaran una medida similar, tendr¨ªa un claro impacto en la geopol¨ªtica de Oriente Medio¡±, asegura Pieter Wezeman, investigador principal del SIPRI. El 61% del material militar adquirido por Riad en los ¨²ltimos a?os fue estadounidense. El 23%, brit¨¢nico. Francia (3,6%) y Espa?a (2,4%) fueron los siguientes que m¨¢s exportaron al Reino del Desierto. El Parlamento Europeo aprob¨® este jueves una resoluci¨®n no vinculante que reclama?un embargo en la venta de armas europeas a Riad.
Washington inform¨® este martes de que adoptar¨¢ sanciones individuales contra los agentes saud¨ªes implicados en la desaparici¨®n de Khashoggi, una medida mucho m¨¢s leve que las propuestas por algunos senadores dem¨®cratas y republicanos. Trump ha defendido la necesidad de mantener la venta de armas a Arabia Saud¨ª argumentando que los efectos de un embargo da?ar¨ªan m¨¢s a Washington que a Riad, provocando la p¨¦rdida de m¨¢s de un mill¨®n de empleos, y destacando el papel de Arabia Saud¨ª como un aliado esencial en la regi¨®n frente a los intereses iran¨ªes.
El presidente estadounidense escogi¨® Arabia Saud¨ª para su primer viaje oficial tras su investidura. Desde all¨ª alarde¨® de haber alcanzado un contrato de venta de armas de 110.000 millones de d¨®lares (98.000 millones de euros), cifras que los analistas acogieron con mucho escepticismo. ¡°Nadie entiende de d¨®nde salen las cifras de Trump, ni las de los millones de d¨®lares ni las de la cantidad de empleos que penden de esos contratos. Parece que [el presidente] incluye contratos firmados por la Administraci¨®n Obama y otros que todav¨ªa no se han formalizado¡±, se?ala Wezeman. Los datos oficiales apuntan que la compra de armamento fabricado en EE UU por Riad tuvo un pico de 6.000 millones de d¨®lares el a?o pasado, lo que representa entre el 0,1% y el 0,2% del total de las exportaciones estadounidenses ese a?o.
La relaci¨®n comercial y militar con Estados Unidos es esencial para Riad. Las autoridades saud¨ªes invierten millones de d¨®lares en Washington para garantizar el statu quo. M¨¢s de 200 personas se han registrado desde 2016 como agentes saud¨ªes en Estados Unidos. Las cifras oficiales apuntan a una inversi¨®n de 27 millones de d¨®lares el ¨²ltimo a?o para gastos de consultor¨ªas y grupos de presi¨®n. Los petrod¨®lares saud¨ªes y emirat¨ªes han financiado desde entradas de la Superbowl para periodistas hasta un nuevo edificio de 20 millones de d¨®lares para el think-tank Middle East Institute. A¨²n as¨ª, alguna de la tecnolog¨ªa militar estadounidense m¨¢s puntera ha estado vetada para Riad. Por ejemplo, el F-35 ¡ªel caza m¨¢s poderoso del mercado¡ª nunca ha sido accesible para Arabia Saud¨ª, en un intento de preservar la supremac¨ªa militar de Israel ¡ªque lo estren¨® en combate en Siria hace unos meses¡ª frente al resto de los pa¨ªses de la regi¨®n.
En Londres, las voces que exig¨ªan desde hace a?os la suspensi¨®n de la venta de armamento a Riad por la intervenci¨®n en Yemen han encontrado un altavoz inesperado en el caso Khashoggi. Casi la mitad de las exportaciones brit¨¢nicas de armamento acaban en territorio saud¨ª. Las sanciones de Reino Unido a Rusia derivadas del caso Skripal (el envenenamiento de un exesp¨ªa ruso y su hija en Inglaterra) complican a¨²n m¨¢s la situaci¨®n para Londres, que podr¨ªa enfrentarse a acusaciones de hipocres¨ªa.
En Espa?a, que tiene a Arabia Saud¨ª como su tercer principal comprador de armamento por detr¨¢s de Australia y Turqu¨ªa, el debate sobre la venta de armas a Riad tambi¨¦n se anticip¨® a la muerte de Khashoggi. La ministra de Defensa, Margarita Robles, trat¨® en septiembre de paralizar sin ¨¦xito la venta de 400 bombas de precisi¨®n.
Las industrias armament¨ªsticas de Francia e Italia tambi¨¦n sufrir¨ªan m¨¢s que la alemana las consecuencias de un embargo a Riad. Otros pa¨ªses europeos como Austria, B¨¦lgica, Bulgaria, Eslovaquia o Suecia tambi¨¦n exportan material militar a Arabia Saud¨ª en menor escala.
Parad¨®jica es la situaci¨®n para Turqu¨ªa. Empecinado desde hace una d¨¦cada en expandir su industria armament¨ªstica, Arabia Saud¨ª es hoy el tercer importador de armamento turco, principalmente tanques y aviones de combate. El asesinato del periodista saud¨ª en una legaci¨®n diplom¨¢tica de Estambul sit¨²a a Ankara en una encrucijada, interesada en seguir recibiendo los millones saud¨ªes a la vez que pretende seguir siendo un socio vital de Qatar, sometido a aislamiento por Riad y sus aliados, y aprovechar la crisis para extender su influencia en la regi¨®n.
El dinero saud¨ª no solo ha financiado la compra de armas para su Ej¨¦rcito, sino que tambi¨¦n ha servido para reforzar las capacidades militares de sus aliados pobres en recursos naturales, principalmente de Egipto, tercer importador mundial de armamento, y hasta hace unos a?os de L¨ªbano. "La nula transparencia de Riad y El Cairo nos impide saber de qu¨¦ modo financian los petrod¨®lares saud¨ªes la expansi¨®n militar egipcia", explica el investigador del SIPRI. Las importaciones de armamento se han multiplicado por seis desde el golpe de Estado de Abdelfat¨¢ al Sisi en 2013, principalmente con material ruso y franc¨¦s.
¡°Rusia ser¨ªa la gran beneficiada de un potencial embargo occidental¡±, seg¨²n Wezeman. Mosc¨² ha tratado sin ¨¦xito de vender sus tanques, helic¨®pteros o sus sofisticados sistemas de defensa a las monarqu¨ªas del Golfo. ¡°No resultar¨ªa f¨¢cil para Riad suplir un embargo de Occidente con material ruso o chino, pero s¨ª que ayudar¨ªa a mitigar sus efectos¡±. Pek¨ªn, que comenz¨® a exportar drones a Arabia Saud¨ª hace unos a?os, tambi¨¦n aspira a ser uno de los favorecidos de la crisis diplom¨¢tica a la que se enfrenta Riad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.