Justicia para Jamal Khashoggi
El periodista denunciaba la ¡°carta blanca¡± que disfrutan los pa¨ªses ¨¢rabes para reprimir a los cr¨ªticos. La comunidad internacional no puede permitir que sus ¨²ltimas palabras sean tambi¨¦n su epitafio
El asesinato del periodista saud¨ª Jamal Khashoggi en el consulado saud¨ª en Estambul ha puesto a la comunidad internacional ante el espejo. El crimen, reconocido por Arabia Saud¨ª tras varias explicaciones rocambolescas y atribuido a un grupo de la polic¨ªa secreta presuntamente vinculado al pr¨ªncipe heredero Mohamed Bin Salm¨¢n, ha suscitado tibias condenas, sanciones m¨ªnimas y s¨®lo en unos pocos casos la censura clara.
La comunidad internacional parece paralizada, entre el estupor por la brutalidad del crimen y las exigencias y el corto plazo de la ¡°pol¨ªtica real¡± de alianzas pol¨ªticas y comerciales. Como escribi¨® hace unos d¨ªas en estas mismas p¨¢ginas Sami Na?r, parece cuesti¨®n de tiempo que el silencio cubra la sangre del periodista saud¨ª. Entre los 44 asesinatos de periodistas documentados en 2018 por el Comit¨¦ de Protecci¨®n de Periodistas (CPJ, en sus siglas en ingl¨¦s), 28 de ellos fueron premeditados, como en el caso de Khashoggi, cuyo cuerpo todav¨ªa no ha aparecido. La mayor¨ªa de estos cr¨ªmenes queda impune. Pero la justicia para Jamal Khashoggi es necesaria y posible.
Los relatores especiales de Naciones Unidas para la libertad de expresi¨®n y las ejecuciones sumarias, David Kaye y Agnes Callamard, han reclamado al Consejo de Seguridad que autorice una investigaci¨®n independiente y urgente. No deja de ser ir¨®nico que haya sido el Gobierno turco quien haya filtrado poco a poco los detalles del crimen ocurrido en el consulado saud¨ª y desmontado las sucesivas coartadas de Riad. El Gobierno de Erdogan parece un gato entretenido con un rat¨®n, como se?alaba una cr¨®nica reciente en The New York Times, pero carece de la m¨¢s m¨ªnima autoridad cuando se trata de libertad de prensa y derechos humanos. Seg¨²n el censo anual que elabora el CPJ, en diciembre de 2017 hab¨ªa al menos 73 periodistas en las c¨¢rceles de Turqu¨ªa, junto con China y Egipto el pa¨ªs con m¨¢s periodistas presos por su trabajo.
A trav¨¦s del Consejo de Seguridad o de la Comisi¨®n de Derechos Humanos, Naciones Unidas puede garantizar la independencia y transparencia de la investigaci¨®n y aportar pruebas que justifiquen posibles sanciones pol¨ªticas y econ¨®micas, como ha ocurrido en investigaciones anteriores sobre Siria, Myanmar o Burundi. Espa?a y el resto de pa¨ªses europeos tienen la obligaci¨®n de impulsar esta investigaci¨®n.
Estados Unidos tiene tambi¨¦n un papel clave en asegurar que el asesinato de Khashoggi no quede impune. El periodista era residente en Estados Unidos, donde trabajaba para The Washington Post, y algunos de sus hijos son ciudadanos estadounidenses. Varios instrumentos legales permiten al presidente Donald Trump, al Departamento de Estado y a los tribunales abrir una investigaci¨®n ante la sospecha de tortura o la violaci¨®n flagrante de derechos humanos. Veintid¨®s senadores han remitido una carta al presidente Trump para que active esta v¨ªa.
En su ¨²ltima columna, Khashoggi se lamentaba de la ¡°carta blanca¡± que disfrutan los pa¨ªses ¨¢rabes para reprimir a los periodistas cr¨ªticos. En la ¡°nueva¡± Arabia Saud¨ª de Mohamed Bin Salm¨¢n, inmersa en la desastrosa guerra de Yemen, la pol¨ªtica, la religi¨®n y la familia real son intocables. El CPJ estima que al menos 14 periodistas han sido encarcelados desde que Mohamed Bin Salm¨¢n accedi¨® al poder en julio de 2017. Las detenciones en ocasiones no se conocen hasta meses despu¨¦s de que se produzcan y es dif¨ªcil estimar el alcance real de la represi¨®n.
¡°Estas acciones ya no conllevan el rechazo de la comunidad internacional. Como mucho, desencadenan una condena r¨¢pidamente seguida del silencio¡±, escribi¨® Khashoggi sobre las condenas a periodistas. La comunidad internacional no puede permitir que sus ¨²ltimas palabras sean tambi¨¦n su epitafio.
Carlos Mart¨ªnez de la Serna es Director de Programas del Comit¨¦ de Protecci¨®n de Periodistas
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