¡°Ojal¨¢ gane alguien que nos ayude a cruzar la frontera¡±

Ninguno de ellos puede votar. Est¨¢n todav¨ªa a cientos, si no miles, de kil¨®metros de los soldados, del muro, de los puestos de votaci¨®n. Pero las elecciones legislativas en Estados Unidos han acompa?ado cada paso de la caravana de migrantes en su camino hacia el Norte. Y la caravana de migrantes ha sido el protagonista involuntario de las votaciones intermedias. Donald Trump ha dejado claro que estas "son las elecciones de la caravana". Los ha demonizado, los ha amenazado, les ha dicho que no son bienvenidos, los ha utilizado como bandera pol¨ªtica para agitar las fibras xen¨®fobas de los sectores m¨¢s conservadores del pa¨ªs y para sobrevivir a lo que se presenta como un plebiscito de sus primeros dos a?os de Gobierno. Ahora ellos toman la palabra.

"Trump ha hecho un llamado a la confrontaci¨®n y al racismo, est¨¢ intentando detenernos, pero no podr¨¢ hacerlo", afirma Balmore C¨¢rdenas, un migrante salvadore?o de 36 a?os. "Aunque ponga todos los soldados del mundo, ?qu¨¦ nos va a hacer?", cuestiona C¨¢rdenas, mientras se?ala el albergue que se ha instalado en el estadio Jes¨²s Mart¨ªnez El Palillo, al oriente de la Ciudad de M¨¦xico. Ah¨ª pasaron la v¨ªspera de la elecci¨®n unos 4.000 migrantes de la llamada primera caravana, el grupo m¨¢s adelantado en la traves¨ªa hacia Estados Unidos.

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En los alrededores del albergue hay ni?os que juegan al f¨²tbol, mujeres exhaustas que descansan sobre el pavimento o sobre peque?as colchonetas y hombres que se ba?an a la intemperie en grandes contenedores de agua. "No estamos armados, no somos un Ej¨¦rcito, somos gente humilde", dice C¨¢rdenas sobre los 10.000 inmigrantes ¡ªmuchos de ellos cansados, enfermos y sin dinero¡ª que huyen de la violencia y la falta de oportunidades, y que est¨¢n en tr¨¢nsito por territorio mexicano. "Estamos haciendo historia, es un orgullo cuando levantamos nuestras banderas y demostramos que ninguna frontera nos puede detener", afirma C¨¢rdenas emocionado, olvidando por un momento el cansancio.

"Ojal¨¢ gane alguien que nos ayude a cruzar la frontera, creo que los dem¨®cratas nos apoyar¨ªan", dice esperanzada Rosa Pineda, de 56 a?os. "Nadie sabe hasta d¨®nde va a llegar Trump, pero no creo que sea tan malo, creo que en el fondo es un ser humano, igual que nosotros", agrega Pineda, unos minutos despu¨¦s de haber llegado a la capital mexicana. Para la migrante hondure?a, que dej¨® su casa hace poco m¨¢s de tres semanas en el departamento de Cop¨¢n, informarse es crucial, le permite saber qu¨¦ le espera en los pr¨®ximos d¨ªas y a cuidarse en el camino. "Con eso de que todo el mundo nos est¨¢ viendo, nos sentimos protegidos, sin miedo", asegura.

"Nos motiva mucho, sabemos que no estamos solos", comenta Jolman Rivera, un migrante hondure?o de 25 a?os, mientras sostiene un peri¨®dico mexicano con la imagen de la caravana en la primera p¨¢gina. ¡°Acogidos¡±, reza el titular del diario que cuesta cinco pesos (25 c¨¦ntimos de d¨®lar) y que ese d¨ªa ha dejado de lado su conocida nota roja, al menos en su portada, para destacar el ¨¦xodo centroamericano.

Pero no todos comparten el entusiasmo por las elecciones en Estados Unidos. "La verdad no sab¨ªa que hab¨ªa elecciones", admite Jos¨¦ Antonio Valladares, un migrante de 21 a?os del departamento de Lempira, en el oeste de Honduras. "No me interesa la pol¨ªtica, lo ¨²nico que me importa es seguir adelante", resume Mar¨ªa Luisa C¨¢ceres, otra migrante hondure?a de 42 a?os. Hay tambi¨¦n mucho temor por los rumores sobre posibles repercusiones para los que decidan regresar o sean deportados. "En Honduras no sal¨ªamos a protestar, no quer¨ªamos problemas, ahora muchos dicen que nos van a meter presos, aunque migrar sea un derecho", cuenta Jos¨¦ Luis Rivera, de 27 a?os.

Algunos, como Carlos Rodr¨ªguez, est¨¢n m¨¢s interesados en las noticias sobre el recorrido de la caravana. "Viv¨ª en Los ?ngeles seis a?os, pero me preocupar¨¦ de lo que pase en Estados Unidos cuando llegue, me aflige m¨¢s enterarme de que ha muerto un compatriota o que ha habido un accidente", asegura el hondure?o de 24 a?os. "Vamos a ver qu¨¦ pasa cuando llegue el nuevo presidente de M¨¦xico, quiz¨¢s ¨¦l pueda darnos m¨¢s apoyo que el que est¨¢ ahora", dice Rodr¨ªguez sobre el fin del Gobierno de Enrique Pe?a Nieto y la llegada de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador el pr¨®ximo 1 de diciembre. "Hay confianza en L¨®pez Obrador, la gente de aqu¨ª nos dice que tiene buenos planes, pero tenemos que ver si los cumple", opina Rosa Castillo, una migrante de 40 a?os que vivi¨® 10 a?os en el norte de M¨¦xico y que, tras un a?o y medio en Honduras, ahora busca una nueva oportunidad fuera de su pa¨ªs.

"Al principio ve¨ªa las noticias de la caravana y me enojaba", admite Jos¨¦ Mart¨ªnez, de 30 a?os, un hondure?o que migraba por su cuenta hasta hace una semana. "El mundo entero estaba concentrado en la caravana, cuando los migrantes hemos vivido esto todo el tiempo y nadie hac¨ªa caso", cuestiona Mart¨ªnez, que ha intentado cruzar cinco veces a Estados Unidos en los ¨²ltimos 12 a?os. ¡°Despu¨¦s pens¨¦: 'Bueno, quiz¨¢s haya un chance', vamos a intentarlo con ellos, aunque Trump est¨¦ en contra de todos nosotros", concluye.