Un centenario club deportivo argentino admite por primera socias mujeres
El CUBA mantiene el veto a que realicen deporte en una de sus ocho sedes. "En Viamonte hay vocabulario de hombres, costumbres de hombres, olor de hombres", defiende un periodista
Los clubes de caballeros, como se conocen en Argentina los lugares tradicionales que vetan el ingreso de mujeres o su participaci¨®n en igualdad de condiciones a los hombres, acaban de perder una batalla cultural. Por primera vez en sus cien a?os de historia, el hist¨®rico Club Universitario de Buenos Aires (CUBA) acept¨® anoche abrir sus puertas a la admisi¨®n de las mujeres como socias activas. Las integrantes del CUBA ya no depender¨¢n de un hombre para que las asocie, podr¨¢n votar e inscribir a los familiares que deseen. Sin embargo, seguir¨¢n sin poder realizar deporte en una de las ocho sedes de la instituci¨®n.
En la votaci¨®n de la asamblea, compuesta ¨ªntegramente por hombres, 1.648 socios se inclinaron a favor de la reforma que avalaba el ingreso de mujeres como socias activas, mientras que 601 la rechazaron. El resultado fue recibido con aplausos en la sala. "Se impuso el voto de las nuevas generaciones, que sabemos que una mujer no puede ser considerada miembro de segunda. Las mujeres son parte viva del club", dijo Pablo Oribe, de 35 a?os. El CUBA cuenta con unos 20.000 socios, de los que poco m¨¢s de 11.000 son socios activos varones.
Otros clubes que discriminan a las mujeres
La discriminaci¨®n por g¨¦nero se mantiene sin cambios en los elitistas Jockey Club y C¨ªrculo de Armas. Ambas instituciones centenarias permiten la entrada de mujeres pero s¨®lo los hombres est¨¢n autorizados a darlas de alta y de baja. Las mujeres, al no ser socias, tampoco tienen derecho a votar.
El cambio fue resistido por un sector de socios encabezado por el conductor radial Rolando Hanglin. "Los fundadores fueron varones y queremos mantener una tradici¨®n, que nos dejen el espacio para mantener una tradici¨®n", dijo Hanglin a Clar¨ªn antes de la votaci¨®n.
El nuevo estatuto mantuvo la prohibici¨®n de que las mujeres puedan practicar deporte en la sede de la calle Viamonte, situada en el centro de Buenos Aires. A diferencia de las otras siete, donde hombres y mujeres gozar¨¢n a partir de ahora de los mismos derechos, en Viamonte las mujeres s¨®lo tendr¨¢n acceso, como hasta ahora, a la biblioteca, al comedor y a las actividades sociales que se realicen en las instalaciones.?"En Viamonte hay vocabulario de hombres, costumbres de hombres, olor de hombres", se?al¨® Hanglin en su defensa del veto. Los promotores del cambio abogan por poder derribar ese ¨²ltimo obst¨¢culo en un futuro pr¨®ximo.
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