El aeropuerto de Lisboa al avi¨®n de Air Astana: ¡°?Quiere aterrizar en el mar o en el r¨ªo?¡±

?Mar o r¨ªo? La pregunta no era sobre el tipo de pescado para almorzar, sino sobre las dos ¨²nicas opciones de un aterrizaje de emergencia. Durante largos minutos, llenos de silencios, el piloto de un avi¨®n de la aerol¨ªnea kazaja Air Astana y los responsables de la torre de control del aeropuerto de Lisboa estuvieron barajando c¨®mo aterrizar sin mandos de control y en medio de una terrible tormenta de agua y viento.

El incidente ocurri¨® a primera hora de la tarde del domingo y se alarg¨® durante dos dram¨¢ticas horas, durante las cuales la nave volaba con rumbo err¨¢tico entre los aeropuertos portugueses de Alverca, Lisboa y Beja, donde finalmente pudo tomar tierra sin grandes da?os.

El avi¨®n, modelo Embraer de la aerol¨ªnea Air Astana, viajaba con dos pilotos y cuatro t¨¦cnicos. Su destino era Minsk (Bielorrusia) ¡ªinicialmente se dijo que era Kazajist¨¢n¡ª, pero hab¨ªa realizado una parada t¨¦cnica en el aeropuerto militar de Alverca, apenas a 30 kil¨®metros de Lisboa, en el estuario del Tajo. De all¨ª despeg¨® sin novedad, pero decidieron aterrizar en el aeropuerto civil de Lisboa para comprobar las reparaciones. Despu¨¦s de varios intentos y m¨¢s de media hora sobrevolando la ciudad, el piloto lanz¨® el aviso de socorro: "Mayday, Mayday". Eran las 13.32 de la tarde hora local (las 14.32 en las Espa?a peninsular). Al avi¨®n le fallaban los mandos electr¨®nicos de aterrizaje.

La dram¨¢tica ¡ªaunque extraordinariamente fr¨ªa¡ª?conversaci¨®n entre la torre de control y el piloto de la nave ha sido desvelada por el diario P¨²blico. En ella se oye que a los problemas t¨¦cnicos del aparato ¡ªsolo se volaba con control manual¡ª?se a?ad¨ªan problemas atmosf¨¦ricos, con nula visibilidad, en medio de una infernal tormenta de lluvia (el domingo cay¨® en Lisboa el 10% de la lluvia anual).?

"?Tiene contacto visual con Alverca?", pregunta la torre de control al piloto, que ya hab¨ªa perdido su orientaci¨®n. El consejo desde la torre, no tranquiliza: "Gire a la derecha o a la izquierda", como quiera. Por el consejo, el aparato se deb¨ªa encontrar atravesando el Tajo, cerca ya de su desembocadura en Lisboa.

Seis minutos despu¨¦s, el piloto parece desistir de m¨¢s consejos y pide autorizaci¨®n para amerizar. "?En el agua! Mayday. Precisamos de un vector para el mar, lejos de tierra".

La torre de control aconseja el r¨ªo. "Tiene el r¨ªo por la derecha o por la izquierda; es lo m¨¢s cercano". Ante las dudas, insiste la torre: "?Prefiere el mar o el r¨ªo?". En esos momentos, el piloto no puede elegir porque no ve nada, ni agua ni tierra.

El piloto decide entonces preguntar a la torre por el cielo, m¨¢s que por la superficie: "?D¨®nde est¨¢n los cielos m¨¢s limpios?". Control le responde que por el sur la visibilidad es algo mayor, ?pero d¨®nde est¨¢ el sur?

Dos aviones F-16 de las Fuerzas A¨¦reas portuguesas despegan de Montijo para guiar al aparato de Air Astana. El destino elegido es el aeropuerto de Beja, 180 kil¨®metros al sureste de Lisboa, uno de esos aeropuertos construidos en los a?os dorados del crecimiento econ¨®mico (inaugurado en 2009) y absolutamente infrautilizado. En las circunstancias del Air Astana, es un milagro en forma de pistas modernas, amplias, largas, bien se?alizadas y sin grandes construcciones para la poblaci¨®n.

Hacia las tres de la tarde, los servicios del aeropuerto, habitualmente sin uso comercial, se pusieron en estado de alerta con los bomberos voluntarios y las ambulancias del INEM. Pero, entretanto (dos horas volando), el avi¨®n hab¨ªa recuperado parte del sistema electr¨®nico de control, y, al tercer intento de la tarde, aterriz¨® sin apenas da?os materiales ¡ªunas luces de la pista rotas¡ª ni f¨ªsicos ¡ªun poco de ansiedad de dos pasajeros¡ª. Los seis tripulantes, finalmente, y tras muchas resistencias, no hab¨ªan tenido que elegir entre el mar o el r¨ªo. A las 15.28 pisaban tierra y lo pod¨ªan contar.

"Fue el mayor susto de su vida", seg¨²n revel¨® el comandante de Bomberos Voluntarios de Beja, Pedro Barahona, que habl¨® con uno de los dos pilotos. Despu¨¦s del aterrizaje, miembros del Instituto Nacional de Emergencia M¨¦dica (INEM), entraron en el aparato para comprobar el estado f¨ªsico del pasaje. De los seis, dos de ellos se encontraban con signos de estr¨¦s y ansiedad; fueron trasladados al hospital de Beja, donde se les dio el alta m¨¦dica tres horas despu¨¦s.

Seg¨²n los datos recogidos por los servicios de auxilio, uno de los pilotos ten¨ªa 37 a?os de edad y era natural de Kazajist¨¢n; el otro, ingl¨¦s de 54 a?os, llevaba volando m¨¢s de 30 a?os, aunque solo un par de meses con Air Astana. "Estaban un poco ansiosos", cuenta el bombero, que acompa?¨® al piloto ingl¨¦s en la ambulancia. Los seis podr¨¢n contar que sobrevivieron a un "fallo cr¨ªtico en los sistemas de navegaci¨®n y control de vuelo", a un Mayday.