?A d¨®nde quiere llegar Dias Toffoli?
El presidente del Tribunal Supremo de Brasil dice m¨¢s de lo que escribe en su tribuna publicada en EL PA?S
El presidente del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), Dias Toffoli, en su art¨ªculo publicado en este diario Por un gran pacto republicano para Brasil, seguramente dice m¨¢s de lo que escribe, empezando por haber querido escoger para ello a un peri¨®dico internacional. Sus afirmaciones, algunas contundentes, no dejar¨¢n de tener repercusi¨®n dentro y fuera de Brasil. M¨¢s en este momento en que acaba de ser elegido como presidente de la Rep¨²blica un ultraderechista, de ideas autoritarias y agresiones a la oposici¨®n pol¨ªtica, que la opini¨®n democr¨¢tica mundial ve con preocupaci¨®n y hasta con miedo.
Toffoli no ha podido olvidar que al escribir como presidente de la m¨¢xima Corte Constitucional, sus afirmaciones adquieren un peso especial y ser¨¢n analizadas en las canciller¨ªas internacionales. Sin duda, su art¨ªculo revela entre l¨ªneas la gran preocupaci¨®n por la democracia brasile?a que seg¨²n no pocos analistas se ver¨ªa amenazada por el nuevo Gobierno.
Esa Corte Suprema nunca habr¨ªa propuesto un gran pacto republicano entre los tres poderes del Estado si se hubiese tratado de la elecci¨®n de un presidente normal. Ni habr¨ªa llegado Toffoli, en su art¨ªculo, a proponer acciones tan concretas incluso en el campo econ¨®mico, como el de apoyar la tan pol¨¦mica reforma de la seguridad social que asusta a millones de brasile?os. Ni presentar¨ªa al Supremo como ¡°moderador de los conflictos sociales¡± y de derechos tan fundamentales como ¡°la libertad de expresi¨®n en todas sus manifestaciones¡±. Son afirmaciones que parecen esconder los temores de que dichos derechos puedan estar en peligro.
Al mismo tiempo, el magistrado, parece cerrar los ojos a las preocupaciones que la sociedad civil democr¨¢tica no esconde ante la llegada del Gobierno de Bolsonaro rodeado de tantas inc¨®gnitas y perplejidades. Como si quisiera tranquilizar a la opini¨®n p¨²blica y al mismo tiempo extender la mano al nuevo Gobierno que se est¨¢ formando. Para ello, pone ¨¦nfasis en que las elecciones se celebraron en una fiesta ciudadana, en total libertad, lo que implica un mensaje a la oposici¨®n para que se olvide de la tentaci¨®n de querer impugnar el resultado de las urnas.
Toffoli no puede olvidar que, justamente en este momento, todas las instituciones y partidos pol¨ªticos son objeto de dura cr¨ªtica y desprestigio por parte de quienes condenaron con el voto la vieja pol¨ªtica y los gobiernos de la izquierda. Entre las instituciones acusadas de mantener privilegios y de querer ir de la mano de los pol¨ªticos corruptos, se encuentra en este momento tambi¨¦n el Supremo, visto como un tribunal enfrentado internamente en facciones pol¨ªticas.
En su art¨ªculo, Toffoli, que a sus 51 a?os sabe que le queda media vida a¨²n como magistrado del Supremo, ha querido as¨ª olvidarse de las cr¨ªticas que llueven sobre la instituci¨®n que ¨¦l preside para presentarse como quien toma la iniciativa para intentar liberar al pa¨ªs de los peligros antidemocr¨¢ticos que puedan acecharle.
En su proyecto de pretender un pacto republicano con los dem¨¢s poderes del Estado, Toffoli marca su posici¨®n y establece c¨®mo pretende moverse. Para empezar, deja abierto el camino del di¨¢logo con el Gobierno de Bolsonaro. M¨¢s a¨²n, en su escrito deja clara su posici¨®n pol¨ªtica y por qu¨¦ ra¨ªles piensa circular, no s¨¦ si por prudencia, para evitar males peores o porque pretende aprovechar el momento para presentar al Supremo no solo como un tribunal puramente constitucional, sino como un centro donde tambi¨¦n la pol¨ªtica tendr¨¢ un protagonismo in¨¦dito.
Para ello ha querido dejar claro dentro y fuera de Brasil lo que opina sobre los ¡°episodios turbulentos¡± que los ¨²ltimos a?os han azotado al pa¨ªs. Y ha querido enumerarlos. Se trata de ¡°las investigaciones que involucran a la clase pol¨ªtica: impeachment a una presidenta de la Rep¨²blica, expulsi¨®n de un presidente de la C¨¢mara de Diputados y la condena y prisi¨®n de un expresidente de la Rep¨²blica¡±.
Seg¨²n Toffoli, dichos episodios turbulentos se desarrollaron en la m¨¢xima normalidad, es decir, ¡°por las v¨ªas institucionales democr¨¢ticas, con total respeto a la Constituci¨®n y a las leyes¡±. Es decir, Dilma no fue v¨ªctima de un golpe parlamentario ni Lula un condenado pol¨ªtico. Fueron procesos realizados en total legalidad jur¨ªdica.
Lo menos que se puede concluir es que Toffoli, desde su asiento privilegiado de presidente del Supremo, prefiere, en este momento, en vez de desafiar a las fieras, ofrecerles la mano para intentar amansarlas. ?O ser¨¢ algo m¨¢s?
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