El refugiado sirio que vivi¨® siete meses en un aeropuerto de Malasia logra asilo en Canad¨¢
Hassan Al Kontar difundi¨® su periplo en redes sociales y logr¨® apoyos que le permitieron llegar al pa¨ªs norteamericano
El sirio Hassan Al Kontar ha vivido durante siete meses en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur (Malasia). Dorm¨ªa en el suelo y se alimentaba con comida regalada por los trabajadores de las aerol¨ªneas. Dos meses m¨¢s los pas¨® en un centro de detenci¨®n para extranjeros en esa ciudad. El pasado 26 de noviembre, Al Kontar aterriz¨® en Vancouver. Su pesadilla se acab¨® cuando el Gobierno canadiense le otorg¨® el estatuto de refugiado y la residencia permanente. ¡°No lo cre¨ªa hasta que me dieron la tarjeta de embarque¡±, declar¨® a la cadena CBC a pocos metros de la puerta de llegadas internacionales de la ciudad norteamericana. ¡°De momento, necesito una larga ducha caliente. Ya no quiero m¨¢s aeropuertos¡±, afirm¨® con alivio despu¨¦s de haber dejado atr¨¢s su particular laberinto.
As¨ª te contamos su historia | Un ciudadano sirio "atrapado" en un aeropuerto de Malasia
La historia de Al Kontar, de 37 a?os, recuerda a la de Mehran Karimi Nasser, el iran¨ª que vivi¨® 18 a?os en el aeropuerto Charles de Gaulle de Par¨ªs e inspir¨® dos pel¨ªculas: Ca¨ªdos del cielo (1993), del cineasta franc¨¦s Philippe Lioret, y La Terminal (2004), dirigida por Steven Spielberg, y con Tom Hanks como protagonista. Sin embargo, el calvario del sirio guarda m¨¢s semejanzas en tiempo y circunstancias con el de Zahra Kamalfar y sus dos hijos, quienes huyeron de Ir¨¢n en 2006 ¡ªpor persecuciones pol¨ªticas y religiosas¡ª y cayeron en un limbo legal durante 10 meses en el aeropuerto internacional Sherem¨¦tiveo de Mosc¨², hasta que obtuvieron tambi¨¦n cobijo en Canad¨¢.
Pero hay algo distinto en la historia de Al Kontar: internet. Las redes sociales han sido su altavoz y su v¨¢lvula de escape. Desde el aeropuerto que fue su casa durante m¨¢s de 200 d¨ªas narr¨® sus esfuerzos por lograr un visado, conden¨® los enfrentamientos en Siria y expres¨® su tristeza al no poder ver a su familia, con la que no se encontraba desde hac¨ªa a?os. Por ejemplo, en agosto comparti¨® con sus seguidores el disgusto que sent¨ªa por no haber podido asistir a la boda de su hermano. Pero, adem¨¢s, demostr¨® que el sentido del humor es necesario hasta en los peores momentos, y tir¨® de iron¨ªa y comparti¨® situaciones jocosas. ¡°Cuidar mi jard¨ªn es uno de mis h¨¢bitos cotidianos¡±, public¨® junto a una fotograf¨ªa donde aparec¨ªa limpiando las hojas de dos plantas al lado de un ventanal del aer¨®dromo. Tambi¨¦n comparti¨® otros mensajes tejiendo una bufanda en una sala de embarque y haciendo ejercicio en uno de los pasillos.
Al Kontar naci¨® en Sweida, una ciudad siria cercana a la frontera con Jordania. Parti¨® de su pa¨ªs a Emiratos ?rabes Unidos en 2006 para trabajar en una firma de seguros. Su pasaporte venc¨ªa en 2012, pero no pudo renovarlo debido a que no hab¨ªa completado el servicio militar. El conflicto sirio hab¨ªa estallado hac¨ªa un a?o y Al Kontar no quer¨ªa volver a Damasco, ya que tem¨ªa ser obligado a integrar las filas del ej¨¦rcito o ser detenido por las autoridades por su negativa a empu?ar las armas. Ser druso, una minor¨ªa religiosa, tampoco le iba a ayudar mucho, ya que estos han sido blanco de los ataques de las facciones extremistas.
La situaci¨®n le convert¨ªa en irregular en Emiratos ?rabes Unidos al carecer de papeles. Y as¨ª fue como en 2016 fue detenido y deportado a Malasia, ya que este pa¨ªs no exige visa a los ciudadanos de Siria. En ese pa¨ªs le otorgaron un permiso temporal de estancia de tres meses. Intent¨® viajar a Turqu¨ªa y a Camboya, sin ¨¦xito. Y fue entonces cuando se qued¨® variado durante siete meses en el aeropuerto malasio. Finalmente, pidi¨® ser acogido como refugiado en Canad¨¢.
En su aventura fueron determinantes la Asociaci¨®n de Musulmanes de la Columbia Brit¨¢nica y la organizaci¨®n Canad¨¢ Caring. ¡°Nos enteramos por las redes sociales y decidimos apadrinar su petici¨®n. Hemos ayudado hasta el momento a 75 sirios. Tenemos muchas solicitudes, pero hay cuotas muy espec¨ªficas para estos casos¡±, comenta v¨ªa telef¨®nica a este diario Shawkat Hasan, vicepresidente de servicios sociales de la Asociaci¨®n de Musulmanes.
El 1 de octubre, fue trasladado a un centro de detenci¨®n para extranjeros en situaci¨®n irregular. Ignoraba si ser¨ªa obligado a volver a su pa¨ªs. Tras el visto bueno de las autoridades canadienses, Hassan Al Kontar fue trasladado de nuevo al aeropuerto de Kuala Lumpur, pero esta vez para abordar un avi¨®n. ¡°Ya estoy en Taiw¨¢n. Ma?ana llegar¨¦ a mi destino final en Vancouver, Canad¨¢¡±, expres¨® con regocijo en un v¨ªdeo que difundi¨® en su cuenta de Twitter.
Y as¨ª fue como el pasado d¨ªa 26 de noviembre, este sirio, de 37 a?os, habitante de un aeropuerto durante siete meses y refugiado esperanzado pis¨® suelo canadiense. De momento, residir¨¢ en la casa de Laurie Cooper, una de las voluntarias de Canad¨¢ Caring, en Whistler, a unos 120 kil¨®metros de Vancouver. Ya ha recibido una oferta de trabajo de un hotel de la localidad, conocida internacionalmente por sus instalaciones para la pr¨¢ctica de deportes invernales.
Despu¨¦s de su desesperada aventura puede que no le apetezca pisar un aeropuerto en a?os.
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