Turqu¨ªa quiere acabar con la peligrosa tradici¨®n de los disparos en las bodas
En 2017, se produjeron 634 incidentes por 'balas perdidas', en los cuales fallecieron 22 personas y 1.766 resultaron heridas
El camarero abri¨® la ventana del restaurante y se asom¨® al exterior, afinando el o¨ªdo. Era una noche de verano de 2010 en Hakkari, una peque?a ciudad kurda en el extremo suroriental de Turqu¨ªa. Y afuera se escuchaban disparos. El camarero mene¨® la cabeza con un cierto gesto de frustraci¨®n: ¡°No s¨¦ si son combates o una boda¡±.
Resultaron ser ambas cosas.
A la ma?ana siguiente descubrimos que la sede local del AKP, el partido que gobierna el pa¨ªs desde 2002, hab¨ªa sido tiroteada con armas autom¨¢ticas por militantes del grupo armado kurdo PKK, que huyeron en cuanto la polic¨ªa respondi¨® al fuego enemigo. Pero el ataque pas¨® desapercibido por la algarab¨ªa de dos bodas que se celebraban al aire libre a pocas calles de distancia. Porque en ninguna boda turca o kurda que se precie, especialmente en el ¨¢mbito rural, faltan unos tiritos al aire para celebrar el festejo.
Im¨¢genes de televisi¨®n de una boda que dur¨® seis d¨ªas y seis noches, en la provincia de Sirnak en 2003.
¡°Los invitados que van a la boda env¨ªan noticia de su llegada en la plaza del pueblo, o desde fuera del pueblo. O disparan al aire para avisar de su llegada. [Los anfitriones] responden al sonido de los disparos recibiendo a los invitados al son de tambores y dulzainas¡±, se lee en el apartado de Usos y costumbresde la web de la direcci¨®n de turismo de la provincia de Burdur (suroeste de Turqu¨ªa), dependiente del Ministerio de Cultura y Turismo.
Es, por tanto, una tradici¨®n muy extendida ¡ªtambi¨¦n en los pa¨ªses vecinos¡ª, pero con la que el Gobierno turco quiere acabar para evitar que las celebraciones terminen en el hospital. Como ocurri¨® el pasado 31 de agosto en la provincia de Nigde, cuando los disparos al aire de los invitados de una boda acabaron con la vida del hermano de la novia. Porque todo lo que sube, baja. Y aunque la velocidad que toma una bala al caer es bastante menor que cuando sale del ca?¨®n de la pistola o escopeta, puede ser suficiente para atravesar la carne humana.
En 2017 se produjeron 634 incidentes por balas perdidas, en los cuales fallecieron 22 personas y 1.766 resultaron heridas, seg¨²n datos del diario Sabah. En los primeros ocho meses de este a?o hubo 448 incidentes, con ocho muertos y m¨¢s de 1.200 heridos. Y eso pese a que la posesi¨®n de armas de fuego en Turqu¨ªa est¨¢ oficialmente a niveles no muy alejados de Espa?a (12,5 por cada 100 habitantes en el primer caso por 10,4 en el segundo), aunque denuncias de la oposici¨®n aseguran que en los ¨²ltimos a?os la cifra ha aumentado exponencialmente.
En realidad, disparar en bodas y otras celebraciones est¨¢ prohibido en Turqu¨ªa y, desde 2010, se pena con entre uno y tres a?os de c¨¢rcel. Pero esta ley rara vez se aplica y, si bien en los sucesos con v¨ªctimas mortales, s¨ª suele procederse a una investigaci¨®n y a la detenci¨®n de los culpables, en los casos en que simplemente se producen heridos, solo un tercio termina con los autores de los disparos sentados en el banquillo. No extra?a, pues quienes tiran al aire suelen ser hermanos, primos, t¨ªos o buenos amigos de las v¨ªctimas.
Por eso, el Ejecutivo turco quiere ponerse duro y hacer aplicar la ley a rajatabla. El Ministerio de Interior envi¨® a finales del mes pasado una circular a todas las delegaciones del Gobierno en la que explica que, seg¨²n la nueva normativa, todos los funcionarios p¨²blicos o cargos electos que presencien un acto as¨ª tendr¨¢n obligaci¨®n de denunciarlo y, en caso de no hacerlo, se les abrir¨¢ un expediente disciplinario. Adem¨¢s se lanzar¨¢ una campa?a de concienciaci¨®n ciudadana bajo el lema: ¡°No empa?es tu futuro, no dispares a la felicidad¡±.
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