Francia se atrinchera ante otra jornada de protestas de los ¡®chalecos amarillos¡¯

Las concentraciones en lugares calientes, como junto al Arco del Triunfo, comenzaron a primera hora de la ma?ana. La prefectura de polic¨ªa inform¨® de que, pasadas las 8.00, ya se hab¨ªan realizado 278 detenciones por ¡°participaci¨®n en grupo con vistas a preparar actos de violencia contra personas o destrucci¨®n¡± y 32 personas se encontraban en detenci¨®n preventiva, seg¨²n medios franceses.

A ¨²ltima hora del viernes, el primer ministro, ?douard Philippe, hab¨ªa realizado un ¨²ltimo intento de apaciguamiento al invitar otra vez ¡ªera la tercera, tras dos fracasos consecutivos¡ª a una delegaci¨®n de?chalecos amarillos a discutir. Siete representantes de los denominados "chalecos amarillos libres", que defienden una ¡°c¨®lera constructiva¡± que lleve a un di¨¢logo con el Gobierno, acudieron al palacio de Matignon. Varios ya hab¨ªan pedido durante la jornada que los manifestantes no se desplazaran este s¨¢bado hasta Par¨ªs. El problema es que estos chalecos ¡°libres¡±, signatarios el domingo pasado de una tribuna donde reclamaban un debate amplio sobre fiscalidad, la introducci¨®n del sistema proporcional en las elecciones o un mayor uso de los referendos, no est¨¢n reconocidos por todos los que portan desde hace cuatro semanas la prenda amarilla obligatoria en todo veh¨ªculo en protesta por la p¨¦rdida de poder adquisitivo y lo que consideran un abandono de los ciudadanos de provincia.

Tras hora y media reunidos con un Philippe "atento y serio", los chalecos amarillos "libres" consideraron que su trabajo ¡ªexplicar las demandas ciudadanas¡ª estaba ¡°hecho¡± y reclamaron una se?al ¡°r¨¢pida¡± del presidente, Emmanuel Macron. ¡°Ahora le toca al presidente asumir la responsabilidad y hablar de manera sencilla y clara¡±, dijo Benjamin Cauchy a la salida de la reuni¨®n.

A la espera del discurso de Macron

Macron, el principal destinatario de la c¨®lera ciudadana, guarda un silencio que no ha roto desde su regreso de Argentina el pasado domingo. El presidente de la Asamblea Nacional, Richard Ferrand, asegur¨® que el mandatario hablar¨¢ sobre la crisis de los chalecos amarillos. Pero lo har¨¢ ¡°a comienzos de la semana¡± que viene, para no echar ¡°m¨¢s aceite al fuego¡± antes de la jornada ya de por s¨ª tensa del s¨¢bado, dijo a la Agencia France Presse.

La cuesti¨®n no es tanto cu¨¢ntos?chalecos amarillos llegar¨¢n hasta Par¨ªs a manifestarse sino el modo en que lo hagan. La cifra de participaci¨®n en las protestas ha ido disminuyendo con las semanas y los d¨ªas, pero no as¨ª los actos violentos que los han acompa?ado. El principal problema sigue siendo la morfolog¨ªa misma de un movimiento que carece de l¨ªderes claros o incontestables y que no responde a ninguna de las caracter¨ªsticas tradicionales de las protestas sociales. El ministro del Interior, Christophe Castaner, consider¨® que ¡°varios miles de personas¡± se manifestar¨¢n este s¨¢bado en Par¨ªs, algunos de ellos ¡°ultraviolentos¡±, dijo. La fiscal¨ªa de Par¨ªs anunci¨® el viernes la apertura de una investigaci¨®n ¡°por provocaci¨®n a la comisi¨®n de un crimen o delito¡± y por ¡°organizaci¨®n de una manifestaci¨®n ilegal¡± a uno de los iniciadores del movimiento de los chalecos amarillos, Eric Drouet, que esta semana llam¨® a ¡°entrar¡± hasta el palacio del El¨ªseo durante una entrevista en la televisi¨®n.

Fuerte presencia policial

Alrededor de 8.000 polic¨ªas y gendarmes en Par¨ªs, 89.000 en toda Francia, han sido movilizados para evitar que el ¡°Acto IV¡±, como han denominado los manifestantes este nuevo s¨¢bado de protestas ¡ªel tercero de envergadura¡ª vuelva a degenerar en escenas de caos, de veh¨ªculos en llamas y barricadas incendiarias, monumentos vandalizados como el Arco del Triunfo el s¨¢bado pasado y centenares de arrestos. Una docena de veh¨ªculos blindados de la gendarmer¨ªa est¨¢n desplegados desde la madrugada en Par¨ªs, un gesto in¨¦dito que muestra la seriedad con que se toma la situaci¨®n un Gobierno desbordado por la c¨®lera ciudadana, que no ha aplacado ni el anuncio de la suspensi¨®n, durante todo 2019, de la tasa del carburante que fue el detonante del movimiento.

Una ciudad blindada

Durante todo el viernes, los comercios de algunas de las avenidas en la ¡°zona de mayor riesgo¡± ¡ªpr¨¢cticamente todo el centro, desde el Arco del Triunfo a la plaza de la Rep¨²blica, punto de llegada tradicional de las manifestaciones¡ª taparon sus escaparates con planchas de madera o incluso de metal. No solo se proteg¨ªan tiendas de lujo o bancos, blanco preferente de los disturbios del s¨¢bado pasado, sino tambi¨¦n supermercados y caf¨¦s. ¡°?Cerramos! ?Menuda locura!¡±, comentaba la cajera de la cafeter¨ªa Nostrum, pr¨®xima al Arco de Triunfo, sobre el dispositivo previsto para la que normalmente deber¨ªa haber sido una intensa jornada de trabajo, tan cerca de las navidades. Unas puertas m¨¢s arriba, la tienda de Apple tambi¨¦n confirmaba su clausura total durante la jornada, conforme al llamamiento hecho en este sentido por las autoridades. Aunque conlleve una gruesa factura: mil millones de euros de p¨¦rdidas en ingresos desde el comienzo de las protestas, hace un mes, seg¨²n la Federaci¨®n del Comercio y de la Distribuci¨®n (FDC), citada por Reuters.

Tambi¨¦n los trabajadores municipales se emplearon a fondo. Por orden de la alcaldesa, Anne Hidalgo, hasta la ma?ana del s¨¢bado hab¨ªa que retirar m¨¢s de 2.000 elementos de mobiliario urbano susceptible de ser utilizado como ¡°arma¡± por los violentos. Una ¡°c¨¦lula de crisis¡± abierta en el Consistorio vigilar¨¢ y coordinar¨¢ con la autoridades centrales durante toda la jornada la situaci¨®n en una ciudad donde se ha desaconsejado a residentes y turistas pasear por la zona centro, donde el transporte p¨²blico est¨¢ pr¨¢cticamente cortado. Total, poco hay para hacer en una urbe donde la mayor¨ªa de museos y monumentos, de la torre Eiffel a la catedral de Notre Dame o el m¨¢s alejado Pante¨®n, tambi¨¦n permanecer¨¢n clausurados de forma preventiva y donde muchos teatros y la ¨®pera han cancelado, tambi¨¦n, sus espect¨¢culos.