Michael Cohen, de protector a delator de Trump

A Michael Cohen le encantaba compararse con Ray Donovan. Pero mientras el personaje de ficci¨®n interpretado por el actor Liev Schreiber se dedica en la serie televisiva a resolver los problemas de los ricos y poderosos de Hollywood, el abogado neoyorquino presum¨ªa de limpiar los trapos sucios de Donald Trump. Dec¨ªa incluso que estaba dispuesto a recibir un disparo si era necesario para poder proteger a su cliente. De ah¨ª pas¨® a acusar al presidente de haberle forzado a hacer cosas ilegales.

Este mi¨¦rcoles fue condenado a tres a?os de c¨¢rcel por evasi¨®n fiscal, por mentir al Congreso y por pagos il¨ªcitos durante la campa?a electoral de 2016?a dos mujeres para callar supuestas aventuras extramatrimoniales de Trump en 2006 y 2007.?Cohen, quien se?presentaba como un fixer, un solucionador, no lleg¨® a utilizar los pu?os ni un bate de b¨¦isbol para intimidar a sus enemigos. Lo hac¨ªa con amenazas de demandar a cualquiera que retara al magnate. Esa estrategia de intimidaci¨®n le llev¨® a pagar 130.000 d¨®lares a la actriz porno Stormy Daniels?y 150.000 a la exmodelo de Playboy Karen McDougal?para comprar su silencio. Pero a diferencia de Ray, el abogado dej¨® un reguero de pistas a su paso y esos desembolsos acabaron coloc¨¢ndole a ¨¦l y al actual presidente de Estados Unidos en el centro de una investigaci¨®n judicial.

Trump acudi¨® a primera hora de la ma?ana de este jueves a su cuenta de Twitter para defenderse. Neg¨® haberle ordenado hacer algo il¨ªcito. "Era un abogado y se supone que deb¨ªa conocer la ley", afirm¨® el presidente. "Cohen fue encontrado culpable de varios cargos sin relaci¨®n conmigo". El abogado asegur¨® ante el juez William Pauley que su admiraci¨®n hacia el empresario le hab¨ªa corrompido. El mandatario insiste en que los cargos que se le imputaron no est¨¢n relacionados con ¨¦l y que el abogado los acept¨® para avergonzarle y conseguir una sentencia de prisi¨®n reducida.

El magnate contrat¨® a Cohen hace algo m¨¢s de una d¨¦cada. Ambos defin¨ªan la extraordinaria relaci¨®n que hab¨ªa entre ellos con una palabra: lealtad. Pero todo se vino abajo cuando agentes del FBI registraron el pasado 9 de abril las oficinas del letrado, su residencia y una habitaci¨®n de hotel en busca de pruebas que le delataran en las pesquisas por la injerencia electoral rusa en EE UU. Los investigadores quer¨ªan saber hasta d¨®nde llev¨® esa lealtad hacia su jefe para ayudarle a llegar a la Casa Blanca.

Cohen, de 52 a?os, se crio en Long Island. Tuvo aspiraciones pol¨ªticas. Intent¨® ser concejal en Nueva York y senador en el Estado. Dice que habla un ruso rudimentario por su esposa, Laura, de ascendencia ucrania. Empez¨® a amasar su fortuna en el negocio del taxi junto a su suegro, mucho antes de que Uber y Lyft fueran una idea revolucionaria. Su primera propiedad en un rascacielos de Trump la compr¨® en 2001. Cinco a?os despu¨¦s era vicepresidente de la Trump Organization.

Aunque se consideraba dem¨®crata, fue uno de los primeros que apoy¨® las ambiciones presidenciales de su cliente en la campa?a de 2012. Entonces dijo que estaba cansado de las promesas mundanas que hac¨ªan los pol¨ªticos tradicionales. Pero aquel intento no fue a ninguna parte. Despu¨¦s particip¨® en todas las reuniones en las que se prepar¨® la estrategia para lanzar la carrera del magnate a las elecciones de 2016. Ya en la Casa Blanca, el presidente le dej¨® fuera de su Gabinete.

Facilitador

Es posible que nunca se sepa cu¨¢nto pag¨® el magnate a Cohen por sus servicios. Lo que s¨ª se sabe es que fue el nexo en varios acuerdos que la Trump Organization trat¨® de cerrar en distintos pa¨ªses o que form¨® parte de las discusiones para que Rusia y Ucrania llegaran a un acuerdo de paz que permitiera levantar las sanciones contra Mosc¨² por la crisis de Crimea.

Michael Cohen lleg¨® a estar al nivel de los hijos del presidente en la organizaci¨®n familiar, por lo que conoce todos los entresijos del negocio. Pero el abogado juega siempre a dos bandas. Anticipando la llegada de su jefe a la Casa Blanca, estableci¨® dos semanas antes de las elecciones una consultor¨ªa para explotar su relaci¨®n directa con el inquilino de la Casa Blanca y guiar a las empresas hacia el hombre m¨¢s poderoso del planeta, a cambio de una suculenta comisi¨®n.

La lealtad de Cohen empez¨® a tambalearse con la investigaci¨®n del FBI y, conforme fue creciendo la presi¨®n durante el verano, el abogado empez¨® a mostrarse m¨¢s abierto a cooperar con las autoridades para evitar la prisi¨®n. Su familia pas¨® a ser prioritaria a medida que se aclaraba el precio que tendr¨ªa que pagar por todas las cosas que hizo por el presidente. Porque tampocoTrump es leal a nadie, tiene favoritos.