May sobrevive a la moci¨®n de los ¡®tories¡¯ euroesc¨¦pticos
La primera ministra brit¨¢nica retiene el liderazgo de su partido con un tercio de los diputados en contra
Theresa May sobrevivi¨® este mi¨¦rcoles al ¨²ltimo golpe de sus adversarios y podr¨¢ seguir luchando, pero ha vuelto a dejarse retazos de autoridad en la batalla. Una mayor¨ªa de diputados conservadores, 200 frente a 117, decidi¨® respaldar su liderazgo y la moci¨®n de censura interna planteada por 48 parlamentarios euroesc¨¦pticos fue derrotada. Nada ha cambiado, sin embargo. El acuerdo del Brexit sigue sin respaldo parlamentario. La cifra del apoyo, mayor de la prevista, hizo que el equipo de la primera ministra la considerara una victoria y un respiro.
La primera ministra ten¨ªa de antemano una baza perdedora, pero supo jugar bien sus cartas. La precipitaci¨®n de sus adversarios euroesc¨¦pticos, las ganas de darles a estos rebeldes una lecci¨®n por parte de los diputados m¨¢s moderados y leales, el miedo a un adelanto electoral que diera la victoria a la oposici¨®n laborista y, sobre todo, la sensaci¨®n generalizada entre los conservadores de que no solucionaban nada derribando a May, inclinaron la balanza a su favor.
A¨²n guardaba una ¨²ltima sorpresa para convencer a los indecisos. Entrada la tarde, May anunci¨® su intenci¨®n de no ser la candidata del partido en las pr¨®ximas elecciones, previstas para 2022. Un modo de dejar claro a los m¨¢s esc¨¦pticos que no pensaba aferrarse al cargo.
A primera hora de la ma?ana del mi¨¦rcoles, Graham Grady, el l¨ªder del Comit¨¦ 1922, que re¨²ne a los parlamentarios sin cargo en el Gobierno, comunic¨® a May que hab¨ªa reunido las 48 cartas necesarias para activar una moci¨®n de censura interna y que la votaci¨®n se celebrar¨ªa a partir de las siete de la tarde, hora peninsular espa?ola.
La primera ministra pas¨® a la ofensiva. ¡°Un cambio de liderazgo en el Partido Conservador en estos momentos pondr¨ªa en riesgo el futuro del pa¨ªs y crear¨ªa incertidumbre cuando menos podemos permit¨ªrnoslo¡±, dijo en un mensaje a la naci¨®n a las puertas de Downing Street, su residencia oficial y sede del Gobierno. ¡°Un l¨ªder entrante no tendr¨ªa tiempo de renegociar con la UE un nuevo acuerdo de retirada e impulsar el necesario proceso legislativo antes de la fecha l¨ªmite del 29 de marzo, as¨ª que una de sus primeras medidas ser¨ªa extender o revocar el art¨ªculo 50 [que puso en marcha la salida de la UE], retrasando o incluso frenando el Brexit¡±, dijo.
Una ola creciente de solidaridad con la primera ministra se fue apropiando del debate pol¨ªtico. Todos sus ministros y muchos altos cargos del Ejecutivo le expresaron su apoyo, incluidos los m¨¢s antieuropeos. ¡°Nadie est¨¢ en mejores condiciones para asegurar que se cumpla la decisi¨®n del pueblo brit¨¢nico de abandonar la UE¡±, proclam¨® el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove.
"Siempre ha hecho lo que pensaba que era lo mejor para el inter¨¦s nacional¡±, afirm¨® la ministra de Desarrollo Internacional, Penny Mordaunt, dura con May todo este tiempo, pero de probada lealtad.
Hasta el principal responsable de la mayor crisis pol¨ªtica sufrida en d¨¦cadas por Reino Unido, el ex primer ministro David Cameron, que dimiti¨® despu¨¦s de haber permitido el refer¨¦ndum de 2016, sali¨® en su defensa: ¡°Conf¨ªo en que los conservadores respalden hoy [este mi¨¦rcoles] a May. No necesitamos m¨¢s distracciones que nos alejen de la tarea de lograr la mejor soluci¨®n junto a nuestros vecinos, amigos y socios de la UE¡±.
Los art¨ªfices del mot¨ªn contra May expresaban su rabia a medida que se desinflaba el mot¨ªn. ¡°El plan del Brexit de May acabar¨¢ con este Gobierno si sigue adelante¡±, proclam¨® con desesperaci¨®n el ultracat¨®lico Jacob Rees-Mogg, l¨ªder del Grupo de Investigaciones Europeas. ¡°El partido no lo tolerar¨¢. Por el inter¨¦s nacional, la primera ministra debe marcharse¡±, dijo.
Pero en una clara se?al de que el partido ha perdido el miedo e incluso el respeto a su ala dura, Alan Duncan, secretario de Estado de Asuntos Exteriores, arremet¨ªa contra ellos: ¡°Es un acto de irresponsabilidad, de tonter¨ªa y de vandalismo nacional. Todos los que lo han cometido deber¨ªan sentir verg¨¹enza¡±.
Autoridad perdida
La amenaza de una moci¨®n interna de censura sobrevolaba el debate pol¨ªtico conservador desde hac¨ªa meses y el equipo de May ten¨ªa la respuesta ensayada desde el principio. Bastaba con ganar por un solo voto para que la primera ministra continuara en el cargo. Convencida de que debe concluir la misi¨®n que le fue encomendada, llevar al mejor puerto posible el mandato de los brit¨¢nicos en el refer¨¦ndum de 2016, May ya no se cuestiona si la autoridad perdida por el camino ¡ªy con esta votaci¨®n, a pesar de la victoria, se ha dejado una buena porci¨®n¡ª la incapacita o no para seguir.
No le valen los precedentes. Margaret Thatcher sali¨® victoriosa de un desaf¨ªo similar en 1989 y aun as¨ª acab¨® dimitiendo. Las circunstancias, calcula May, son muy diferentes. El ¨²nico pegamento que une a sus adversarios es el rechazo al acuerdo del Brexit alcanzado con la UE. No hay consenso sobre qui¨¦n podr¨ªa sustituirla, no hay un plan alternativo cre¨ªble para salir de la UE, y ning¨²n conservador quiere correr el riesgo de ver c¨®mo el Partido Laborista se hace con el poder o, por lo menos, con el control desde el Parlamento de las negociaciones del Brexit mientras el Gobierno permanece en el limbo.
Nada ha cambiado realmente. May sigue sin el respaldo suficiente para el plan del Brexit. Ni siquiera hay fecha para la votaci¨®n, despu¨¦s de suspender en un ataque de p¨¢nico la del pasado martes. La principal ventaja de la primera ministra, su ¨²nica ventaja, es la voluntad de todos los dem¨¢s de que sea ella quien apure el c¨¢liz hasta la ¨²ltima gota.
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