¡°Nunca pens¨¦ que en Guatemala la corrupci¨®n fuera de este tama?o ni el nivel de apoderamiento del Estado¡±
El fiscal colombiano que lucha contra la corrupci¨®n concede a EL PA?S una de las pocas entrevistas desde que fue expulsado de Guatemala. Reconoce que se enfrenta a una red corrupta formada por exmilitares, diputados y empresarios y que fue ingenuo al no medir su fuerza y tama?o. Sostiene que intentar¨¢ volver en enero
Unas horas despu¨¦s de la entrevista en un hotel de San Salvador, el jueves por la noche, a 250 kil¨®metros de ah¨ª, se produce una escena: en un edificio gris de Ciudad de Guatemala protegido por altos muros y alambrada, un grupo de j¨®venes fiscales celebran el ¨¦xito de una operaci¨®n contra el financiamiento ilegal de los partidos que ha permitido emitir una orden de detenci¨®n contra el excandidato presidencial Manuel Baldiz¨®n y nueve personas m¨¢s por lavado de dinero y asociaci¨®n il¨ªcita. La operaci¨®n incluy¨® registros en domicilios, detenciones, interrogatorios y muchos meses rastreando cuentas, dep¨®sitos y facturas.
La CICIG (Comisi¨®n contra la Impunidad) una especie de Audiencia Nacional creada por la ONU para casos de corrupci¨®n y alto impacto ¡ªen el pa¨ªs 143 m¨¢s corrupto del planeta sobre de una lista de 180¡ª considera que el empresario de autobuses que estuvo a punto de convertirse en presidente de Guatemala, desvi¨® fondos para financiar sus campa?as de 2011 y 2015. Un secreto a voces que la CICIG lleva al banquillo.
El magistrado que encabeza la investigaci¨®n es un colombiano de 63 a?os, barba cana y maneras de viejo profesor de Derecho, que no puede intercambiar una palmada en la espalda con sus colaboradores, porque el presidente de Guatemala, Jimmy Morales impide su entrada al pa¨ªs y lo ha declarado persona ¡®non grata¡¯. Antes de esto meti¨® en la c¨¢rcel al expresidente, Otto P¨¦rez Molina, a su exvicepresidenta, a siete ministros y decenas de diputados y empresarios.
La Corte Constitucional de Guatemala ha dicho que prohibir su entrada al pa¨ªs es ilegal,?pero el mandatario se niega y Vel¨¢squez lleva tres meses viviendo entre El Salvador y Estados Unidos desde donde dirige la CICIG, con la misma maleta con un pu?ado de camisas con las que sali¨® del pa¨ªs. "Sab¨ªa que pod¨ªa pasar, pero no me esperaba que no me dejaran regresar. Me llev¨¦ muda para una semana", bromea.
En una de las primeras entrevistas que concede desde el 3 de septiembre, Vel¨¢squez reconoce que el procesamiento por fraude al hijo del presidente Jimmy Morales (por un delito de facturas falsas que no llegaba a los 35.000 d¨®lares) fue el punto de quiebre en la relaci¨®n con el mandatario. Poco despu¨¦s lleg¨® la investigaci¨®n contra su padre y la embestida pol¨ªtico-empresarial, que incluy¨® las maniobras de un lobby en Estados Unidos, para que retirara su aportaci¨®n econ¨®mica.
Morales, investigado por financiaci¨®n ilegal, tom¨® la decisi¨®n de prohibir su entrada y anunci¨® que, en 2019, terminar¨¢ la misi¨®n de las Naciones Unidas tras 11 a?os de trabajo en el pa¨ªs.
Para el jurista, la explicaci¨®n a una reacci¨®n tan "poderosa y financiada", se debe a que estaban llegando al n¨²cleo del problema. "En 2014 (cuando lleg¨® el cargo) ten¨ªamos la hip¨®tesis de que la corrupci¨®n anidaba en muchas dependencias del estado, lo que les permit¨ªa un accionar f¨¢cil e impune. Pero, tras el caso de La L¨ªnea (que en 2015 proces¨® al expresidente, la vicepresidenta y siete ministros) nos damos cuenta de que Guatemala es un Estado capturado", resume.
Vel¨¢squez admite que enfrenta una red "que durante d¨¦cadas ha puesto al Estado al servicio de intereses particulares". En este frente proimpunidad Vel¨¢squez coloca a "empresarios procesados, exmilitares, miembros del gobierno, diputados y altos cargos del Partido Patriota con el respaldo de algunos jueces y abogados". "Todo est¨¢ dise?ado para mantener y no perder ese control. Y un poder que se siente amenazado responde ferozmente", se?ala.
Creada en 2006, la CICIG fue un novedoso invento de las Naciones Unidas que se puso en marcha cuando Guatemala, con unos 18 millones de habitantes, pidi¨® ayuda ante la posibilidad de convertirse en un Estado fallido, controlado por un pu?ado de empresarios, militares y pol¨ªticos. La respuesta fue la creaci¨®n de una superfiscal¨ªa dotada de investigadores de primer nivel, financiada por la cooperaci¨®n internacional y blindada del exterior, lejos de las tentaciones de soborno. Desde su aparici¨®n, ha estado dirigida por combativos fiscales como el espa?ol Carlos Castresana o el actual Iv¨¢n Vel¨¢squez. Durante los ¨²ltimos cinco a?os de trabajo de la CICIG, 60 grupos criminales, muchos de ellos con v¨ªnculos con el Gobierno, han sido desarticulados y 680 personas han sido procesadas por corrupci¨®n.
¡ª ?Intu¨ªa que la putrefacci¨®n en Guatemala era tan grande?
¡ª?No, no. Pensaba que la corrupci¨®n estaba focalizada y que se trataba solo de "manzanas podridas" pero nunca pens¨¦ que fuera de estas proporciones ni el nivel de apoderamiento del aparato del Estado, responde.
¡ª?Si la CICIG se va, ?habr¨¢n ganado los malos?
¡ª Depende de la sociedad guatemalteca si quieren seguir construyendo o admiten la regresi¨®n.
¡ª??Intentar¨¢ regresar?
¡ª Tengo el prop¨®sito de regresar y probablemente en enero eso ser¨ªa posible, responde
Iv¨¢n Vel¨¢squez, comenz¨® su carrera judicial en el Medell¨ªn de Pablo Escobar. Posteriormente, fue el fiscal estrella que desmont¨® la estructura de la parapol¨ªtica en Colombia cuando ?lvaro Uribe era presidente. Con esos antecedentes, que el gobierno de Guatemala le haya declarado "un peligro para la seguridad nacional", le provoca m¨¢s indignaci¨®n que temor.
Durante los cuatro a?os que lleva al frente de la CICIG ha sido criticado por hacer "show medi¨¢tico", abusar de la prisi¨®n preventiva ¡ª156 personas llevan a?os a la espera de juicio¡ª o su poca habilidad a la hora de elegir sus enemigos, como fue hijo del presidente por un caso aparentemente 'menor'.
Vel¨¢squez, sin embargo, cree que cada condena "contribuye a fortalecer la democracia", en un pa¨ªs que vive en un delicado equilibrio social, solo 22 a?os despu¨¦s de una guerra civil que dej¨® 200.000 muertos. "El delito del hijo del presidente apareci¨® de forma no buscada. Y entonces, ?qu¨¦ deb¨ªamos hacer, mirar para otro lado? ?O no actuar contra las televisiones que financiaron ilegalmente a los partidos porque nos echamos en contra a medios muy poderosos?", se pregunta. "Mostrar p¨²blicamente los casos es una forma de demostrar que las instituciones est¨¢n trabajando. La construcci¨®n de una cultura de la legalidad implica una cultura de las consecuencias, que tambi¨¦n alcanza a hombres poderosos". "Es probable que fuera ingenuo, al no tomar precauciones, pero creo que se trata de una virtud de la justicia para no parcializarse".
Sobre la lentitud en las condenas, el fiscal lo atribuye a un deliberado abandono de la justicia, con muchas d¨¦cadas de vida. "Guatemala tiene seis jueces por cada 100.000 habitantes, la mitad de la media latinoamericana porque cre¨ªan que era solo para perseguir a ladrones de bolsos y celulares". "Hemos demostrado que es posible la lucha contra la corrupci¨®n y la impunidad y ah¨ª est¨¢n las pruebas, pero en el Estado actual del pa¨ªs y del sistema de justicia, es imposible ganar esta guerra contra la impunidad".
Vel¨¢squez celebra que las condiciones de vida en las c¨¢rceles o la dureza de las penas se ha convertido en un tema de debate p¨²blico, desde que presidentes, ministros o empresarios han comenzado a desfilar por prisi¨®n. "Nunca les interes¨® el estado de las c¨¢rceles o las leyes que regulan la privaci¨®n de libertad, porque eran un invento de los defensores de Derechos Humanos que son todos comunistas", ironiza el jurista.
Para Iv¨¢n Vel¨¢squez hay una evidente relaci¨®n entre corrupci¨®n y pobreza y no le han sorprendido las caravanas de migrantes. "La lucha contra la corrupci¨®n es una lucha por la vida digna de las personas tambi¨¦n en lo material". "Hay ayuntamientos donde se roban dos y tres millones de d¨®lares en un pa¨ªs donde el 46% de los ni?os de menos de cinco a?os tienen desnutrici¨®n cr¨®nica. O zonas, como Alta Verapaz, con municipios donde la desnutrici¨®n llega al 85% (¡) El Estado no puede ser el bot¨ªn de unos pocos y que lo llamen democracia".
Durante los cuatro a?os en el cargo Vel¨¢squez le han llamado "extranjero y comunista". Durante este tiempo ha vivido en el b¨²nker de cemento gris sede de la CICIG y una de las pocas salidas que hac¨ªa era ir a misa cada domingo. El Falcone de Guatemala levanta odios y pasiones como si fuera un futbolista, pero los guatemaltecos lo tienen claro; el 70% apoya su permanencia en el pa¨ªs frente al 15% de popularidad del mandatario. Desde que Morales anunci¨® que la CICIG saldr¨¢ del pa¨ªs el pr¨®ximo a?o, una sensaci¨®n de orfandad se ha instalado entre los que aspiran a una Guatemala distinta.
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