Otro refer¨¦ndum para no decidir
Una segunda consulta sobre el Brexit agravar¨ªa la divisi¨®n entre los brit¨¢nicos y generar¨ªa m¨¢s recelos e incertidumbre en el continente
A cien d¨ªas de que Reino Unido abandone la UE, la hip¨®tesis de un segundo refer¨¦ndum cobra fuerza por la incapacidad del Gobierno y el Parlamento para gestionar el resultado del primero. Esa nueva consulta, sin embargo, no aportar¨ªa una soluci¨®n ni para Londres ni para los otros 27 socios del club europeo. Por el contrario, agravar¨ªa la divisi¨®n entre los brit¨¢nicos y generar¨ªa m¨¢s recelos e incertidumbre en el continente.
Obligar a los ciudadanos a definirse sobre la misma cuesti¨®n solo dos a?os y medio despu¨¦s indica, de entrada, escaso respeto al resultado inicial. Los precedentes son poco edificantes. Irlanda rechaz¨® en dos referendos los tratados de Niza y Lisboa en 2001 y 2008, respectivamente, y los aprob¨® en ambos casos un a?o m¨¢s tarde en nuevas consultas populares. Fueron los dem¨¢s pa¨ªses miembros los que obligaron las dos veces a los irlandeses a volver a las urnas y por ello merecieron cr¨ªticas generalizadas.
Personalidades como el ex primer ministro Tony Blair exigen hace tiempo ese segundo refer¨¦ndum con el argumento de que los ap¨®stoles del Brexit arrastraron a muchos votantes con mentiras. No se aduce ahora una raz¨®n concreta. Por el contrario, la v¨ªa de la nueva consulta se abre paso porque las opciones manejadas hasta ahora son inviables, est¨¢n muertas o tienen un coste que nadie asume.
Agoniza, por ejemplo, el acuerdo con la UE suscrito por Theresa May, que mostr¨® una extrema debilidad al retrasar el voto del texto en el Parlamento para acabar humillada en Bruselas.
Languidece tambi¨¦n la opci¨®n de negociar una relaci¨®n futura con la UE similar a la de Noruega, que asume la legislaci¨®n comunitaria sin tener voz ni voto en las decisiones, es decir, la v¨ªa del ¡°vasallaje¡±.
Nadie defiende tampoco retirar la petici¨®n de salida, lo cual ser¨ªa una traici¨®n a la decisi¨®n popular. O las interminables pr¨®rrogas y periodos transitorios cuando la UE ya tiene descontada la ausencia de Reino Unido y as¨ª ha dise?ado su marco financiero 2021-2027. Tampoco Jeremy Corbyn se atreve a forzar un adelanto electoral. Queda, pues, la salida sin acuerdo, pero la defienden los tories m¨¢s euroesc¨¦pticos, ahora debilitados tras perder su moci¨®n parlamentaria contra May. Por tanto, un segundo refer¨¦ndum es una buena escapatoria.
Lo cierto, sin embargo, es que si gana de nuevo el Brexit, ?qu¨¦ habr¨¢ cambiado? Y si los brit¨¢nicos rectifican (por escaso margen, insisten los sondeos) y optan por permanecer en la UE, ?resolver¨ªan de una vez por todas su enfermiza alianza de d¨¦cadas de estar en el club para frenar su avance? ?Cu¨¢nto tardar¨¢n los euroesc¨¦pticos en exigir una tercera consulta? Y, ya de paso, ?qui¨¦n pagar¨¢ los costes de meses de negociaci¨®n, viajes, comisiones ad hoc, cumbres, dict¨¢menes, preparativos de las empresas...?
Dice May que, si se convocara otro refer¨¦ndum, los brit¨¢nicos ¡°perder¨ªan la fe en la pol¨ªtica¡±. Incluso sin ese empuj¨®n, sus pol¨ªticos les dan argumentos a diario.
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