Excavando para destruir los t¨²neles de Hezbol¨¢ en la frontera de L¨ªbano
El Ej¨¦rcito israel¨ª usa la tecnolog¨ªa para detectar pasadizos de la guerrilla proiran¨ª desde el pa¨ªs vecino
El manzanar lindaba con el muro que sigue el sinuoso trazo de la frontera de L¨ªbano. Las excavadoras militares que lo arrasaron han convertido el plant¨ªo en un lodazal por donde las tropas israel¨ªes pugnan por abrirse paso. En una curva descrita por el pared¨®n de cemento a las afueras de Metula, bajo un entoldado blanco que apenas resguarda del aguacero, un pelot¨®n de zapadores ha perforado un pozo de 20 metros de profundidad hasta el t¨²nel horadado por el enemigo del norte.
Doce a?os despu¨¦s de la guerra que durante 34 d¨ªas se cobr¨® la vida de 1.200 libaneses y 165 israel¨ªes, la milicia proiran¨ª de Hezbol¨¢ ha vuelto a desafiar al Ej¨¦rcito hebreo. Un conflicto soterrado ha emergido hace tres semanas en la Alta Galilea, donde unidades del cuerpo de ingenieros han localizado y comenzado a destruir cuatro pasadizos subterr¨¢neos de ataque horadados desde el pa¨ªs vecino.
Un comandante de los servicios de inteligencia militares cuyo nombre no puede ser citado describ¨ªa los detalles de la llamada Operaci¨®n Escudo del Norte, dirigida a contrarrestar la amenaza de la guerrilla, durante una reciente visita de la prensa extranjera. ¡°Nuestra misi¨®n no tiene limite temporal; seguiremos buscando hasta localizar todos los t¨²neles¡±, precisaba con el uniforme de campa?a empapado por la lluvia.
La galer¨ªa excavada desde L¨ªbano arranca en una antigua f¨¢brica de cemento situada al sur de la localidad de Kfar Kela y penetra 40 metros en territorio israel¨ª, seg¨²n la informaci¨®n facilitada por el Ej¨¦rcito. Las sospechas sobre la labor de zapa de Hezbol¨¢ al otro lado del muro surgieron hace cuatro a?os, cuando se reforz¨® la vigilancia y se a?adieron generadores el¨¦ctricos en la planta cementera clausurada.
La b¨²squeda de t¨²neles no dio resultados hasta hace escasas semanas, cuando los ingenieros militares introdujeron nuevos medios tecnol¨®gicos. ¡°Se han utilizado sensores s¨ªsmicos y radares que rastrean el subsuelo¡±, aseguraba sobre el terreno el teniente coronel Jonathan Conricus, portavoz de la Fuerzas Armadas.
Israel ya ha empezado a destruir los t¨²neles. Los residentes de Zarit, en la l¨ªnea divisoria internacional pr¨®xima a la costa mediterr¨¢nea, se despertaron a finales de la semana pasada por una explosi¨®n en plena noche. En la demolici¨®n del t¨²nel trazado desde la aldea libanesa de Ramiyeh se utilizaron grandes cargas explosivas. Otro pasadizo, cuya localizaci¨®n a lo largo de los 130 kil¨®metros de frontera no ha sido revelada, fue taponado con toneladas de cemento.
Cuestionado por los sectores m¨¢s nacionalistas tras el alto el fuego pactado con Ham¨¢s en Gaza y acorralado por el avance de las investigaciones de tres casos de corrupci¨®n, el primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, parece haber encontrado en la amenaza subterr¨¢nea de Hezbol¨¢ una salida de emergencia para sus entuertos.
Con una creciente ret¨®rica belicista en defensa de la soberan¨ªa, se?ala como responsables de la tensi¨®n en la frontera a la milicia chi¨ª, al Gobierno de Beirut y al archienemigo iran¨ª. ¡°Los t¨²neles no son solo una agresi¨®n, son un acto de guerra¡±, advirti¨® el jefe de Gobierno para reclamar la condena de la milicia chi¨ª en el Consejo de Seguridad. ¡°Su objetivo era infiltrarse en nuestro territorio para matar y secuestrar y apoderarse del norte de Galilea¡±, acus¨® Netanyahu.
El m¨¢ximo ¨®rgano de seguridad de la ONU, convocado por EE UU e Israel, evit¨® pronunciarse sobre los t¨²neles en su sesi¨®n del pasado 19 de diciembre. La milicia libanesa tambi¨¦n ha preferido guardar silencio. La Fuerza Interina de Naciones Unidas para la L¨ªbano (FINUL) se ha limitado a verificar la existencia de los t¨²neles, pero no ha confirmado que tengan salida en Israel. El Gobierno liban¨¦s, en el que est¨¢ integrado el ala pol¨ªtica de Hezbol¨¢, ha aprovechado para denunciar que en los ¨²ltimos cuatro meses la aviaci¨®n israel¨ª ha violado su espacio a¨¦reo en m¨¢s de 80 ocasiones.
A ra¨ªz del conflicto de 2006, el Consejo de Seguridad aprob¨® la resoluci¨®n 1701, que estableci¨® un alto el fuego y ampli¨® hasta 10.800 los Cascos Azules desplegados en la FINUL. Esta fuerza multinacional interpuesta en la frontera incluye a 600 militares espa?oles, que tienen su base de operaciones en la poblaci¨®n libanesa de Marjay¨²n, situada a apenas 10 kil¨®metros del muro de cemento de Metula. En enero de 2015, un disparo de la artiller¨ªa israel¨ª durante un enfrentamiento con la milicia chi¨ª acab¨® con la vida del cabo espa?ol Javier Soria Toledo.
El Partido de Dios
Hezbol¨¢, el Partido de Dios, surgi¨® a partir de la invasi¨®n israel¨ª de L¨ªbano en 1982. Despu¨¦s de m¨¢s de siete a?os luchando en las filas del r¨¦gimen de Bachar el Asad en la guerra de Siria, el Estado Mayor de Israel admite que no es la guerrilla territorial a la que se enfrent¨® en 2006. Ahora son m¨¢s de 20.000 milicianos y 25.000 reservistas curtidos en combate. El propio Netanyahu reconoc¨ªa la semana pasada que la organizaci¨®n proiran¨ª ha acumulado un arsenal de hasta 150.000 cohetes, entre los que se incluyen ¡°varias docenas de misiles con sistema de gu¨ªa de precisi¨®n¡±.
El subterr¨¢neo situado bajo el manzanal de Metula puede ser indultado. Lleva camino de convertirse en un t¨²nel piloto, ejemplo real de la amenaza de Ir¨¢n y sus aliados para ser mostrado a dignatarios extranjeros, embajadores y periodistas internacionales en las visitas organizadas por la diplomacia p¨²blica israel¨ª.
En medio de la ret¨®rica de la tensi¨®n, la vida discurre con aparente normalidad a ambos lados del muro. El tr¨¢fico es intenso en la carretera libanesa, que se divisa tras el pared¨®n de separaci¨®n, que lleva a Kfar Kela. Desde la distancia, no se observa presencia militar, pese del declarado estado de alerta. Un incidente fronterizo estuvo a punto convertirse la semana pasada en la chispa que incendiara la frontera del norte. Un soldado de L¨ªbano lleg¨® a enca?onar a los miembros de una patrulla israel¨ª para que no siguieran avanzando mientras desplegaban una alambrada. La oportuna presencia de los Cascos Azules apag¨® las brasas de un choque de consecuencias imprevisibles.
Desde la altura de una colina fronteriza ¨Cen la misma L¨ªnea Azul trazada por la ONU en 2000, tras la retirada israel¨ª del sur de L¨ªbano¨C Betzalel Lev-Tov, de 64 a?os, y su hija Danielle, de 27, tomaban caf¨¦ al sol en el kibutz Misgav Am. Los 360 habitantes de esta antigua granja colectiva coleccionan carcasas de cohetes Katiusha en el parque comunal. ¡°En 2006 tuvimos que ser evacuados con urgencia, pero desde entonces la situaci¨®n est¨¢ en calma¡±, aseguran los responsables del centro de visitantes del kibutz.
El enclave est¨¢ rodeado de vallas y alambradas. Cuenta con un peque?o destacamento militar permanente y tres decenas de refugios antia¨¦reos. ¡°Hace 12 a?os no avisaron antes de atacar, pero ahora no parece que Hezbol¨¢ tenga inter¨¦s en emprender una nueva guerra despu¨¦s de haber sido destapada su estrategia¡±, razona Betzalel Lev-Tov, afincado desde hace cuatro d¨¦cadas en Misgav Am, uno de los n¨²cleos de poblaci¨®n israel¨ªes m¨¢s expuestos a los ataques desde L¨ªbano.
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